Ejecutores sin pierna de palo

Funcionaron los calefactores instalados bajo el c¨¦sped del Santiago Bernab¨¦u y durante una hora el campo persever¨® en su verdor bajo la nevada. El Mallorca no tuvo mucho el bal¨®n en la primera parte, pero remat¨® cuatro veces. S¨®lo una menos que el Madrid.

El equipo de Manzano sabe darle buen uso a sus posesiones. Gonzalo Higua¨ªn tambi¨¦n. El argentino tiene eso que Alfredo Di St¨¦fano reclama a los jugadores que pretenden marcar la diferencia en el ¨¢rea: "Maneja las dos piernas". En la primera pelota que recibi¨® con espacio, el argentino avanz¨® desde la derecha hacia el v¨¦rtice del ¨¢rea grande, se perfil¨®, y remat¨® con la zurda al segundo palo. Ayoze le dej¨® hacer, tal vez en la creencia de que desde all¨ª un diestro no ser¨ªa capaz de mandar la palota al hueco del segundo palo, situado a 25 metros. Higua¨ªn se anim¨®. Se anima a casi todo. Su fe es la condici¨®n que le define.

El Madrid gan¨® profundidad cada vez que Higua¨ªn se tir¨® a la derecha. Desde all¨ª remat¨®, lanz¨® a Arbeloa, o centr¨®. Por ese carril condujo las maniobras que voltearon al Mallorca.

En el arranque de la segunda parte el Pipa cay¨® a la derecha, alcanz¨® la l¨ªnea de fondo y centr¨® al segundo palo. Josemi dej¨® pasar la pelota porque no vio ning¨²n jugador de blanco por all¨ª. Se equivoc¨®. Granero vol¨® por debajo del radar y empalm¨® el centro, de aire, con su pierna menos mala. Us¨® la de palo, que se dice, con gran precisi¨®n. Como si fuera la pierna buena. Para el Mallorca fue el punto final.