El Carabanchel vuelve a La Mina
Veteranos del equipo madrile?o reinauguran el estadio m¨¢s antiguo de la capital
Lo nunca visto: Pantic, la antigua estrella serbia del Atl¨¦tico de Madrid, vestido con los colores de la selecci¨®n espa?ola. Lo que result¨® mucho m¨¢s familiar fue verlo marcar un trallazo de falta, directo por la escuadra. "El que tuvo, retuvo", dice Antonio Herraz, de 55 a?os, el socio n¨²mero 18 del Carabanchel. El tanto no le supo mal, aunque fuera en contra. Form¨® parte del partido entre veteranos del Carabanchel y de la Primera Divisi¨®n espa?ola para inaugurar el nuevo campo de La Mina, el m¨¢s antiguo de Madrid.
La Mina se abri¨® en 1916, a?o de fundaci¨®n del Carabanchel. Hasta el a?o pasado era un peque?o terreno de tierra que no hab¨ªa sufrido m¨¢s remodelaci¨®n que un arreglo en las gradas. Desde ayer es de c¨¦sped. Otro hijo del Plan E. A un lado tiene unas peque?as gradas reformadas, al otro las casas del barrio. Un par de centenares de aficionados se acercaron ayer al estadio para celebrarlo, tiritando de fr¨ªo y forrados en gorros y bufandas.
En puridad, quienes estrenaron el campo fueron los jugadores del Sevilla la Nueva y del Carabanchel, que disputaron un partido oficial de Regional Preferente, aunque, debido a la victoria visitante, es mejor correr un velo sobre ¨¦l. "Qu¨¦ se le va a hacer, el objetivo sigue siendo ascender", suspiraban Miguel ?ngel Mar¨ªn y Ra¨²l Garc¨ªa, jugadores del Carabanchel, mientras segu¨ªan el partido de los veteranos. Kiko, Mijatovic o los hermanos Alfonso e Iv¨¢n P¨¦rez corr¨ªan junto a los cl¨¢sicos del equipo carabanchelero. Unos de rojo y azul, y otros de blanco y negro con la cruz roja, la camiseta cl¨¢sica del Carabanchel.
En las gradas se viv¨ªa una competici¨®n m¨¢s dura que sobre el c¨¦sped. La de concretar qui¨¦n es el m¨¢s carabanchelero. "A m¨ª de peque?o me vest¨ªan de mascota del equipo", contaba un se?or corpulento. "Anda que no he vendido peri¨®dicos en este campo: el Arriba, El Alc¨¢zar... Y mi padre entrenaba a los juveniles con una camisa blanca y zapatos de calle". La r¨¦plica de una se?ora con abrigo de pieles llegaba de otra forma. Desde la primera fila gritaba junto a su compa?ero con una maza y un bombo: "?A¨²pa Carabanchel!".
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