Hacia la conducci¨®n autom¨¢tica
El objetivo es convertir el coche en una prolongaci¨®n del hogar o la oficina dot¨¢ndole de todos los sistemas de comunicaci¨®n y entretenimiento. Pero el inconveniente es que la mayor¨ªa de ellos distraen al conductor y afectan a su seguridad y a la de los dem¨¢s si se utilizan cuando se conduce. Y el gran problema es que la integraci¨®n de estos sistemas en el autom¨®vil es m¨¢s r¨¢pida que el desarrollo de los dispositivos que hacen seguro su uso.
As¨ª, igual que la conexi¨®n Bluetooth para utilizar el tel¨¦fono en el coche sin apartar las manos del volante lleg¨® a?os despu¨¦s que el m¨®vil, los nuevos sistemas orales para programar en marcha el navegador o GPS con la voz se est¨¢n implementando con retraso. Y lo mismo va a ocurrir con los asistentes o secretarios electr¨®nicos que leer¨¢n al conductor los email o transmitir¨¢n sus respuestas mientras va al volante.
La soluci¨®n a corto plazo, como ya est¨¢n haciendo algunas marcas, consiste en bloquear el uso de estos accesorios mientras el coche est¨¢ en marcha o al menos impedir que se puedan activar desde el asiento del conductor. Y esto, que en algunas estados de EE UU se considera un ataque a la libertad personal, est¨¢ asumido por la sociedad europea.
En el fondo, lo que estamos viviendo es el principio de una gran transformaci¨®n del autom¨®vil que poco a poco nos llevar¨¢ a la conducci¨®n autom¨¢tica. As¨ª, igual que los nuevos radares antichoque frenan ya autom¨¢ticamente el coche cuando se aproxima demasiado deprisa al que va delante, o los sensores de cambio de carril hacen vibrar el volante o el asiento cuando nos salimos de la l¨ªnea, en un futuro m¨¢s cercano de lo que imaginamos el navegador ir¨¢ leyendo la carretera al autom¨®vil con antelaci¨®n y ¨¦ste frenar¨¢ cuando se acerque a una curva a una velocidad excesiva.
La comunicaci¨®n car to car (coche a coche) est¨¢ ya muy avanzada y a medio plazo todos los navegadores de los coches estar¨¢n conectados entre s¨ª para avisarse y actuar autom¨¢ticamente tras recibir un aviso de peligro: una placa de hielo o un coche parado a la salida de una curva, un accidente que bloquea una calle o un sem¨¢foro roto. Hasta entonces pretender utilizar el autom¨®vil como oficina o centro de ocio desde el asiento del conductor seguir¨¢ siendo un peligro.
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