Obama castiga a la banca con una nueva tasa para recuperar las ayudas

"Queremos que nos devuelvan nuestro dinero", dijo ayer Barack Obama a los bancos al anunciar un nuevo impuesto sobre las grandes firmas financieras con el objeto de recuperar todo lo que se les entreg¨® a lo largo del ¨²ltimo a?o para evitar su quiebra.

De esta manera, el presidente norteamericano se hace eco del esc¨¢ndalo popular que existe en el pa¨ªs por la ayuda que el Gobierno prest¨® a las entidades bancarias mientras que el resto de la poblaci¨®n tiene que soportar una tasa de desempleo del 10% sin perspectivas de r¨¢pida mejora.

Aunque las principales firmas favorecidas por los 700.000 millones de d¨®lares de la ley de rescate bancario (conocida como TARP por sus siglas en ingl¨¦s) aprobada por el Congreso en 2008 ya han devuelto el dinero recibido, se calcula que al final quedar¨¢n m¨¢s de 100.000 millones de d¨®lares (unos 145.000 millones de euros) por recuperar y sobrevive, sobre todo, un extendido sentimiento de repudio por aquella iniciativa.

"Queremos que nos devuelvan nuestro dinero", dijo el presidente

Para atajar esos dos problemas, Obama anunci¨® ayer un impuesto del 0,15% sobre los pasivos no asegurados de las instituciones financieras que cuenten con activos superiores a los 50.000 millones de d¨®lares. Actualmente, s¨®lo poco m¨¢s de 50 firmas rebasan esa cantidad.

Este impuesto entrar¨¢ en vigor el 30 de junio de este a?o y pretende recaudar a lo largo de una d¨¦cada unos 90.000 millones de d¨®lares. La tasa afectar¨¢ tanto a los bancos que a¨²n no han devuelto su parte del TARP como a los que s¨ª lo han hecho e incluso a los que nunca pidieron ayuda al Estado. Sin embargo, empresas de otros sectores que se mantienen en pie gracias a la intervenci¨®n del Gobierno, como las del autom¨®vil, no se ver¨¢n afectadas.

"Mi objetivo es recuperar hasta el ¨²ltimo c¨¦ntimo que se gast¨® el contribuyente", manifest¨® Obama, quien critic¨® el comportamiento "obsceno" de algunas entidades que siguieron pagando bonos millonarios a sus ejecutivos tras recibir dinero del Estado.

El presidente dijo que esta medida, no obstante, no est¨¢ destinada a castigar a los bancos sino a impedir que, como advierten algunos analistas, contin¨²en con los antiguos h¨¢bitos financieros y provoquen en el futuro una crisis similar a la que a¨²n se combate.

"Conseguir este prop¨®sito es cada d¨ªa m¨¢s urgente cuando se leen los informes sobre masivos beneficios de firmas que deben su existencia al pueblo norteamericano, que, sin embargo, sigue sufriendo las consecuencias de esta recesi¨®n", se?al¨® el presidente.

Aunque el impuesto supondr¨¢ una carga sobre los bancos, la medida, por el momento en que se anuncia y el entorno en que se produce, tiene un fuerte contenido pol¨ªtico y as¨ª ha sido interpretado por el lobby financiero. "La pol¨ªtica le ha ganado a la econom¨ªa", declar¨® ayer Scott Talbott, el presidente del principal grupo que representa los intereses de Wall Street en Washington.

James Dimon, presidente ejecutivo de JPMorgan se opone a la decisi¨®n, seg¨²n informa Sandro Pozzi desde Nueva York. "Es muy mala idea", declar¨® tras comparecer el mi¨¦rcoles ante la comisi¨®n que examina los factores que llevaron a la crisis. Y cree injusto que se les haga responsable de las p¨¦rdidas del rescate de General Motors y Chrysler o de las hipotecarias semip¨²blicas Fannie Mae y Freddie Mac, tambi¨¦n excluidas de esta nueva tasa.

El impuesto podr¨ªa extenderse m¨¢s all¨¢ de los 10 a?os previstos si no se consiguiera en ese plazo recuperar la cantidad deseada. La iniciativa, que Obama quiere que se extienda a otros paises, ser¨¢ incluida en los presupuestos de 2011 y deber¨¢ ser aprobada por el Congreso, donde la oposici¨®n ha adelantado que no la respalda. "Castigar m¨¢s a los bancos no va ayudar a acelerar los cr¨¦ditos", ha advertido el representante republicano Jeb Hensarling, miembro del comit¨¦ de Banca de la C¨¢mara. La Casa Blanca conf¨ªa, no obstante, en que, en el actual clima pol¨ªtico, ser¨¢ dif¨ªcil que el Capitolio frene una medida de estas caracter¨ªsticas. Aunque el TARP como tal fue una iniciativa de la anterior Administraci¨®n, Obama la apoy¨® y ha pagado un alto precio por defenderla ante los ciudadanos. Con el impuesto anunciado ayer intenta purgar parte de ese pecado.