Antonio Font¨¢n y los extraterrestres

Antonio Font¨¢n (Sevilla, 1923), enraizado en una gran familia, parec¨ªa destinado a seguir su vocaci¨®n por los estudios cl¨¢sicos, a mantener una conversaci¨®n de por vida con Horacio, Tito Livio o S¨¦neca, a esclarecer el valor actual de sus ense?anzas. Sin recluirse en la torre de marfil de los intelectuales entregados a la abstracci¨®n, pero sin alistarse en las batallas pol¨ªticas del momento. Aunque le pudo su compromiso c¨ªvico. Por eso le vimos al frente del Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra, en la direcci¨®n de la revista Nuestro Tiempo o del semanario La Actualidad Espa?ola, el consejo privado de don Juan de Borb¨®n, conde de Barcelona, y como director del diario Madrid, desde 1967 hasta la orden de cierre dictada por el Gobierno de Franco y Carrero Blanco el 25 de noviembre de 1971.

Periodista y fil¨®logo, fue ministro y presidente del Senado

El Instituto Internacional de Prensa le distingui¨® como un "h¨¦roe"

A nuestro Antonio Font¨¢n, fallecido ayer en Madrid a los 86 a?os, le cuadran bien las palabras que acaba de escribir Jean Daniel, el director de Le Nouvel Observateur, a prop¨®sito de Albert Camus, cuando se?ala que se la jug¨® al servicio de la moderaci¨®n, que se atuvo a la lucidez, que defini¨® un comportamiento y una actitud, sin renunciar por otra parte a un credo de cristiano ajeno al fanatismo y atento a su entorno de disc¨ªpulos y amigos. Su condici¨®n de miembro numerario del Opus Dei nunca le sirvi¨® de ventaja, siempre la entendi¨® como obligaci¨®n de servicio a los m¨¢s pr¨®ximos, a sus colegas y a sus disc¨ªpulos en el ¨¢mbito de los estudios cl¨¢sicos, a sus compa?eros de aventuras period¨ªsticas y pol¨ªticas y al conjunto de sus compatriotas. Prueba tambi¨¦n de esto ¨²ltimo es su pasaje por los puestos de responsabilidad como primer presidente del Senado y ministro de Administraci¨®n Territorial en el Gobierno de Adolfo Su¨¢rez.

En el Palacio del Senado se le rindi¨® homenaje el 6 de junio de 2000, con motivo de la distinci¨®n otorgada por el Instituto Internacional de Prensa, que le design¨® en su 50? aniversario como uno de los 50 "H¨¦roes de la libertad de prensa" en el mundo. Fue el ¨²nico espa?ol incorporado a esa n¨®mina por su labor como director del diario Madrid. All¨ª, en una de las intervenciones de quienes trabajaron con ¨¦l defendiendo las libertades en aquel diario -habitado de tanta nobleza y de algunos extraterrestres- se subray¨® la inferioridad de medios. Tambi¨¦n el intento de perseverar en los lugares de mayor riesgo y fatiga, actitudes que calificaron el m¨¦rito de la empresa.

Antonio Font¨¢n sab¨ªa bien el imposible de hacer un peri¨®dico de oposici¨®n, como los defensores de las Term¨®pilas sab¨ªan que los persas terminar¨ªan pasando. Pero los trabajadores y redactores, llegado el momento, prefirieron el cierre del diario a transigir con un director impuesto por el ministro de turno. Transigencia que les hubiera permitido garantizarse la n¨®mina de fin de mes. Por eso fue inolvidable la estampa de aquella votaci¨®n en la que la plantilla del Madrid transgredi¨® la ley de la gravitaci¨®n laboral y decidi¨® que m¨¢s val¨ªa Font¨¢n con honra que la continuidad en el empleo con vilipendio. Pasado el tiempo, la perspectiva adquirida confirma que vali¨® la pena semejante proceder.

Fue una ocasi¨®n l¨ªmite, iluminadora sobre la condici¨®n humana. Queda bien definida por los versos de Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo: "Enorgull¨¦cete de tu fracaso / que sugiere lo limpio de tu empresa". Vali¨® la pena y Antonio Font¨¢n alguna vez mirando alrededor dec¨ªa que los dem¨¢s se hab¨ªan salido con la nuestra. Es la hora de guardar la memoria de Antonio Font¨¢n como un est¨ªmulo que saque tambi¨¦n de los periodistas de ahora mismo lo mejor. Atentos.