Rehabilitaci¨®n sin destrucci¨®n
Ninguna ciudad es la suma de barrios id¨¦nticos sino que cada uno de ellos tiene su propio car¨¢cter, su idiosincrasia, su cuerpo social, su arquitectura. Y esa es la ciudad, por donde ha pasado la historia con sus distintos soplos. El Cabanyal es un barrio hist¨®rico, popular, marinero, con casas muy personalizadas pero similares, casas de dos plantas con un patio posterior y en general con las fachadas recubiertas de azulejos. Cuando se estaba construyendo el Cabanyal se hab¨ªa reci¨¦n edificado la Estaci¨®n del Norte y varios de los que trabajaban en este edificio, muy simb¨®lico para Valencia, lo recordaban al hacer sus casitas. Hay por ello un cierto homenaje -los azulejos, por ejemplo- a aquella grande y hermosa Estaci¨®n de los Ferrocarriles del Norte, hoy Estaci¨®n del Norte, en su tiempo una de las primeras de Espa?a. S¨ª, un cierto homenaje y un cierto orgullo.
La zona se asienta en una estructura de largas calles paralelas al mar, de manera que se recibe directamente el viento fresco marino que refresca toda la casa gracias a la corriente que se establece con la parte posterior. Un barrio que fue bien pensado, muy bien situado y al que el tiempo le ha ido dando vida e historia propias.
El proyecto de prolongaci¨®n de la avenida Blasco Ib¨¢?ez, que ahora quiere llevar a cabo el PP, con do?a Rita a la cabeza, partir¨ªa el barrio en dos partes, justo por su mitad, con una avenida de 48 metros de anchura m¨¢s los edificios que se construir¨ªan a ambos lados, lo cual supondr¨ªa un corte de unos cien metros en total de ancho. Un corte, cuidado, perpendicular al mar, es decir en clara oposici¨®n a la estructura hist¨®rica de las calles. Una verdadera muralla que dividir¨ªa el barrio, como se acaba de decir, derribar¨ªa 1.651 viviendas, destrozar¨ªa esa trama tan acertadamente hecha para nuestro clima, mandar¨ªa m¨¢s o menos a fre¨ªr esp¨¢rragos a buen n¨²mero de vecinos y echar¨ªa por la borda la singularidad de la zona. ?Qu¨¦ gran parte del conjunto fue declarado Bien de Inter¨¦s Cultural en su d¨ªa? ?Eso no importa para do?a Rita! ?Qu¨¦ el Ministerio declara que eso ser¨ªa expoliar? ?Bueno, tampoco importa! Eso es nuestro porque nosotros, los del PP, somos los que mandamos ahora, y el que no est¨¦ de acuerdo es porque no es ni se siente valenciano.
Pero sin embargo, todos perder¨ªamos: la diversa unidad, esa inteligente trama, un gran n¨²mero de edificios, de hogares que tienen due?o y habitantes; y perder¨ªamos tambi¨¦n en democracia, algo muy importante pero tambi¨¦n muy fr¨¢gil, sobre todo con nuestros dirigentes locales.
Otra cosa es el tema de la necesaria y urgente rehabilitaci¨®n del barrio debido a la total falta de cuidado, a?o tras a?o, de nuestros pol¨ªticos. No han querido intervenir en este asunto, de manera que por ley natural la zona se ha degradado. Un viejo sistema ya muy conocido. Por lo tanto ahora toca la rehabilitaci¨®n, tras un serio y honesto an¨¢lisis de la situaci¨®n en la cual se encuentran los Poblados Mar¨ªtimos. Rehabilitar, regenerar, rehacer. Esto es el abc de la sostenibilidad. Esto es el buen gobierno. Esto es estimar a la ciudad. Y esto es, do?a Rita, y me atrevo a decirlo porque nuestra alcaldesa ha empleado a menudo esta met¨¢fora, ser valencianos. Y yo a?ado, ser valencianos de coraz¨®n.
Una cosa, se?ores gobernantes, es cuidar la ciudad, y otra muy distinta es hacer un buen¨ªsimo negocio a base de unas pobres y dignas gentes y a base del expolio m¨¢s cruel y obtuso. Obtuso, claro, desde el punto de vista de la cultura.
Trini Sim¨® es profesora de Historia de la Arquitectura y del Urbanismo.
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