Garita
Es la reflexi¨®n m¨¢s a mano que encuentran. En peores garitas hemos hecho guardia. Los socialistas tratan de convertir en virtud lo que no deja de ser una mala noticia para ellos. La inquietante foto que surge de la ¨²ltima entrega del Bar¨®metro del IESA da alas al PP, pero, al mismo tiempo, debe suponer para el PSOE todo un revulsivo si no quieren que el escenario que dibuja se consolide dos a?os m¨¢s tarde. Dicen tener margen suficiente para reaccionar y que no es la primera vez que se ven en esta situaci¨®n. Se remontan a 1994, en la etapa de la pinza, cuando las encuestas ya apuntaban a una superioridad de los populares encabezados por un joven y pujante Javier Arenas, en medio de una crisis econ¨®mica, tal vez, m¨¢s grave que la actual, y adem¨¢s, con un partido dividido.
Aquello s¨ª que era una verdadera bicefalia y no los debates de caf¨¦ de ahora. A¨²n as¨ª, se dio una vuelta a las encuestas, tal y como preconizaba un entonces m¨¢s acorralado que nunca, Manuel Chaves. Puestos a restar peso a dichos trabajos demosc¨®picos, traen a colaci¨®n los que se publicaron poco antes de las europeas y que luego, a la hora de votar, se vieron claramente superados por una realidad de un PSOE que logr¨® meter hasta nueve puntos de diferencia al PP en Andaluc¨ªa. De modo que no cunda el p¨¢nico, vienen a decir, as¨ª que todo ser¨¢ cuesti¨®n de que sepan sacar las ense?anzas necesarias.
Otra cosa es que reaccionen de la mejor forma posible dado que las circunstancias actuales son sumamente dif¨ªciles, con cerca de un mill¨®n de parados y con una sensaci¨®n de biso?ez que dificulta los movimientos a realizar. En la medida que sean conscientes de la coyuntura en la que se encuentran, podr¨¢n establecer la respuesta adecuada con la firme convicci¨®n de que hay mucho por hacer a¨²n para movilizar a un propio electorado que en estos dif¨ªciles tiempos prefiere mostrarse remiso, seg¨²n el sondeo. Y para ello deben aprovechar todos los recursos que tienen a mano, incluida, la participaci¨®n de un valor absurdamente despreciado por cuestiones puras y simplemente personales, como ocurre con Manuel Chaves. Ser¨ªa conveniente que no infravaloraran el dato que evidencia una escasa defensa por parte de la Junta de los intereses de Andaluc¨ªa frente al Gobierno de Madrid. Fijar la estrategia m¨¢s correcta requiere calma y emplear la suficiente inteligencia que, a raudales, tienen dentro del propio PSOE andaluz, para provocar la reacci¨®n de los suyos. Todo lo que no sea eso ser¨¢ perder el tiempo ya que depositar esperanzas en los supuestos efectos positivos que caer¨¢n del cielo con la presidencia espa?ola de la UE y con la reiteradamente anunciada posible recuperaci¨®n econ¨®mica que, de momento, nadie ve por ning¨²n lado, es equivocar clamorosamente el riguroso an¨¢lisis que est¨¢n obligados a hacer.
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