"Vivimos un mundo que no sabe d¨®nde va"
Hace un cuarto de siglo que apareci¨® Shoah y su director, Claude Lanzmann (Par¨ªs, 1925) no ve grandes diferencias en la recepci¨®n del mayor testimonio sobre el Holocausto filmado hasta la fecha. "Es una pel¨ªcula que no envejece. Cada vez que se proyecta, crea su propia actualidad", dice Lanzmann, mientras hace un r¨¢pido repaso de las numerosas revistas que dan cuenta de una pr¨®xima emisi¨®n en Arte, la cadena de televisi¨®n francoalemana, el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en horario de m¨¢xima audiencia. No ha sido f¨¢cil encontrar las publicaciones: en el luminoso estudio de una calle de Par¨ªs no lejos del Barrio Latino, se amontonan libros, archivos y, tambi¨¦n, fotograf¨ªas que recorren un largo periodo de su historia personal, superpuesto a la de Francia. Apoyadas contra los libros en los estantes, se suceden im¨¢genes de Malraux, Sartre y los redactores de Les temps modernes, Lanzmann junto a Simone de Beauvoir acodados en la mesa de un caf¨¦.
"En mi filme no hay cad¨¢veres porque en los campos de exterminio no hab¨ªa"
"Spielberg no reflexion¨® suficiente sobre el cine ni sobre la Shoah"
"En el intento de los nazis por borrar las huellas se apoyaron los negacionistas"
"El futuro es sombr¨ªo, por eso nos ocupamos tanto del siglo XX"
La extraordinaria duraci¨®n de Shoah, m¨¢s de nueve horas, ha llevado a que, en esta ocasi¨®n, se emita en dos partes. Pero hubo otra hace tres a?os en que se hizo sin interrupciones, tan s¨®lo 20 minutos de pausa a medianoche para las noticias. Personas que la vieron le escribieron a Lanzmann cont¨¢ndole la impresi¨®n de contemplar el amanecer coincidiendo con el final de Shoah. "Hay algo inmortal en esta pel¨ªcula. Y se confirma generaci¨®n tras generaci¨®n de espectadores". El mismo empleo del t¨¦rmino Shoah remite a la pel¨ªcula. En palabras de Lanzmann, fue un "acto radical de denominaci¨®n: s¨®lo a partir de mi pel¨ªcula se empez¨® a llamar as¨ª al Holocausto". Lanzmann estar¨¢ el jueves en Madrid, en Casa Sefarad, en el D¨ªa de la Memoria del Holocausto y a inaugurar una retrospectiva sobre su obra.
Pregunta. Lo que s¨ª parece haber cambiado es que el Holocausto, la Shoah, se ha convertido en tema de otras pel¨ªculas.
Respuesta. Vi La lista de Schindler, de Spielberg, cuando apareci¨®, y no he cambiado de opini¨®n desde entonces. Le tengo mucho respeto como director, es un magn¨ªfico cineasta. Pero creo que, aunque pueda parecer extra?o decirlo, Spielberg no reflexion¨® suficientemente sobre el cine ni sobre la Shoah. Se limit¨® a reflejar un caso particular. Tampoco apruebo algunas escenas como la de la ducha de las mujeres en la que acaba saliendo agua, no gas. Para la mayor¨ªa de los jud¨ªos fue al contrario, sali¨® gas por donde esperaban que saliera agua. Spielberg no ten¨ªa derecho a hacerlo, es un truco cinematogr¨¢fico que induce a error. Adem¨¢s, en la pel¨ªcula da a entender que hay una relaci¨®n necesaria entre la Shoah y la creaci¨®n del Estado de Israel; a mi juicio, fue un factor m¨¢s, pero no se puede ofrecer una explicaci¨®n tan lineal como la de Spielberg.
P. Tambi¨¦n el Nobel h¨²ngaro, Imre Kert¨¦sz, le hizo reproches. Sin embargo, defend¨ªa La vida es bella, de Roberto Benigni.
R. Kert¨¦sz se equivoca, y se lo he dicho. Cuando hizo las declaraciones sobre la pel¨ªcula de Benigni no hab¨ªa visto Shoah. La vida no era bella en los campos de exterminio. El propio Kert¨¦sz incluye una frase sorprendente en su novela m¨¢s conocida, Sin destino. De vuelta en Budapest despu¨¦s del campo, su personaje dice echarlo de menos. Por fortuna para Kert¨¦sz, su experiencia como deportado no se refiere tanto a Auschwitz como a Buchenwald, que era un campo de concentraci¨®n, no de exterminio. Y hay que diferenciar unos campos de otros.
P. ?C¨®mo se diferencian en Shoah?
R. Quise que fuera una pel¨ªcula sin cad¨¢veres, porque en los campos de exterminio no los hab¨ªa. En un primer periodo los enterraban, pero inmediatamente comenzaron a incinerarlos. Los nazis intentaron que el Holocausto fuera un crimen perfecto, y es en ese intento de borrar las huellas donde han querido apoyarse los negacionistas.
P. Lo que plantea Benigni, y apoya Kert¨¦sz, es la conversi¨®n del Holocausto en tema cinematogr¨¢fico como medio para conservar el recuerdo, la memoria.
R. Muchos artistas y cineastas lo han intentado despu¨¦s de Shoah. La pel¨ªcula del rumano Radu Mihaileanu, El tren de la vida, es muy distinta de la de Benigni, y est¨¢ bien. Cada director ha hecho su aportaci¨®n de acuerdo con sus propias posibilidades, pero creo que nunca habr¨¢ otra pel¨ªcula parecida a Shoah. No habr¨¢ ese algo inmortal que refleja y del que hablaba hace un instante.
P. La ¨²ltima pel¨ªcula de Andrej Wajda, Katyn, extiende la mirada hacia el horror sovi¨¦tico.
R. No me parece que la pel¨ªcula de Wajda sea formidable. ?ltimamente se comparan con frecuencia los campos sovi¨¦ticos a los campos de exterminio. Los sovi¨¦ticos eran, sin duda, el horror absoluto, en esos campos se cometieron cr¨ªmenes atroces por parte de Stalin. Pero el Gulag y los campos de exterminio son cosas distintas. Y el proyecto fundamental que hab¨ªa detr¨¢s, tambi¨¦n. Al principio, el comunismo pretend¨ªa la emancipaci¨®n humana, y el nazismo, la superioridad de unos seres humanos sobre otros. No se trata de defender nada, sino de constatar la diferencia y de conservar la especificidad de los hechos hist¨®ricos.
P. Tambi¨¦n en Alemania han empezado a aparecer pel¨ªculas que muestran la oposici¨®n de algunos alemanes a Hitler, como Sophie Sch?ll.
R. En mis memorias, La liebre de Patagonia, hablo del movimiento de la Rosa Blanca, al que pertenec¨ªa Sophie Sch?ll. Fueron h¨¦roes que salvaron el honor de Alemania y el honor de la humanidad. Por otra parte, es cierto que los alemanes durante la guerra y en los a?os que siguieron advirtieron la gravedad inaudita del crimen cometido, y optaron por no hablar de ellos mismos. Ni de los opositores a Hitler ni de sus propios sufrimientos, como los bombardeos o el maltrato al que se someti¨® a los soldados prisioneros despu¨¦s de la guerra, y que es una verdad absoluta. De alguna manera, Shoah tuvo un efecto liberador para los alemanes, y ahora empiezan a hablar.
P. ?No le llama la atenci¨®n que en todas partes se siga mirando hacia atr¨¢s?
R. Vivimos en un mundo que no sabe ad¨®nde va. El futuro es sombr¨ªo y, por eso, en el inicio del siglo XXI pasamos el tiempo ocup¨¢ndonos del XX. No hacemos otra cosa.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.