La alcaldesa socialista de Salt tambi¨¦n pone limitaciones

El Ayuntamiento de Salt (Girona) no empadrona a inmigrantes con un visado de turista en vigor. La alcaldesa, Iolanda Pineda (PSC), defiende que la medida es legal. "Como ayuntamiento tenemos la obligaci¨®n de empadronar a las personas que residen en el municipio. T¨¦cnicamente, no podemos empadronar a un turista", justifica sin entrar en el hecho de que muchos inmigrantes entran en Espa?a con voluntad de quedarse con un simple visado de turista.

Una vez el visado caduca, normalmente, a los tres meses, el Consistorio no pone ning¨²n tipo de pegas. S¨®lo hay que acreditar la identidad y demostrar que se reside en la localidad. Eso s¨ª, durante el periodo de vigencia del visado de turista, el inmigrante no tiene acceso a los servicios b¨¢sicos. La medida no se aplica a otro tipo de visados, como el de estudiante. "En ese caso las estancias son m¨¢s largas y entonces s¨ª tiene sentido registrarles", explica el concejal de Servicios Administrativos, Mingo ?lvarez (PSC).

Salt es uno de los municipios con el porcentaje m¨¢s alto de inmigraci¨®n de Catalu?a. El 43% de sus 30.000 habitantes son extranjeros, la mayor¨ªa marroqu¨ªes, gambianos, senegaleses y hondure?os. En la localidad conviven 110 nacionalidades ?Por qu¨¦ viven en Salt y no en otro lugar? "Es como un puerto de llegada", dibuja Paco Pardo, t¨¦cnico de C¨¢ritas. El efecto llamada. Unos inmigrantes avisan a otros compatriotas de que en la zona hay empleo.

Ciudad dormitorio

Pero Salt no tiene industria. Es una ciudad dormitorio, pegada a Girona. Los inmigrantes trabajan en la construcci¨®n o en los pol¨ªgonos industriales de los alrededores, pero no en Salt. Tanto Pineda, como el anterior alcalde y actual portavoz de CiU, Jaume Torramad¨¦, aseguran que la clave es el precio de la vivienda. En la etapa final del franquismo el municipio sufri¨® un crecimiento propio de la ¨¦poca: construcci¨®n de edificios muy altos, muy juntos, sin apenas equipamientos. Esas casas hoy valen poco. En la oleada de movimientos internos, las ocuparon andaluces y extreme?os. En los ¨²ltimos a?os, se ha convertido en tierra de africanos.

"Necesitamos recursos para poder echar edificios abajo y construir zonas verdes", pide Pineda. El reto del Consistorio es conseguir que los aut¨®ctonos no se vayan de Salt. "En cuanto la gente prospera, se marcha porque nadie quiere que sus hijos estudien en escuelas con un 50%, 60% o un 90% de inmigraci¨®n", asegura Torramad¨¦.