El PP endurece su discurso pol¨ªtico para marcar el territorio ante el PSE
Los populares anuncian un "exigente" marcaje a la ejecuci¨®n presupuestaria
El PSE y el PP celebran hoy la primera reuni¨®n del a?o de la comisi¨®n de seguimiento del pacto de bases para el cambio suscrito por ambos partidos. El encuentro antecede en dos semanas al reinicio de la actividad de la C¨¢mara. Tambi¨¦n coincide con un momento en el que el PP da se?ales de querer marcar un perfil distanciado del Gobierno en declaraciones y posicionamientos p¨²blicos.
En el PP se admite que una vez asentado el cambio, y, sobre todo, aprobados los Presupuestos, ¨¦ste es el momento del Gobierno. Pero el portavoz parlamentario, Leopoldo Barreda, indic¨® a EL PA?S que su partido va a ser "muy exigente en el cumplimiento de los acuerdos". "Hay que ir materializando los compromisos del pacto, sobre todo en lo econ¨®mico, donde se la juega el Gobierno y la sociedad vasca", se?al¨®.
El PP quiere que el Gobierno hinque el diente ya al inflado sector p¨²blico
Pasados los primeros meses del cambio, el PP se encuentra ante la necesidad y la dificultad de mantener patente su impronta, a sabiendas de que es quien est¨¢ en el Gobierno, en este caso el PSE, quien lleva la iniciativa y rentabiliza las acciones, como bien comprobaron a la inversa los socialistas en sus dos legislaturas de sost¨¦n externo a los gobiernos del PP en la Diputaci¨®n alavesa. Los populares han tenido una visibilidad notable en primeros meses, pero son ahora es la acci¨®n de Gobierno la que manda e impone ritmos y agendas. Los populares se ven en esa tesitura de limitaci¨®n a su margen de maniobra cuando su aparato funciona ya, como todos, en clave de preparaci¨®n del terreno para las elecciones municipales. Y con la dificultad a?adida de no tener bajo su liderazgo ninguna instituci¨®n desde la que rentabilizar gesti¨®n. El instrumento con el que el PP quiere asegurarse su proyecci¨®n es el control de la ejecuci¨®n del presupuesto que apoy¨®, con especial atenci¨®n a las partidas incorporadas por su iniciativa. No se trata de "marcar distancia" del Gobierno, pero s¨ª de actuar con "un nivel alto de exigencia", mayor que el que el PSE observ¨® hacia los presupuestos que apoyo a Ibarretxe, zanj¨® Barreda.
Los populares quieren atar hoy una metodolog¨ªa estricta para el seguimiento de la ejecuci¨®n presupuestaria y tambi¨¦n concreciones a los cambios educativos y ling¨¹¨ªsticos, Otro tanto piden en la racionalizaci¨®n y reforma del sector p¨²blico y las sociedades articuladas a lo largo de treinta a?os de liderazgo nacionalista en el Gobierno. El PSE comparte la necesidad, pero el abordaje de estas cuestiones le introduce un elemento de fricci¨®n serio con el PNV, autor y beneficiario con ese inflado entramado. El PP quiere menos miramientos. "El Gobierno mira mucho al PNV", es la opini¨®n de Barreda, cuando lo que hay que hacer, a su juicio, es "diluir" vetos como el de la transferencia de las pol¨ªticas activas, propiciados por "sus pactos con Zapatero".
Ni el PSE ni Lehendakaritza, ni tampoco en el propio PP, ni siquiera en el PNV, se otorga mayor trascendencia al cambio de registro de los populares ni se cree que indique dificultades para el pacto. M¨¢s a¨²n, todos entienden su actuaci¨®n dentro de la l¨®gica. "Son un partido de oposici¨®n apoyando a un Gobierno", disculpan los socialistas. "Son los grandes perjudicados del pacto", valora el PNV. "Estamos ocupando el sitio que nos corresponde y actuando con la cadencia que pactamos", asegura Barreda. El presidente del PP, Antonio Basagoiti, se mostr¨®, incluso, partidario de apostar por el acuerdo para la siguiente legislatura. "Ser¨ªa bueno que esto durara ocho a?os", dijo ayer, porque cuatro no son, a su entender, suficientes para reconducir los "da?os derivados de 30 a?os" de liderazgo peneuvista.
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L¨®pez-Urkullu, el 29
El
lehendakari,
Patxi L¨®pez, recibir¨¢ al presidente del PNV, I?igo Urkullu, el d¨ªa 29, siete meses despu¨¦s del primer encuentro entre ambos tras el cambio de Gobierno. La cita reviste un inter¨¦s especial porque la ausencia de Urkullu del Parlamento, forzada por el sistema de incompatibilidades de su partido, dificulta un intercambio m¨¢s frecuente entre ambos. La cita se produce en un contexto notablemente mejor que el de junio pasado, con L¨®pez reci¨¦n instalado en el cargo gracias a su pacto con el PP y las heridas muy frescas en el PNV. Ahora sus partidos comparten un acuerdo de estabilidad institucional, que permiti¨® a L¨®pez sacar adelante sus primeras cuentas con la menor oposici¨®n de la historia del Gobierno auton¨®mico, y a Urkullu salvar del caos presupuestario a sus tres diputaciones. Y comparten tambi¨¦n la preocupaci¨®n b¨¢sica de la recesi¨®n y de cuestiones de alto riesgo como la sostenibilidad del sistema de servicios sociales, que nadie puede, ni quiere, abordar sin consenso.
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