La Virreina se abre a La Rambla

Su fachada barroca no pasa desapercibida a los miles de personas que pasean por La Rambla cada d¨ªa, pero La Virreina es un edificio que ha vivido de espaldas a esta importante v¨ªa de Barcelona. Una situaci¨®n que Carles Guerra, el nuevo director de La Virreina Centre de la Imatge, que ocupa el edificio del siglo XVIII, quiere solucionar. Por eso, una de sus primeras actuaciones ser¨¢ "hacer m¨¢s permeable el edificio, devolverle el aspecto original, reorganizar los espacios expositivos y abrir las ventanas cegadas de la fachada de La Rambla", asegur¨® ayer Guerra durante la presentaci¨®n de la nueva etapa, que comenz¨® en noviembre tras tomar posesi¨®n de su cargo. Ahora, adelant¨® Guerra, las exposiciones se trasladar¨¢n a la segunda planta del palacio, que tendr¨¢ nuevo acceso y recorrido, mientras que la fachada posterior se abrir¨¢ a la plaza de las Pageses.

La Rambla ser¨¢, precisamente, la protagonista de las primeras exposiciones programadas por Guerra para su centro. Entre marzo y mayo, bajo el ep¨ªgrafe Gu¨ªa secreta de la Rambla, est¨¢n previstas cuatro exhibiciones que indagar¨¢n sobre las im¨¢genes que ofrece el ic¨®nico paseo, a menudo descrito como un espacio degradado. La primera, a partir de La Rambla que captaron fot¨®grafos como Gabriel Casas, Josep Maria de Sagarra, Brassa?, Dora Maar, Colita y Manel Armengol. En otra, el artista Pedro G. Romero realizar¨¢ una "reconstrucci¨®n documental" del polifac¨¦tico Oca?a; adem¨¢s, se revisitar¨¢ uno de los libros m¨¢s influyentes en la construcci¨®n fotogr¨¢fica de la ciudad: Barcelona en blanc i negre, de Xavier Miserachs, a partir de sus contactos de 1964, que permitir¨¢n descubrir "los itinerarios urbanos y su metodolog¨ªa"; una cuarta mostrar¨¢ 100 im¨¢genes tomadas por Frederic Ballell en 1907 que ilustran c¨®mo era la vida de La Rambla de la ¨¦poca.

Otro de los ejes de la nueva programaci¨®n lo centrar¨¢ el fotoperiodismo, con exposiciones como Antifotoperiodismo, donde se expondr¨¢n las limitaciones de este oficio y las formas alternativas a la cobertura de los eventos.

Guerra advirti¨® de que su centro "no ser¨¢ un aparato propagand¨ªstico del Icub", el instituto de cultura de la ciudad, situado en el mismo edificio, sino "una plataforma para analizar las pol¨ªticas culturales de forma cr¨ªtica".