En Sevilla reina el arte... de la desidia
Las obras de grandes autores para la Expo de 1992 sufren un estado deplorable - Especulaci¨®n, vandalismo y robo han acabado con el patrimonio de La Cartuja
En Sevilla el arte contempor¨¢neo sobra, o eso parece a juzgar por c¨®mo se tratan las obras. La ciudad barroca por excelencia vivi¨® su oasis particular durante la Exposici¨®n Universal de 1992, cuando la isla de La Cartuja se llen¨® de piezas de grandes artistas internacionales en espacios p¨²blicos. Un importante legado que, en su mayor¨ªa, ha padecido la desidia de las administraciones.
Parte de este valioso conjunto ha sido derribado por las excavadoras, como la torre-fortaleza de Anish Kapoor y David Connor; o destruido por el vandalismo, lo que ha ocurrido con el gran mural de cer¨¢mica de Roberto Matta o con la pintura de Ilya Kabakov; o robado, como la escultura de madera de Stephan Balkenhol, o desmantelado y vendido fuera de Espa?a, destino que tuvo la obra de Jes¨²s Soto, uno de los precursores del arte cin¨¦tico.
Cinco de las 18 obras que la ciudad hered¨® de la Expo son irrecuperables
Agesa, la sociedad encargada de gestionar los activos del Estado cuando termin¨® la Expo 92, asegura que traspas¨® en junio de 1993 a la Junta de Andaluc¨ªa, al Ayuntamiento de Sevilla y a la sociedad gestora Partecsa 18 obras de artistas internacionales que estaban colocadas en espacios abiertos y que, como se hab¨ªa decidido, permanecer¨ªan en esos mismos lugares. "El estado general de las obras es lamentable", apunta ahora el restaurador Carlos N¨²?ez Guerrero, quien en 2006 se encarg¨® de recuperar las ocho obras propiedad del Ayuntamiento que est¨¢n en la pradera del monasterio de La Cartuja. Son trabajos de Nunzio, Rui Chafes y Antoni Abad, entre otros.
Demoliciones millonarias
La que corri¨® peor suerte fue, sin duda, Edificio para un vac¨ªo, una torre de base el¨ªptica de 15 metros de alto y 10 de ancho que firmaban el angloindio Anish Kapoor y el brit¨¢nico David Connor. Kapoor es uno de los artistas m¨¢s cotizados en la actualidad, con obras como la escultura del Millennium Park de Chicago, una pieza de acero inoxidable de 110 toneladas bautizada como The bean (La jud¨ªa) y que es ya el emblema de la ciudad.
Fernando Franc¨¦s, director del Centro de Arte Contempor¨¢neo de M¨¢laga, donde pudo verse una gran exposici¨®n de Kapoor en 2006, calcula que la torre que se derrib¨®, y a la que pod¨ªa entrar el p¨²blico, costar¨ªa ahora unos 10 millones de euros.
"La torre era de ladrillo y no se pod¨ªa mover, estaba en una zona necesaria para el desarrollo del proyecto y se demoli¨®, como tambi¨¦n se demolieron muchos pabellones auton¨®micos alrededor del lago de Espa?a", explica Antonio Pel¨¢ez, director general del parque de atracciones Isla M¨¢gica.
Tambi¨¦n han sido responsabilidad primero de Partecsa y luego de Isla M¨¢gica (desde 1993 hasta 2009) las cuatro piezas que se colocaron en el Jard¨ªn del Guadalquivir, obras del alem¨¢n Stephan Balkenhol, la austriaca Eva Lootz, el dan¨¦s Per Kirkeby y el italiano Ettore Spalletti. En ese jard¨ªn, que ha estado cerrado al p¨²blico desde 1995, alguien entr¨® a finales de 2002 y serr¨® del pedestal Hombre con camisa blanca y pantal¨®n negro, una escultura de madera policromada de 240 cent¨ªmetros de altura total, obra de Balkenhol. Christie's subast¨® el a?o pasado una pieza similar del artista, titulada Grosser mann, por 116.640 euros. Hay una denuncia interpuesta por Isla M¨¢gica y Cartuja 93 -propietaria de los activos que gestiona Isla M¨¢gica- en diciembre de 2002. La escultura no ha sido hallada. "Tenemos un servicio de vigilancia privada que se ocupa no s¨®lo de Isla M¨¢gica, sino del resto de los terrenos, pero son 10 hect¨¢reas...", lamenta Pel¨¢ez.
El Jard¨ªn del Guadalquivir volvi¨® a su anterior due?o, la Junta de Andaluc¨ªa, en verano de 2009. El proyecto, cofinanciado por la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir y el Ayuntamiento de Sevilla, ha incluido la restauraci¨®n de las obras que estaban cubiertas de graffitis y da?adas en parte.
Media esfera azul y verde, del venezolano Jes¨²s Soto (1923- 2005), en la Puerta de Triana, formaba parte de una fuente que se desmont¨® en 2007 porque estaba en el terreno en el que se construye hoy la Torre Pelli. La semiesfera, de cuatro metros, se vendi¨® a la Fundaci¨®n Atelier Soto en Par¨ªs.
En cuanto al mural de cer¨¢mica Verbo Am¨¦rica, del chileno Roberto Matta (40 metros de largo por 3,6 de ancho), est¨¢ destruido casi en un 70% por vandalismo. Igual suerte ha corrido la obra de Kabakov El plato azul, que los ni?os usan como porter¨ªa para sus partidos de f¨²tbol.
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