?El final del reinado de Mario?
La persona m¨¢s rica en Espa?a es Amancio Ortega, fundador y presidente de una de los mayores grupos textiles del mundo. En Jap¨®n, el m¨¢s rico es Hiroshi Yamauchi, el presidente de Nintendo, que transform¨® una peque?a empresa que se dedicaba al negocio de las cartas hanafuda (tradicional juego japon¨¦s de cartas) en uno de los mayores imperios del videojuego.
A finales de los 80 y durante los 90, empresas japonesas como Sega, Nintendo, Capcom o Sony conquistaron el planeta con sus videojuegos llegando a controlar m¨¢s del 50% del mercado mundial. Jap¨®n era la factor¨ªa de los sue?os de millones de ni?os de todo el mundo. Seg¨²n una encuesta llevada a cabo en 1995, cuando se hicieron preguntas a ni?os de m¨¢s de 100 pa¨ªses, Mario era el personaje de ficci¨®n m¨¢s conocido, superando a Mickey Mouse.
Hoy en d¨ªa Jap¨®n sigue siendo un gigante de los videojuegos, pero ha perdido mucha de la fuerza que tuvo. De controlar el 50% del mercado mundial ha pasado a controlar el 20%. Las dos principales causas de este cambio son, por un lado, la llegada de dispositivos m¨®viles potentes desarrollados por compa?¨ªas europeas y estadounidenses, como Apple y su iPhone, capaces de ejecutar videojuegos de calidad similar o incluso mayor al de juegos desarrollados espec¨ªficamente para videoconsolas port¨¢tiles como la PSP o la Nintendo DSi.
Por otro lado, gran parte de la p¨¦rdida de hegemon¨ªa nipona se debe al ¨¦xito de las videoconsolas de Microsoft Xbox y la 360, convirti¨¦ndose en las dos primeras consolas con ¨¦xito desarrolladas fuera de Jap¨®n.
El mercado interno japon¨¦s es muy importante para la industria. En t¨¦rminos de ventas se suele considerar como un "continente", junto con Estados Unidos y Europa. El consumo de videojuegos dentro de Jap¨®n lleg¨® a ser tan alto que con un tercio de la poblaci¨®n de Estados Unidos se vend¨ªan m¨¢s juegos en Jap¨®n que en Estados Unidos en 1993.
En 2009 Jap¨®n sigue siendo un gran consumidor, sobre todo de juegos RPG por turnos como Dragon Quest o Final Fantasy, pero en Estados Unidos se venden hasta ocho veces m¨¢s videojuegos, lo cual supone un cambio radical comparado con el panorama de hace una d¨¦cada.
Satoru Iwata, el actual presidente de Nintendo, anunci¨® en la ¨²ltima rueda de prensa que el estilo de vida de los japoneses es cada vez "m¨¢s ocupado" y que la gente tiene cada vez menos tiempo para jugar. Iwata explic¨® que Nintendo est¨¢ tomando medidas para crear entretenimiento que se adapte a esa nueva vida, pero a la vez intentando crear nuevas necesidades tal y como hicieron con la Wii.
En un mundo digital en el que se difuminan las fronteras entre la televisi¨®n, el ordenador, el reproductor de m¨²sica port¨¢til, el tel¨¦fono m¨®vil cada vez es m¨¢s f¨¢cil y barato competir globalmente con productos de software, las reglas est¨¢n cambiando y tanto a los desarrolladores de hardware como a los de software japoneses les est¨¢ costando cada vez m¨¢s mantener su estatus de reyes.
Durante 2009 no s¨®lo en Jap¨®n, sino toda la industria del videojuego estuvo en crisis, ?Qu¨¦ pasar¨¢ en 2010? ?Volver¨¢n a recuperar mercado con la octava generaci¨®n de videoconsolas o seguir¨¢n perdiendo cuota frente al Android y el iPhone?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.