Sainete sin derechos de autor

Este espect¨¢culo nacional es gratuito. No hay que pagar entrada ni canon alguno. Es un sainete cuya primera parte se compone de diversos episodios de espect¨¢culos ben¨¦ficos que son obligados a pagar el 10% de la recaudaci¨®n. Haya o no haya beneficios y aunque int¨¦rpretes y autores no cobren, la Sociedad General de Autores (SGAE) se lleva su parte. Quiz¨¢ resulte il¨®gico; pero es legal. As¨ª lo ordena la Ley de Propiedad Intelectual.

La segunda entrega comenz¨® antes de Navidad. Es una sublevaci¨®n en toda regla de los peluqueros catalanes. Conminados a pagar a la SGAE por tener la radio encendida a modo de hilo musical, han pedido a sus clientes que cuando vayan a darse las mechas aporten su propia m¨²sica para evitar el pago. No es mucho, 19 euros al trimestre, pero lo consideran abusivo. Y las radios se preguntan por qu¨¦ la SGAE cobra dos veces por la misma difusi¨®n, dado que ellas ya satisfacen un canon a la SGAE (de unos 20 millones al a?o) por pinchar los ¨¦xitos del momento.

Ahora asistimos a la pen¨²ltima escena. La Comisi¨®n Nacional de la Competencia (CNC) publica un informe demoledor contra las entidades de gesti¨®n de los derechos de autor (la SGAE, con el 70% de los autores, y otras siete, que se dedican a gestionar los derechos de otros que no sean compositores, cineastas o core¨®grafos). Considera esta comisi¨®n que no hay transparencia en la gesti¨®n de estas entidades, que act¨²an como monopolios, que aplican tarifas no equitativas y que la Ley de Propiedad Intelectual deber¨ªa reformarse.

La reacci¨®n pone los pelos de punta: para demostrar que no hay monopolio, cuatro de las ocho entidades se unen para defenderse. Y tanto las entidades como la ministra de Cultura alegan que la propiedad intelectual debe ser respetada (?qui¨¦n lo ha cuestionado ahora?) y asegurando que se cumple la ley. ?Pues claro! ?se es el problema, podr¨ªa responder la CNC.

No se le puede negar el t¨ªtulo de sainete a este enredo nacional tan fr¨ªvolo y estramb¨®tico. Pero, como se dec¨ªa, no tiene autor conocido, de momento, ni gestora que negocie sus derechos; ni siquiera en las peluquer¨ªas.