El potencial de la ayuda de la UE
Para la poblaci¨®n de Hait¨ª, el terremoto del 12 de enero es un cataclismo que ha transformado su sociedad, probablemente para siempre. Para el presidente Obama, se ha convertido en un m¨¢s que necesario test para subrayar su papel como "gestor en jefe de crisis". Para la UE, sin embargo, el suceso ha resultado ser otro motivo para la introspecci¨®n y la depresi¨®n.
La crisis se ha producido en un tiempo de transici¨®n burocr¨¢tica. La nueva zarina de la Pol¨ªtica Exterior de la UE, Catherine Ashton, debe a¨²n afianzarse en su puesto y el Parlamento Europeo ha impedido el nombramiento de la designada comisaria Rumiana Jeleva, cuyo cometido inclu¨ªa la ayuda humanitaria. Como resultado, la respuesta de la UE parece revestir todos los signos de la pol¨ªtica previa al Tratado de Lisboa: lenta, tecnocr¨¢tica y eclipsada por Estados Unidos.
Las im¨¢genes no ayudan. Mientras Hillary Clinton volaba a Puerto Pr¨ªncipe a bordo de aviones militares estadounidenses con ayuda, la m¨¢s alta diplom¨¢tica de la UE pasaba la semana en su domicilio de Londres y tardaba tres d¨ªas en convocar una reuni¨®n ministerial. Y tiene que visitar a¨²n la capital haitiana.
Pero mientras hay motivos para deprimirse ante el aprieto haitiano, la acci¨®n de la UE no deber¨ªa generar semejantes emociones. La UE nunca ha sido la primera en responder. La UE s¨®lo ha desempe?ado en los ¨²ltimos a?os un papel limitado en los asuntos del pa¨ªs, mientras que EE UU, Canad¨¢ y Brasil han asumido responsabilidades equivalentes a su poder¨ªo regional. La idea de que la UE deba competir con ellos en acceso y visibilidad en la isla caribe?a es vergonzosa.
En segundo lugar, aunque la UE hace muchas cosas mal, presta ayuda humanitaria bastante bien. Pocas horas despu¨¦s del desastre la UE suministr¨® tres millones de euros para ayuda de urgencia. Una vez superada la fase aguda de la crisis, la nueva comisaria designada para Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva, deber¨ªa examinar si la UE necesita reformar sus mecanismos de respuesta r¨¢pida, tal vez mediante el establecimiento del Cuerpo Europeo Voluntario de Ayuda Humanitaria, una provisi¨®n que existe en el Tratado de Lisboa.
En tercer lugar, Hait¨ª necesitar¨¢ ayuda durante d¨¦cadas, tal vez incluso durante medio siglo, y la UE est¨¢ bien situada para d¨¢rsela. Ya dispone de 107 millones de euros para reconstrucci¨®n inmediata, mientras puede obtener otros 200 millones para rehabilitaci¨®n a largo plazo. Individualmente, los Gobiernos de la UE han prometido 92 millones. Eso hace que la suma de la asistencia europea a Hait¨ª, a?o tras a?o, equivalga a lo que la UE da a Latinoam¨¦rica en su conjunto.
Si Hait¨ª representa una prueba para la compasi¨®n internacional, es un examen que la UE est¨¢ aprobando. Pero si la crisis se convierte en un test no de c¨®mo ayudar a gente devastada, sino sobre si la UE puede rivalizar con EE UU, o usarlo como una excusa para crear nuevas instituciones, es algo que los l¨ªderes de la UE deber¨ªan evitar. Muchas veces las crisis son s¨®lo eso, crisis, y no una excusa para promover un desarrollo de la burocracia.
Daniel Korski es miembro del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores
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