El otro profesor Franz de Copenhague
Cuando los c¨®mics todav¨ªa no se llamaban as¨ª hab¨ªa una p¨¢gina semanal fascinante en el TBO, titulada Los inventos del profesor Franz de Copenhague. Mientras sus colegas contaban historias con vi?etas, Nit, Tinez, Benejam, Tur y Sabat¨¦s, autores sucesivos de estos inventos del TBO, dibujaban al detalle artilugios mec¨¢nicos descacharrantes de utilidad improbable, tales como, por ejemplo, un limpiador de gafas para motoristas compuesto de cisterna, bomba hidr¨¢ulica, campana y elefante asi¨¢tico.
Jean-Pierre Larroche, director de la compa?¨ªa francesa Les ?teliers du Spectacle, es el Franz de Copenhague del teatro: un demiurgo huidizo en medio de un mar de cachivaches cuyo sentido se nos escapa hasta que empiezan a moverse como por arte de magia.
? DISTANCES
Autores: Beno?t Fincker, Jean-Pierre Larroche y Thierry Roisin.. Int¨¦rpretes : J-P. Larroche y Marion Lefebvre. Producci¨®n: Les Ateliers du Spectacle. Teatro Pradillo. Del 22 al 24 de enero.
Se nos descubre el alma de los objetos y la vida secreta de la materia inerte
? distances, que interpreta junto a Marion Lefebvre, es un espect¨¢culo de variedades po¨¦ticas protagonizado por artefactos animados: una sucesi¨®n de n¨²meros donde, sin cont¨¢rsenos historia alguna, se nos descubre el alma de los objetos y la vida secreta de la materia inerte.
?C¨®mo dar una idea aproximada de lo que sucede en ? distances? Si conocen el teatrito de barraca de los Hermanos Oligor o el Circo de Alexander Calder, aquella locura que en los a?os veinte el entonces incipiente escultor mont¨® con figuritas de hilo y de hierro, quiz¨¢ puedan hacerse idea de c¨®mo es y por d¨®nde va el universo de Larroche.
Durante el primero de los siete n¨²meros de su espect¨¢culo, en un teatrito a escala colocado en medio del teatro Pradillo se representa una funci¨®n bulliciosa sin actores, t¨¦cnicos ni personajes.
Sus int¨¦rpretes son un mar de objetos min¨²sculos, movidos por Larroche con un haz de hilos desde seis metros de distancia: el ruido que hacen se vuelve estruendo, recogido por micr¨®fonos min¨²sculos, y amplificado.
Los protagonistas de otro de los n¨²meros son una docena de taburetes desperdigados por el escenario del Pradillo, sobre los que reposan macetas y pilas de fr¨¢gil vajilla.
Uno de ellos dobla en humana genuflexi¨®n una de sus patas de madera, dejando caer los platos con estr¨¦pito: es el comienzo de una reacci¨®n qu¨ªmica en cadena, de una divertida batalla entre el creador y sus criaturas.
En ? distances confluyen la f¨ªsica recreativa, la mec¨¢nica para besugos, la pintura en vivo, la performance con un halo de misterio, el uso ingenioso de las nuevas tecnolog¨ªas y un humor filos¨®fico y surreal. Sus int¨¦rpretes, tan serios como parecen, se lo pasan pipa, y nosotros tambi¨¦n.
L¨¢stima que est¨¦ tan poquitos d¨ªas en cartel.
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