Barracones por vestuarios
La remodelaci¨®n del estadio sigue a paso firme. Las obras de rehabilitaci¨®n integral en el edificio de El Molin¨®n no se detienen. Pero un paso obligado era la demolici¨®n del ala de los vestuarios, tanto los locales como los visitantes. As¨ª, anoche, la plantilla del Bar?a, acostumbrada al lujo del Camp Nou, tuvo que cambiarse en un complejo de naves modulares. Unos barracones.
La extrema amabilidad del personal contrarrest¨® la precariedad del recinto, que por momentos se cae a pedazos. Hay trozos sin barandillas en las escaleras y el suelo es totalmente irregular. Todo resulta algo ca¨®tico, hasta el punto de que no hay zona mixta -donde los jugadores atienden a los medios de comunicaci¨®n tras los encuentros-, sino que se avis¨® de antemano que s¨®lo saldr¨ªan a dar sus impresiones los dos t¨¦cnicos, Pep Guardiola y Manolo Preciado, adem¨¢s de un jugador por cada equipo.
Los rudimentarios vestuarios estaban bien acondicionados con sus camillas, pizarras y taquillas individuales. Pero nada extra. Fuera de la nave hay un t¨²nel similar al de los estadios argentinos para que los futbolistas, entre acto y acto, no se paseen a la intemperie. Y tambi¨¦n hay un par de m¨®dulos adjuntos, espacios reservados para la prensa, para los directivos del Sporting y para los equipos de seguridad.
No se quejaron los futbolistas del Bar?a, bien tratados y mejor atendidos por los trabajadores del Sporting. Incluso el departamento de prensa, por equivocaci¨®n, les dio la victoria antes del partido en el papel de las alineaciones y la clasificaci¨®n liguera que se entrega a los medios. No ocurri¨® lo mismo en el campo, donde los hinchas locales m¨¢s radicales, los Ultra Boys, dedicaron todo tipo de improperios a Joan Laporta, el presidente azulgrana, por su ideolog¨ªa pol¨ªtica. "?Laporta, cabr¨®n, eres espa?ol!", le gritaron con insistencia.
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