"Aqu¨ª mando yo"
Prostituci¨®n, dinero caliente, asesinos a sueldo. El crimen de Polop muestra la cara m¨¢s oscura del urbanismo salvaje
Mam¨¢! ?Ay¨²dame! ?No s¨¦ qu¨¦ hacer!". En alg¨²n momento, Juan Cano escribi¨® estas palabras sobre un folio en blanco sin sospechar que tiempo despu¨¦s lo encontrar¨ªa la Guardia Civil durante un registro de su casa. Es un documento que no tiene car¨¢cter probatorio, pero que refuerza la hip¨®tesis de los investigadores acerca de la personalidad atormentada de Juan Cano, alcalde de Polop de la Marina (Alicante) hasta el pasado mes de noviembre, cuando la Guardia Civil le detuvo como sospechoso de haber encargado el asesinato de su predecesor en el cargo, Alejandro Ponsoda -de quien hab¨ªa sido concejal de urbanismo-. Si Ponsoda no hubiera muerto, quiz¨¢ Cano nunca habr¨ªa sido alcalde.
Nueve agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil registraron la casa de Juan Cano en la madrugada del 23 al 24 de noviembre de 2009. Adem¨¢s del documento manuscrito, encontraron un plano con una l¨ªnea trazada en azul que se?alaba el camino de Polop hasta Xirles, la pedan¨ªa donde viv¨ªa y fue asesinado a tiros el entonces alcalde Alejandro Ponsoda, del PP, la noche del 19 de octubre de 2007. Cano sustituy¨® en la alcald¨ªa a Ponsoda, y dos a?os despu¨¦s ha sido arrestado como autor intelectual del crimen.
Un testigo protegido, antiguo mercenario en ?frica, desvela c¨®mo Cano le cit¨® para encargarle un asesinato
"No me votes", le dijo el alcalde Ponsoda a un vecino. Ten¨ªa miedo y no quer¨ªa ganar las elecciones de 2007
Diferentes pruebas y testimonios recogidos en las diligencias previas del caso Polop demuestran que Cano posee una personalidad atormentada y contradictoria. Adem¨¢s era un pol¨ªtico muy conservador. Un cargo p¨²blico del PP de aquellos que llevan la bandera de Espa?a en el reloj y alternaba como politono de su tel¨¦fono el himno espa?ol con el de su partido. Era tambi¨¦n un hombre que trat¨® de curarse su adicci¨®n al alcohol y un vecino asiduo de los clubes de alterne, hasta el punto de que las diligencias instruidas -que entran en su vida privada-, detallan c¨®mo su mujer sospechaba de sus andanzas e incluso pidi¨® a otro concejal que la acompa?ara para sacar a su marido del club Mesalina.
Cano era asiduo del Mesalina. Los testimonios son rotundos en este aspecto. Pero a mediados de agosto de 2007, su visita llevaba otra intenci¨®n.
Aquel d¨ªa, Cano se encontraba en el club en compa?¨ªa de Salvador Ros, un empresario del calzado vecino de Polop; uno de los propietarios del local (Pedro Hermosilla); el gerente del club (Ariel Gatto, uruguayo), y dos personas m¨¢s, un hombre y una mujer rubia, no identificadas en las diligencias. Todos ellos se encontraban en un reservado. En un momento dado, Gatto, el gerente, mand¨® entrar a la habitaci¨®n a uno de los dos testigos protegidos (TP) de la causa. Esa persona fue citada a esa reuni¨®n para recibir un encargo. La conversaci¨®n, trascendental en este sumario, se produjo en s¨ªntesis as¨ª:
-?Te gustar¨ªa hacer un trabajito?
-Claro, contest¨® TP, pensando que le iban a encargar el cobro de alguna deuda.
-Digo de los que hac¨ªas en ?frica.
-Ya no me dedico a eso, dijo TP, quien durante una parte de su vida hab¨ªa sido mercenario en ?frica.
-Hay mucho dinero de por medio.
-Entonces depende de lo que se trate.
A TP le explicaron que se trataba de matar a Alejandro Ponsoda, el alcalde de Polop, y que si quer¨ªa hacerlo necesitar¨ªa armas.
-Hay muchas maneras de matar -dijo TP- y no necesariamente con pistolas.
Tras pensarlo brevemente, puso sus condiciones: lo har¨ªa por 35.000 euros. De ellos, 17.500 euros al contado, que en todo caso ser¨ªan para ¨¦l en el supuesto de que surgieran dificultades y no pudiera llevarlo a cabo. El resto deber¨ªa ser ingresado en diferentes cuentas con importes de 900 euros.
La cantidad que solicit¨® TP les pareci¨® excesiva. Entonces intervino Cano.
-El pago se hace en tres veces, y las condiciones las pongo yo.
A lo que Salvador Ros a?adi¨®:
-Si no paga Juan, tranquilo que pago yo.
El testigo protegido decidi¨® desmarcarse del macabro plan que tramaba Cano para sustituir a Ponsoda al frente de la alcald¨ªa de Polop, poblaci¨®n situada a unos 10 kil¨®metros de Benidorm con m¨¢s de siete millones de metros cuadrados por urbanizar.
Seg¨²n el testimonio del testigo protegido, una vez que se neg¨® a hacer el encargo, le pidieron la identidad de alguien que pudiera hacerlo. Y el testigo les dio tres nombres, los de Ra¨²l Montero Trevejo y dos ciudadanos de origen checo, Robert Franek y Radim Rakowski, con antecedentes por posesi¨®n de armas y tr¨¢fico de drogas.
Los tres sicarios, supuestos responsables de la ejecuci¨®n de Ponsoda, trabajaban juntos. Hab¨ªan sido detenidos con anterioridad, en septiembre de 2006, tras una serie de denuncias por amenazas, coacciones y lesiones. En un BMW de Trevejo con placas brit¨¢nicas falsas, la polic¨ªa hall¨® una pistola; en el registro de su casa se incautaron de otras cuatro, dos cargadores y munici¨®n del calibre 7,65, coincidente con la que despu¨¦s sirvi¨® para disparar al alcalde. Tambi¨¦n guardaba en casa medio kilo de coca¨ªna.
Los dos checos quedaron libres, aunque en 2007 fueron encarcelados cinco semanas tras un registro del chal¨¦ donde se alojaban en La Ca?ada, una zona residencial pr¨®xima a Valencia. Hab¨ªan sido contratados por un narcotraficante para vigilar entregas de mercanc¨ªa. En el marco de la misma operaci¨®n cayeron 14 personas de diferentes nacionalidades y en el chal¨¦ se encontraron cinco escopetas y dos pistolas Walter y Beretta con munici¨®n Lapua, tambi¨¦n coincidentes con las armas y las balas del asesinato.
Los tres sicarios no eran unos desconocidos para el gerente del club (Gatto, que adem¨¢s se dedicaba a traer futbolistas de su pa¨ªs para probarlos en diferentes equipos de la localidad) y el empresario del calzado (Salvador Ros). Ros y Gatto se hab¨ªan dedicado en alguna ocasi¨®n a la extorsi¨®n para cobrar deudas, seg¨²n algunos interrogatorios policiales.
El testigo protegido decidi¨® contar lo sucedido dos a?os despu¨¦s del asesinato. Tambi¨¦n detall¨® a la polic¨ªa c¨®mo hablaban en un pasillo del club los mismos implicados, ya con posterioridad al asesinato, de los problemas con el tercer pago que deb¨ªa hacerse por el encargo del crimen.
Juan Cano no soportaba al alcalde Ponsoda. Nunca acept¨® que Ponsoda hubiera conseguido cuatro mayor¨ªas absolutas para el PP y que se convirtiera en un hombre imprescindible para ganar las elecciones en Polop. Le presion¨® muchas veces para que dejara el cargo, seg¨²n testimonios recogidos en el sumario, pero Ponsoda siempre se resisti¨®. Y, con Ponsoda de alcalde, Juan Cano no ten¨ªa manos libres para manejar el urbanismo a su antojo.
Cano tuvo que dejar la pol¨ªtica entre 2003 y 2007. El entonces presidente del PP provincial alicantino y actual senador Julio de Espa?a reuni¨® un domingo de marzo en Alicante a todos los concejales de Polop, excepto a Cano y Joaqu¨ªn Montiel. De Espa?a les explic¨® que ambos hab¨ªan sido grabados pidi¨¦ndole dinero a un empresario a cambio de concederle unas licencias y que deb¨ªan ser apartados. Fueron colocados en los dos ¨²ltimos puestos de la lista electoral y salieron del consistorio. Pero Cano y Montiel controlaban la agrupaci¨®n local del PP y en 2007 amenazaron con crear una lista propia si no volv¨ªan a ser incluidos. Y volvieron con la aquiescencia de la direcci¨®n provincial, ahora ejercida por el presidente de la Diputaci¨®n de Alicante, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll, enfrascado en la batalla interna entre zaplanistas y campistas.
La cuesti¨®n es que Cano no renunci¨® a manejar el urbanismo local pese a estar fuera del consistorio. Los t¨¦cnicos municipales siguieron despachando con Cano en su domicilio particular, desde donde pretend¨ªa organizarlo todo. "Aqu¨ª el alcalde soy yo", "aqu¨ª el que manda soy yo", "cuando yo vuelva, todo ser¨¢ como antes", son frases que le atribuyen a Cano numerosos vecinos.
Para entonces, el alcalde Ponsoda estaba hundido. "No me votes", le dijo a un vecino, pensando que lo mejor era no ganar las elecciones de 2007 para evitar sus consecuencias. A otra conocida del pueblo le lleg¨® a confesar con l¨¢grimas en los ojos: "Tengo mucho miedo y me va a pasar algo". Cano hab¨ªa organizado la campa?a, hab¨ªa redactado el programa electoral, hab¨ªa obtenido los fondos y gestionado un pr¨¦stamo de 60.000 euros para el partido. Cano lo hab¨ªa preparado todo. Pero quien ganaba las elecciones encabezando la lista era Ponsoda.
El denominador com¨²n de todos los problemas siempre ha sido el control del urbanismo. Cano hab¨ªa conseguido aprobar la homologaci¨®n de los sectores del Plan General de Ordenaci¨®n Urbana en marzo de 2003, para lo que hab¨ªa utilizado desde 1999 los servicios de un arquitecto t¨¦cnico llamado Jos¨¦ Vicente Mart¨ª.
Cuando trabajaba para el ayuntamiento, Mart¨ª cre¨® en 2002 una empresa externa, Urbanismo e Ingenier¨ªa (UEI) la Marina, con la que tuvieron que trabajar todos los agentes con intereses urban¨ªsticos. La aprobaci¨®n de los proyectos depend¨ªa de los informes t¨¦cnicos de Mart¨ª, ¨ªntimamente relacionado con Juan Cano. Y la Guardia Civil sospecha que los due?os de la empresa se enriquecieron il¨ªcitamente. Mart¨ª fue despedido del ayuntamiento en 2005, pero Cano lo recuper¨® en 2007. La alcaldesa que le sucedi¨® tras su ingreso en prisi¨®n, Mar¨ªa Dolores Zaragoza, volvi¨® a despedir a Mart¨ª al mes de tomar posesi¨®n.
Pero el gran interrogante urban¨ªstico en Polop es la urbanizaci¨®n de una partida de suelo r¨²stico llamada Matet, que ya preparaba Cano en 2003 y a la que se opuso tras su salida Alejandro Ponsoda, entre otras cosas porque detect¨® una gran oposici¨®n vecinal.
Un grupo inversor de Benidorm compr¨®, entre 2003 y 2004, 650.000 metros cuadrados en Matet por m¨¢s de tres millones de euros y present¨®, junto con un constructor que le hab¨ªa vendido a?os antes a Cano diferentes inmuebles, la propuesta para urbanizar alrededor de un mill¨®n de metros cuadrados. Adem¨¢s, un conocido abogado de Alicante tambi¨¦n hab¨ªa preparado un convenio para reclasificar otros 700.000 metros en la misma partida. Entre ambos inclu¨ªan miles de viviendas. La primera propuesta fue llevada a pleno en mayo de 2005, pero no prosper¨® por la oposici¨®n de Ponsoda, el entonces concejal de urbanismo Juan Andr¨¦s Llorens y toda la oposici¨®n.
El regreso de Cano al consistorio impuls¨® de nuevo estos y otros planes. Se reuni¨® con los responsables de la empresa que present¨® la propuesta en 2005 y busc¨® asesoramiento externo para sacarlo adelante. La Guardia Civil grab¨® en el tel¨¦fono de Cano una cita en el ayuntamiento con ambos urbanizadores para agilizar tr¨¢mites.
La actividad de Cano al frente del urbanismo de Polop motivar¨¢ un segundo proceso. El 19 de septiembre de 2008, la Guardia Civil ya ten¨ªa indicios s¨®lidos de la comisi¨®n de diferentes delitos, as¨ª que solicit¨® a la juez que instru¨ªa las diligencias del asesinato que abriera una pieza separada para "investigar la gesti¨®n urban¨ªstica irregular" por los posibles delitos de prevaricaci¨®n, cohecho, tr¨¢fico de influencias, blanqueo de capitales y negociaciones prohibidas a funcionarios. Y al final, la juez Mar¨ªa Antonia Raedo ha decidido deducir testimonio de las actuaciones practicadas y remitirlas a otro juzgado con el fin de incoar otro procedimiento judicial para depurar responsabilidades. Cano, pues, se enfrenta a dos procesos. Uno, por inducci¨®n al asesinato. Y otro, por delito urban¨ªstico. Dos delitos para un crimen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.