Catalu?a se queda sin jueces

Catalu?a se est¨¢ quedando sin jueces. Hace a?os que la situaci¨®n es preocupante, pero nunca se hab¨ªan encendido tantas alarmas como en la actualidad, en que los jueces de primer destino huyen a la primera oportunidad y casi nadie quiere venir a las plazas que quedan vacantes. El ¨²ltimo dato oficial es m¨¢s que elocuente. En el concurso de ascenso de la categor¨ªa de juez a magistrado que resolvi¨® el pasado 22 de diciembre se ofertaron 123 plazas en toda Espa?a, de las que 62 correspond¨ªan a Catalu?a. S¨®lo se cubrieron 12 y, de ¨¦stas, ¨²nicamente tres las ocuparan jueces procedentes de otra comunidad aut¨®noma.

La consecuencia de esta progresiva e imparable desertizaci¨®n judicial es que las vacantes se acaban cubriendo con jueces sustitutos, convirtiendo en normal una situaci¨®n que la ley prev¨¦ como excepcional, pero que ya afecta al 27% del total de las plazas que hay en Catalu?a. Los sustitutos suelen ser abogados con m¨¢s o menos experiencia o aspirantes a juez que no pasaron la oposici¨®n y que en algunos casos est¨¢n decidiendo sobre la situaci¨®n de libertad o prisi¨®n de una persona sin haber visto nunca antes a un detenido. O celebran juicios civiles sin saber c¨®mo y cu¨¢ndo han de admitir o no una prueba y act¨²an siguiendo las indicaciones del secretario judicial. En como si un m¨¦dico que no ha visto en su vida a un enfermo pasara consulta o se pusiera a operar, aunque tambi¨¦n existen sustitutos que han demostrado un nivel jur¨ªdico que nada tiene que envidiar al de los jueces titulares.

Los sustitutos, adem¨¢s, ocupan casi siempre los juzgados m¨¢s saturados de Catalu?a, porque por eso est¨¢n vacantes las plazas, en donde muchos de sus funcionarios carecen de formaci¨®n y proceden del paro. Pero, eso s¨ª, tienen el nivel C de catal¨¢n que les exige el Departamento de Justicia de la Generalitat, que es el que los debe formar.

La situaci¨®n ha llegado a tal al extremo que la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC), Mar¨ªa Eugenia Alegret, envi¨® el pasado d¨ªa 18 de enero un correo electr¨®nico a todos los jueces de la comunidad, pidi¨¦ndoles que hagan "saber a las personas que cuenten con m¨¦ritos y experiencia suficientes que puedan estar interesados en el nombramiento para el cargo de juez sustituto/a", que env¨ªen una solicitud y su curr¨ªculum. Alegret ya hab¨ªa lanzado el mismo SOS a las facultades de Derecho de Catalu?a y los Colegios de Abogados, advirtiendo del riesgo de suspensi¨®n de juicios y de que el servicio sea muy deficiente.De los 735 jueces y magistrados que hay en Catalu?a, el 27% son sustitutos; 138 son vacantes efectivas, 14 corresponden a comisiones de servicio y las otras plazas est¨¢n vac¨ªas por enfermedad, maternidad u otros motivos. Si la pr¨®xima promoci¨®n que se incorpore a la carrera en julio ser¨¢ de 135 jueces para toda Espa?a, est¨¢ asegurado que Catalu?a seguir¨¢ teniendo muchas vacantes.

La escasa tradici¨®n de opositores que hay en Catalu?a explica la actual desertizaci¨®n judicial. "Venir aqu¨ª no resulta atractivo para ning¨²n cuerpo nacional. A los jueces les pasa lo mismo que a la polic¨ªa la Guardia Civil", explica el magistrado del TSJC Sebasti¨¢n Moralo, quien en 1982 disfrut¨® de una de las primeras becas que concedi¨® la Generalitat para preparar la oposici¨®n. Desde entonces los est¨ªmulos a los futuros jueces no han pasado de esas ayudas, de las que actualmente se benefician una treintena de personas, entre jueces, fiscales y secretarios judiciales, explica Roser Bach, magistrada en comisi¨®n de servicios que dirige el Centro de Estudios Jur¨ªdicos de la Generalitat.

Salidas profesionales

Margarita Robles, vocal del Consejo General del Poder Judicial, entiende que las comunidades aut¨®nomas "tienen la responsabilidad de aplicar medidas para incentivar a los opositores de sus territorios y no lo est¨¢n haciendo. Pasa en Catalu?a y en Canarias". Moralo, perteneciente a la moderada asociaci¨®n judicial Francisco de Vitoria, a?ade que a los futuros jueces hay que empezar a estimularlos en la facultad, "porque el tejido de la sociedad catalana permite al licenciado buscarse la vida de abogado de empresa o por su cuenta en lugar de optar por la judicatura".

Pablo Llarena, de la mayoritaria y conservadora Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura, recuerda que el pecado original de las plazas vacantes es que no se cubren todas las que se convocan a?o tras a?o y que siempre habr¨¢ una de sustitutos. "Lo que no tiene sentido es que el Estado exija a los titulares un cierto nivel para ejercer y permita que haya tantos sustitutos y no se aborde el problema en serio". Robles anuncia que en el pr¨®ximo concurso se ofertar¨¢n todas las plazas vacantes que hay en Espa?a. Pero los n¨²meros seguir¨¢n sin cuadrar, porque la promoci¨®n que ahora se est¨¢ examinando y que impartir¨¢ justicia en 2012 es de 220 jueces, muchos menos de los necesarios.