Dos a?os preso por violaciones pese a que le exculpaba el ADN
El Supremo anula la condena de un hombre por la Audiencia de Las Palmas
El Tribunal Supremo ha absuelto a un hombre que fue condenado a 36 a?os de c¨¢rcel por tres delitos de violaci¨®n a pesar de que las pruebas de ADN lo exculpaban. Los cr¨ªmenes se cometieron en Gran Canaria en 1997. Diez a?os despu¨¦s, una de las v¨ªctimas crey¨® reconocer al agresor en la calle. Tras su declaraci¨®n y la de otras dos mujeres fue encarcelado en julio de 2007. El a?o pasado fue juzgado y condenado por la Audiencia de Las Palmas. Un informe de la Polic¨ªa Cient¨ªfica hab¨ªa concluido el 18 de abril de 2008 que el perfil gen¨¦tico del acusado no era "compatible" con los restos biol¨®gicos encontrados en el jersey de una de las chicas; tampoco el "haplotipo de cromosoma Y" era "coincidente". Las ¨²nicas pruebas en su contra fueron la identificaci¨®n de tres de las v¨ªctimas mucho despu¨¦s de los hechos.
Una v¨ªctima crey¨® reconocer al acusado diez a?os despu¨¦s
El hombre sufre una discapacidad f¨ªsica, ps¨ªquica y sensorial del 66%
La mujer que lo vio en la calle en 2007 hab¨ªa asegurado en 1997, en su declaraci¨®n ante la polic¨ªa, que no pod¨ªa "describir su cara" porque "se asust¨® y prefiri¨® no mirarle". Otra de las v¨ªctimas hab¨ªa declarado que el violador le hab¨ªa dicho "que cerrara los ojos y que no le mirara". La tercera relat¨® que en lugar en el que fue atacada "no hab¨ªa luz", seg¨²n consta en el sumario judicial.
El Supremo va a absolver ahora a Ricardo por falta de pruebas. Envi¨® ayer un mandamiento de libertad a la prisi¨®n y el condenado, Ricardo C. C., ya est¨¢ libre. El alto tribunal no ha dictado a¨²n la sentencia pero, seg¨²n han adelantado fuentes judiciales, la base de la decisi¨®n est¨¢ en que con los resultados biol¨®gicos y unos reconocimientos realizados 10 a?os despu¨¦s del crimen, no hay base alguna para desvirtuar la presunci¨®n de inocencia.
Las tres chicas fueron violadas entre el 14 y el 17 de noviembre de 1997 en las cercan¨ªas del barrio de Tafira, en Las Palmas de Gran Canaria. Dos eran menores, de 15 y 17 a?os. La tercera ten¨ªa 27. El modus operandi fue similar en todos los casos: sobre las nueve o diez de la noche el agresor las abordaba en la calle, las agarraba por el cuello y les obligaba a hacerle una felaci¨®n mientras las amenazaba con una navaja. El violador vest¨ªa una sudadera con capucha con la que se cubr¨ªa la cabeza. No fueron las ¨²nicas. Hubo otras seis v¨ªctimas de un violador similar en esa ¨¦poca.
Ricardo C. C. apareci¨® en escena 10 a?os despu¨¦s del crimen, y en adelante fue conocido como el "violador de Tafira". Una de las v¨ªctimas lo vio apoyado en la pared de un colegio mientras conduc¨ªa camino al trabajo. Crey¨® reconocerlo y avis¨® a la polic¨ªa. Era el 22 de junio de 2007.
Ricardo hab¨ªa tenido una vida complicada. Se enganch¨® a la hero¨ªna a los 14 a?os y su deterioro fue imparable, pero no cometi¨® delitos. En su expediente s¨®lo consta un peque?o hurto cometido para seguir pag¨¢ndose la droga. Un autob¨²s lo arroll¨® y casi mat¨® en 1993. El accidente lo dej¨® varios meses en coma, postrado en una cama. Las secuelas le provocaron una minusval¨ªa "f¨ªsica, ps¨ªquica y sensorial" del 66%. "Es muy lento, entiende las cosas, pero olvida todo muy r¨¢pido y tiene que anotarlas", asegura una persona de su entorno. Aquel terrible accidente no logr¨® que dejara la droga, aunque consta que lo intent¨® con la metadona.
Fue detenido despu¨¦s de que la v¨ªctima lo viera en la calle. Lo llevaron a comisar¨ªa, donde otra de las mujeres que hab¨ªan sufrido las violaciones pudo ver desde el principio, antes de ning¨²n reconocimiento fotogr¨¢fico ni en rueda, que ¨¦l era el sospechoso. Las dos lo identificaron Otra v¨ªctima dud¨® ante las fotos, pero despu¨¦s lo se?al¨® tambi¨¦n en el reconocimiento en rueda que se llev¨® a cabo en el juzgado. El resto de las mujeres que hab¨ªan sido violadas en esa ¨¦poca no lo reconocieron.
Las pruebas biol¨®gicas lo exculparon. El informe de la Polic¨ªa Cient¨ªfica concluy¨® que el perfil gen¨¦tico de Ricardo no era compatible con los restos encontrados en el jersey de una de las v¨ªctimas ni el "haplotipo de cromosoma Y" era "coincidente". El Instituto Legal de Medicina Legal de Las Palmas, por su parte, estuvo de acuerdo con la polic¨ªa en que el perfil gen¨¦tico no era compatible; con respecto a la prueba del cromosoma Y plante¨® alguna duda: se?al¨® que hab¨ªa pocos marcadores y que los resultados no eran del todo concluyentes.
Con estos informes en la mano, la Audiencia de Las Palmas bas¨® su condena -ahora revocada por el Supremo- s¨®lo en los reconocimientos de las v¨ªctimas, que fueron hechos "con correcci¨®n y sin que se hayan observado irregularidades de ning¨²n tipo", seg¨²n el fallo. "La prueba de ADN tiene el valor decisivo que ordinariamente le otorgan los tribunales de justicia cuando es de resultado positivo, cuando sirve para afirmar que una determinada sangre u otro producto org¨¢nico (... ) pertenece a una determinada persona", afirma la Audiencia. "Pero no puede tener este mismo valor cuando su resultado es negativo, esto es, cuando se utiliza para excluir la participaci¨®n de alguien".
Ricardo lleva preso desde julio de 2007 en la c¨¢rcel de Salto del Negro. Al principio, se vino abajo, pas¨® mucho miedo, los otros internos lo acosaban y le llamaban "violador de ni?as". Su imagen hab¨ªa salido en los peri¨®dicos y en las televisiones y una condena pesaba en su contra.
Su abogado, Sergio Armario, crey¨® en su inocencia y fue convenciendo a todos de que se hab¨ªa cometido un gigantesco error. Incluso le daba a Ricardo los papeles de la defensa para que se los ense?ara a sus compa?eros de la c¨¢rcel. Y entre los propios presos surgi¨® la duda. "Pero si no es mal t¨ªo, es una putada que est¨¦ aqu¨ª dentro", dec¨ªan.Ayer por la ma?ana, el letrado que un d¨ªa se encontr¨® con este caso por el turno de oficio le dio a Ricardo la noticia de su absoluci¨®n. Dicen que se puso a llorar como un ni?o. S¨®lo preguntaba "?y cu¨¢ndo salgo?". No tard¨® mucho. A eso de las dos de la tarde pisaba por fin el exterior de la c¨¢rcel.
La realidad judicial frente a la verdad
Los errores judiciales en las sentencias de violaci¨®n suelen seguir una misma pauta: hay unas v¨ªctimas convencidas de que el inocente fue su verdugo. Ocurri¨® con Ahmed Tommouhi y Abderrazak Mounib, condenados por una serie de violaciones en Barcelona y Tarragona que no hab¨ªan cometido; Mounib muri¨® en prisi¨®n y Tommouhi pas¨® 15 a?os encarcelado. Le sucedi¨® tambi¨¦n a Francisco Javier G., preso por haber violado a un menor al que en realidad no hab¨ªa visto jam¨¢s. La tenacidad de su esposa, que busc¨® infatigable durante dos a?os a un testigo que pod¨ªa probar la inocencia de su marido, logr¨® restablecer la verdad. Rafael Ricardi pas¨® 13 a?os en la c¨¢rcel por dos violaciones que no hab¨ªa cometido.
No son errores inevitables. Hay problemas estructurales que provocan sentencias injustas. Los errores de identificaci¨®n de sospechosos est¨¢n detr¨¢s de m¨¢s de tres cuartas partes de los casos seg¨²n la asociaci¨®n norteamericana Innocence Project, que ha sacado de la c¨¢rcel a 235 personas (algunos en el corredor de la muerte), gracias a pruebas de ADN.
Cuando v¨ªctimas y testigos creen reconocer a una persona inocente como el violador o asesino, muchas veces la raz¨®n es una mala pr¨¢ctica en la investigaci¨®n: reconocimientos en rueda en los que los cebos no se parecen al sospechoso; polic¨ªas que s¨®lo ense?an la foto de quien creen que ha sido el culpable, de forma que la v¨ªctima, a partir de ese momento, identifica esa imagen con el recuerdo borroso que tiene del criminal; o investigadores que "sugieren" qui¨¦n es el culpable, convenciendo al testigo de que, aunque no se acuerde bien, no se est¨¢ equivocando.
Hay pr¨¢cticas que se ha demostrado que funcionan para evitar estos errores, como que el polic¨ªa que muestra las fotos a los testigos no sepa qui¨¦n es el sospechoso o que se graben los interrogatorios en comisar¨ªa (porque algunas personas acaban confesando cr¨ªmenes atroces que no han cometido).
Los jueces, en todo caso, deber¨ªan tener en cuenta los estudios y descubrimientos de la llamada psicolog¨ªa del testimonio, que muestran c¨®mo en ocasiones una v¨ªctima, sin quererlo, sin mala intenci¨®n, puede contribuir a que un inocente pase d¨¦cadas encarcelado.
El informe de la Polic¨ªa Cient¨ªfica
- El perfil gen¨¦tico obtenido a partir de la muestra indubitada de Ricardo C. C. NO ES COMPATIBLE con la mezcla de perfiles gen¨¦ticos obtenida en el jersey cuyo an¨¢lisis fue objeto del Informe Pericial de referencia.
- El haplotipo de cromosoma Y obtenido a partir de la muestra indubitada de Ricardo C. C. NO ES COINCIDENTE con el obtenido, para los marcadores gen¨¦ticos analizados, en el jersey cuyo an¨¢lisis fue objeto del Informe Pericial.
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