La descarga de contenidos se aleja de las p¨¢ginas de enlaces P2P
Sus sustitutos son los servidores de descarga directa, como Rapidshare, Hotfile o Megaupload
Renovarse o morir. La presi¨®n de la industria cultural y los Gobiernos contra el intercambio de archivos con copyright est¨¢ provocando importantes cambios en la forma como ¨¦stos se encuentran y comparten. Suben con fuerza los servidores de descarga directa tipo Rapidshare mientras languidece el P2P, cuyo sistema m¨¢s popular, Bittorrent, se reinventa con la descentralizaci¨®n.
Para sortear la ofensiva legal hay diferentes propuestas que van a sustituir la vieja rutina de colgar los archivos en redes P2P y anunciar su ubicaci¨®n en webs, tal¨®n de Aquiles del intercambio de archivos, ya que constituyen un punto centralizado y localizable por la industria cultural. El a?o pasado, los tres sitios punteros a nivel mundial -The Pirate Bay, Mininova e Isohunt- pisaron los tribunales y van a menos.
El remedio t¨¦cnico a este tal¨®n de Aquiles es abandonar la f¨®rmula de las webs de enlaces y volver a la filosof¨ªa de las viejas redes descentralizadas, como eMule o Gnutella, m¨¢s dif¨ªciles de perseguir ya que no necesitan sitios en la Web para localizar los archivos: el propio programa cliente tiene un buscador que indaga qui¨¦n ofrece el contenido buscado.
Recientemente el programa para Bittorrent Frostwire presentaba una nueva versi¨®n que permite trabajar de forma descentralizada, buscando archivos Bittorrent en la red Gnutella sin necesidad de servidores centrales. Otro programa en circulaci¨®n desde hace a?os, Tribler, desarrollado por diversas universidades con fondos europeos, permite lo mismo. Tambi¨¦n el plugin para el programa Azureus, Cubit.
A¨²n son pocos los que se apuntan a la descentralizaci¨®n, aunque ser¨¢n m¨¢s tras anunciar The Pirate Bay que apostar¨¢ por el sistema DHT, de enlaces "magn¨¦ticos", una versi¨®n cifrada del aut¨¦ntico enlace Bittorrent, que el programa cliente descifra para localizar el archivo, sin necesidad de servidores centrales; pero el DHT no todos los clientes de Bittorrent lo implementan. Tampoco fue creado para redes tan grandes y puede presentar problemas. Para colmo, la popularidad de Bittorrent viene de su rapidez al usar servidores centrales. La descentralizaci¨®n al estilo eMule lo convierte en una red P2P m¨¢s.
La descentralizaci¨®n comporta que nadia compruebe la calidad del contenido que compartir, funci¨®n que ahora hacen las webs de enlaces y que permite que Bittorrent est¨¦ limpio de fakes (archivos que enga?an sobre su aut¨¦ntico contenido), introducidos por la industria cultural en las redes P2P para minarlas por dentro. Los moderadores de Mininova y The Pirate Bay aseguran que borran cada d¨ªa m¨¢s de mil fakes.
La soluci¨®n a los fakes ser¨ªa que el propio internauta califira los archivos. El programa Tribler es el ¨²nico que lo permite, pero los viejos del P2P no lo ven claro: "Es muy raro el usuario que piensa en los otros. La mayor¨ªa cuando acaba la descarga corta la conexi¨®n y no se preocupa por el que viene detr¨¢s", afirman JAJ, seud¨®nimo de dos webmasters P2P espa?oles, autores de P2pedia.info.
Cae el tr¨¢fico
La persecuci¨®n en algunos pa¨ªses a la gente que comparte archivos en las redes P2P est¨¢ provocando su abandono. Seg¨²n Arbor Networks, el tr¨¢fico P2P ha ca¨ªdo del 40% al 18% en los ¨²ltimos dos a?os. Sus sustitutos son los servidores de descarga directa que nada tienen que ver con el P2P, como RapidShare, Hotfile o Megaupload. Pueden ser gratis o de pago, mediante cuentas Premium de gran velocidad.
Blogs y foros publicitan los enlaces para estas descargas directas, de forma que todo el sistema est¨¢ basado en sitios en la Web. La amenaza de cierre por denuncia se evita usando m¨¢quinas situadas fuera de Espa?a o de Europa, gestionadas por personas que viven en pa¨ªses adonde es d¨ªficil que llegue el brazo de la ley. En algunos casos se cifran los enlaces para que no se sepa de qu¨¦ pel¨ªcula o juego se trata.
De esta forma, a la industria cultural s¨®lo le queda la opci¨®n de que un juez bloquee el acceso al sitio desde Espa?a (una medida que no evita que quien quiera lo siga visitando con servidores intermedios, proxis), o bien notificar uno por uno los archivos que atentan contra el copyright, para que el servicio de descargas los borre. En este caso, lo habitual es que al poco rato reaparezcan en otro sitio o con otro nombre.
Ilegal, pero en espa?ol
Espa?a es un mundo aparte en la descarga de contenidos. "Aqu¨ª somos muy c¨®modos y lo queremos todo en espa?ol", explican JAJ. As¨ª es dif¨ªcil que triunfe la distribuci¨®n descentralizada de series, pel¨ªculas, juegos y porno en versi¨®n original. El p¨²blico espa?ol demanda que sean traducidos a su idioma, lo que encarece el proceso y precisa de centros de distribuci¨®n espec¨ªficos.
Las pel¨ªculas descargadas en la Red espa?ola tienen la misma imagen que en el resto del mundo, pero el audio es otra historia. Para conseguirlo en castellano han de ir al cine, pagar la entrada y grabarlo con un equipo que ronda los 400 o 500 euros. Despu¨¦s, llega el proceso de sincronizaci¨®n de audio y v¨ªdeo, que no lo sabe hacer cualquiera.
Si la pel¨ªcula es espa?ola, ni siquiera la imagen est¨¢ disponible en los centros mundiales de descarga. La ¨²nica manera de obtener imagen y audio es grabarlos en el cine o esperar a que salga el DVD y copiarlo. Eso hace que muy pocos espa?oles tengan capacidad de colocar material en la Red. "El 80% de los estrenos en la Red espa?ola son de dos p¨¢ginas", aseguran JAJ. Estas webs llevan a cabo todo el trabajo mencionado y, adem¨¢s, compran material, ya procesado para el p¨²blico espa?ol, en servidores FTP de pago. La web recupera el dinero con publicidad, venta de bases de datos de clientes o de las p¨¢ginas de enlaces.
Si desaparecieran estas webs de material espa?ol y el intercambio de archivos se redujese a las redes mundiales con contenidos en versi¨®n original, las descargas en Espa?a ser¨ªan casi inexistentes. "Habr¨ªa pocos que, individualmente y sin esperar ni un gracias a cambio, pondr¨ªan cosas en circulaci¨®n".
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