Falta rigor pol¨ªtico

El Plan de Estabilidad enviado por el Gobierno espa?ol a la Comisi¨®n Europea suscita dudas muy razonables sobre la capacidad del Ejecutivo para reducir el d¨¦ficit p¨²blico, situado a finales de 2009 en el 11,4% del PIB, hasta el 3% en 2013 y de la posibilidad de controlar el intenso crecimiento de la deuda p¨²blica, que alcanzar¨¢ el 74% del PIB en 2012. La credibilidad del Gobierno se resiente adem¨¢s de la extrema confusi¨®n pol¨ªtica de sus propuestas.

Ayer, tuvo que anunciar que eliminaba el p¨¢rrafo, contenido en el documento remitido a Bruselas, en el que precisaba que en la propuesta de reforma de las pensiones -una de las medidas decisivas para controlar el d¨¦ficit y la deuda junto con el programa de recorte de gasto p¨²blico- se aumenta el periodo de c¨®mputo para el c¨¢lculo de las pensiones desde los 15 a?os actuales hasta los 25 a?os. Una torpeza pol¨ªtica de esta magnitud reduce las posibilidades de negociaci¨®n con los agentes sociales de una medida necesaria para garantizar el futuro del sistema de pensiones.

La condici¨®n inexcusable para que los ciudadanos, los mercados y Bruselas conf¨ªen en la solvencia de la econom¨ªa espa?ola es que los mensajes de reforma sean ver¨ªdicos y claros. El Gobierno ha burlado ambos requisitos. A la vista de la indiscreta revelaci¨®n en el documento de una medida desconocida en Espa?a y de su eliminaci¨®n posterior, da la impresi¨®n de que el equipo econ¨®mico juega con globos sonda y se complace en el despiste. No es que el cambio de rumbo anunciado en el Consejo de Ministros del viernes pasado y ratificado en el plan enviado a Bruselas sea incorrecto. Por el contrario, el recorte del gasto y la reforma de las pensiones son el mensaje que esperan los mercados y las agencias de calificaci¨®n. El problema es que la nueva direcci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica requiere algo m¨¢s que declaraciones; exige, adem¨¢s, rigor pol¨ªtico, explicaciones detalladas sobre d¨®nde, c¨®mo y en qu¨¦ cuant¨ªa se reducir¨¢ el gasto y un plan cre¨ªble sobre la relaci¨®n futura entre pensionistas y cotizantes, entre aportaciones y pensiones, para que los inversores renueven la confianza en la deuda espa?ola.

Al Gobierno le falta tacto pol¨ªtico y le sobra la presunci¨®n fr¨ªvola de que los anuncios gen¨¦ricos de medidas econ¨®micas bastan para combatir la recesi¨®n o restaurar las finanzas p¨²blicas. Un plan de estabilidad cre¨ªble no puede fundamentarse tan s¨®lo en recortes de gasto poco precisos o el nuevo c¨¢lculo de las pensiones; exige una previsi¨®n sobre la generaci¨®n de suficientes ingresos p¨²blicos, porque el balance entre ingresos y gastos del Estado muestra la debilidad de la estructura fiscal espa?ola. Por ello es imprescindible que el Gobierno se pronuncie sobre un plan efectivo contra el fraude fiscal o aclare si ser¨¢ necesario subir los impuestos antes de 2013; y por eso es tan necesario mantener un margen de inversi¨®n p¨²blica para facilitar la recuperaci¨®n y reducir el paro. Sin reactivaci¨®n, no aumentar¨¢n los ingresos y el paro elevado deteriorar¨¢ las finanzas p¨²blicas y la solvencia bancaria.