'Archis¨ªlabos' a tutipl¨¦n
A los archis¨ªlabos les espera larga vida entre nosotros. Me lo tem¨ªa al observar que no ha desaparecido del mercado ling¨¹¨ªstico ni uno s¨®lo de los varios cientos ya divulgados; o cuando se constata, al contrario, la fruici¨®n con que los hablantes los siguen creando o paladeando.
Funcionarios, periodistas, pol¨ªticos, profesores universitarios y expertos de todo pelaje andan empe?ados en inventar o escoger palabras largas que suplanten a otras de igual significado, aunque m¨¢s breves. Pero la certeza del triunfo del archis¨ªlabo la tuve el d¨ªa en que escuch¨¦ una diferenciaci¨®n en boca de un acad¨¦mico de la Lengua..., justo en el momento en que ¨¦l mismo reprobaba la moda del archis¨ªlabo.
Expertos de todo pelaje se empe?an en inventar palabras largas que suplanten a otras de igual significado
Las variedades de 'archis¨ªlabos' son inagotables para un o¨ªdo al acecho
Si hasta aqu¨ª ha llegado la marea, a lo mejor es momento de entregar otra nueva remesa de estos t¨¦rminos hinchados y con los que buscamos hincharnos. Dado el caso citado, ?empezaremos con los que se estiran gracias a coser el sufijo -ci¨®n a ese cuerpo tenido por raqu¨ªtico? Pues en esa bolsa se meten en los ¨²ltimos tiempos la tutorizaci¨®n en vez de la 'tutor¨ªa', la matizaci¨®n por el 'matiz', la exceptuaci¨®n en lugar de la 'excepci¨®n', la habituaci¨®n que es nada m¨¢s que 'costumbre' o 'h¨¢bito', o la afectaci¨®n cuando quiere decirse 'afecci¨®n' o 'da?o'. La mayor¨ªa prefiere hoy la suposici¨®n al 'supuesto', la titulaci¨®n al 't¨ªtulo', la finalizaci¨®n al 'final' y la ejercitaci¨®n al 'ejercicio'. Es verdad que, de momento, s¨®lo los m¨¢s pedantes emplean la secuenciaci¨®n por la 'secuencia', la postulaci¨®n por el 'postulado', o la transversalizaci¨®n por vaya usted a saber..., pero la dolencia es contagiosa y todo llegar¨¢. El polic¨ªa ya no le pregunta a uno por su 'domicilio', sino por su domiciliaci¨®n, igual que el funcionario no nos pide el 'certificado', sino la certificaci¨®n.
Bien es verdad que a muchos archis¨ªlabos les ayuda la ignorancia de las lenguas cl¨¢sicas por parte de quienes los acu?an o seleccionan. Y por ah¨ª se nos cuelan la asertaci¨®n para decir 'aserci¨®n' o 'aserto', as¨ª como coaligaci¨®n para referirse a una 'coalici¨®n' o la amenaza de excomulgaci¨®n, no de 'excomuni¨®n', que lanzaron el otro d¨ªa contra nuestro presidente del Congreso. Nos enteramos de que el pesquero espa?ol sufri¨® una interceptaci¨®n de los piratas, porque casi ning¨²n informador sabe construir 'intercepci¨®n'. Los se?ores de la industria, que antes obten¨ªan 'financiaci¨®n' y ahora hablan de financiarizaci¨®n (?), nos obsequian un d¨ªa con la flexibilizaci¨®n de sus plantillas y al otro con una desaceleraci¨®n de sus ventas. Mientras ellos exigen la desregula(riza)ci¨®n, los sindicatos claman contra la fragilizaci¨®n del empleo. Lo de la modelizaci¨®n, francamente,a¨²n no lo he pillado. En cambio, es notorio que la 's¨ªntesis' ya va para sintetizaci¨®n, la 'mediaci¨®n' asciende a intermediaci¨®n, el 'ocultamiento' muda en invisibilizaci¨®n y hay partidos pol¨ªticos que acusan a otros de parcializaci¨®n (quiero suponer que de 'sectarismo'). ?Entienden entonces por qu¨¦ el creador del Padre Brown bramaba contra "el polis¨ªlabo, ese enorme y viscoso ciempi¨¦s..."?
Salta a la vista que otra familia de estos crecidos vocablos florece a una con el gusto por la abstracci¨®n que por aqu¨ª arrasa, pese al ¨ªndice de fracaso escolar. En cuanto nos dejan, abandonamos la 'esencia' para ir directos a la esencialidad, la 'sustancia' para atender m¨¢s bien a la sustantividad, la 'circunstancia' para refugiarnos en la circunstancialidad y hasta la 'diferencia' palidece ante la diferencialidad.
Las formaciones pol¨ªticas se disputan la centralidad, no simplemente el centro, y el Gobierno propone pol¨ªticas de sostenibilidad porque ya no valen las de 'sostenimiento'. Si antes la regla ten¨ªa su 'excepci¨®n', ahora tiene su excepcionalidad. Habr¨¢n de saber que la novela actual no cultiva el g¨¦nero de la 'ficci¨®n', sino el de la ficcionalidad y los mejores novelistas, perdida la 'sutileza', derrochan sutilidad. Hay muchos que se entregan a su afici¨®n con cierta habitualidad, cuando antes se dedicaban a ello con alguna 'frecuencia'. Bastantes lectores se atienen a la literalidad de lo escrito, en lugar de atenerse a la 'letra'. Y si ustedes leyeran despacio los prospectos t¨¦cnicos, se enterar¨ªan de que sus aparatos cuentan con un dispositivo de conectividad, o sea, de 'conexi¨®n'; e incluyen mejoras de usabilidad, pero no de 'uso'...
Unos cuantos verbos (y sus derivados) han sufrido tambi¨¦n estiramientos faciales que no siempre les favorecen. Para referirse a 'toma de conciencia', se ha pasado desde el feo concienciar de mis tiempos mozos a los a¨²n m¨¢s horr¨ªsonos concientizar y a su correspondiente concientizaci¨®n. Ya tiene tambi¨¦n sus a?itos el subjetivizar, que nada a?ade a 'subjetivar', salvo una s¨ªlaba; m¨¢s recientes son el basamentar por 'basar' o el direccionar en lugar de 'dirigir' (y con ello el direccionamiento en el sentido de 'direcci¨®n' espacial). Si ya conoc¨ªamos el posicionar, ahora decimos reposicionar para resituar o recolocar; lo mismo que al dimensionar han de seguirle el redimensionar y el redimensionamiento. 'Plasmar' se ha esfumado ante el materializar, que vale tanto para cumplir un proyecto como para meter un gol. Imaginen el brillante juego de participios que todo esto permite. Igual que el descenso de temperaturas ser¨¢ siempre generalizado y nunca 'general', lo jerarquizado ha desplazado a 'jer¨¢rquico', lo individualizado a 'individual' y lo globalizado a 'global'.
Junto a m¨²ltiples expresiones verbales ya apuntadas en anteriores entregas, se nos vienen encima neologismos temibles. De algunos con los que he topado no sabr¨ªa dar su versi¨®n aproximada, como el confesionalizar o el sectorizar. De otros s¨®lo s¨¦ lo que me cuentan: que en L¨®gica el precioso implicatar alude a 'implicar' o 'suponer' e implicataci¨®n a 'supuesto'; o que la jerga judicial y la bancaria han estampado el aperturar porque 'abrir' les sab¨ªa a poco.
Las variedades de archis¨ªlabos son inagotables para un o¨ªdo al acecho. El m¨ªo ha captado este ¨²ltimo a?o que el 'desplome' est¨¢ dejando paso al desplomamiento, que al 'refuerzo' muchos prefieren un buen reforzamiento o que un conflicto entre amigos no produce su 'distancia', sino su distanciamiento. Conozco a quienes, lejos de haber recibido un buen 'trato' en aquel hotel, recibieron un buen tratamiento. El objetivo 'final' resulta m¨¢s pomposo si se vuelve finalista, aun cuando el 'analista' se queda corto frente al analizador y el 'mediador' o 'intermediario' frente al intermediador. Eso s¨ª, al 'colaborador' algunos le llaman colaborativo, y, por si les interesa, los faros de mi nuevo coche son adaptativos, no 'adaptables'. Se habr¨¢n fijado que nuestro ej¨¦rcito no cuenta con tantos soldados, sino con tantos efectivos.
Hoy tiende a convertirse todo 'aislamiento' en aislacionismo, lo mismo que cualquier 'reducci¨®n' es fruto de un premeditado reduccionismo o que la 'oposici¨®n' siempre hace un perverso oposicionismo. Algo tendr¨¢n que ver con el saber del 'empresario' -emprendedor, ya me entienden- los cursos de emprendurismo, as¨ª como el incrementalismo con el que acabo de tropezar seguro que alude a alg¨²n 'aumento'. Me barrunto que sumatorio es como un 'sumario' pero m¨¢s largo, de igual modo que la 'recopilaci¨®n' ha dado en recopilatorio. Y puedo asegurarles, en fin, que hay asignaturas universitarias cuyos temas no componen un programa 'disciplinar', sino un programa disciplinario.
Ya lo dej¨® escrito Chesterton: corren tiempos en que "no importa lo que digas mientras lo digas con palabras largas y cara larga". No les digo m¨¢s.
Aurelio Arteta es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa Moral y Pol¨ªtica de la UPV.
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