La m¨²sica del poeta

En su tremendo y bienintencionado af¨¢n expansionista, el festival de canci¨®n de autor Barnasants ha llegado este a?o hasta Sant Boi de Llobregat. Y en Sant Boi, en esa magn¨ªfica recuperaci¨®n ciudadana que es Can Massallera, se present¨® Alejandro Mart¨ªnez el pasado jueves por la noche. Dicho as¨ª podr¨ªa parecer un concierto m¨¢s en una propuesta tan abrumadora como es la actual edici¨®n de Barnasants pero no lo fue por un par de razones nada desde?ables. Primera: se trat¨® de un buen concierto. Segunda: el aut¨¦ntico protagonista de la velada no fue el cantante, sino el poeta Jaime Gil de Biedma, uno de esos nombres que recuperar obligatoriamente con asiduidad y que la actualidad cinematogr¨¢fica ha colocado en un primer (y pol¨¦mico) primer plano.

Para muchos Jaime Gil de Biedma no est¨¢ presente en la reci¨¦n estrenada El c¨®nsul de Sodoma (todo es discutible), pero en cambio lo estuvo, y mucho, en Sant Boi. Una presencia casi f¨ªsica que lo llenaba todo. Una fotograf¨ªa del poeta marcaba un extremo del escenario como si de un altar pagano se tratara, pero eran sus palabras las que, una vez tras otra, materializaban su presencia.

Alejandro Mart¨ªnez ha escogido un pu?ado de poemas de Gil de Biedma y los ha convertido en canciones. Seg¨²n sus palabras al inicio, Que te voy a ense?ar un coraz¨®n infiel, nombre del espect¨¢culo y de un pr¨®ximo disco libro, es un recorrido sentimental personal por la poes¨ªa de Gil de Biedma, pero la selecci¨®n es magn¨ªfica y presenta las distintas caras del poeta con sencillez. Eso hace que f¨¢cilmente se pueda compartir con el cantautor de Gav¨¤ ese recorrido sentimental.

Otro punto a favor es que Mart¨ªnez no ha intentado hacer suyas a toda costa las poes¨ªas, sino que se ha puesto al servicio del poeta. M¨¢s que canciones, estamos ante poemas cantados. Deliberadamente la poes¨ªa est¨¢ casi siempre en primer plano. El poeta no pasa a ser el letrista, sigue siendo el poeta, y aqu¨ª con may¨²sculas.

A algunos temas les falta todav¨ªa algo de recorrido, pero tanto la voz como las sencillas instrumentaciones acercan la poes¨ªa al oyente y, a fin de cuentas, de eso se trataba.