M¨¢s miedo al pacto que al clima

El ya de por s¨ª decepcionante acuerdo de Copenhague alcanzado en la ¨²ltima cumbre del clima ha comenzado su andadura con mal pie, aunque sigue contando formalmente con el respaldo de la mayor¨ªa de los grandes pa¨ªses emisores de CO2. El 31 de enero termin¨® el plazo para que los estados rellenasen los ap¨¦ndices del pacto dejados en blanco con sus propuestas de reducci¨®n de emisiones para 2020 y las cifras remitidas son las de siempre. Una vez m¨¢s, se avanza para volver atr¨¢s.

Lo peor es que, como ha recordado esta semana Greenpeace Internacional, se estima que estas cifras no son suficientes para contener en dos grados cent¨ªgrados el aumento de la temperatura media del planeta, el umbral de riesgo marcado en el propio acuerdo. De forma paralela, Naciones Unidas hab¨ªa requerido que los pa¨ªses notificaran por carta su asociaci¨®n al acuerdo, lo que en los ¨²ltimos d¨ªas han realizado 87 de las 192 naciones de la Convenci¨®n sobre Cambio Clim¨¢tico.

Obama rebaja sus planes por los fr¨¢giles apoyos en el Senado

"Por supuesto que estas aportaciones no son suficientes, por eso hay que pensar en nuevos instrumentos", reconoce Juan Rafael Elvira, secretario de Medio Ambiente de M¨¦xico, el que deber¨¢ ser el presidente de la pr¨®xima Cumbre del Clima en Canc¨²n, que considera que hay que buscar los puntos en com¨²n para avanzar tanto en el pacto de Copenhague como en el proceso de negociaci¨®n de Naciones Unidas. "Tenemos m¨¢s miedo del acuerdo que del impacto del cambio clim¨¢tico. Hay que tener temor de las consecuencias del cambio clim¨¢tico y no tanto de un acuerdo que tendr¨ªa beneficios para la mayor¨ªa de los pa¨ªses", se lamenta. Entre las naciones desarrolladas, la UE ha comunicado su compromiso legal de reducir un 20% sus emisiones respecto a 1990 e insiste en su disposici¨®n a llegar a un 30% si otros pa¨ªses asumen objetivos comparables. Por su parte, EE UU se fija un recorte del 17%, pero escogiendo como referencia 2005 (si fuera 1990, este recorte se queda entonces en un 4%).

"Es verdad que probablemente esto est¨¦ por debajo de lo que consideramos necesario para garantizar que la temperatura no se incremente dos grados cent¨ªgrados", reconoce tambi¨¦n Teresa Ribera, secretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico, que realiza a su vez dos matizaciones: "La primera es que estos objetivos suelen ser cuantificados con prudencia y es posible que el efecto reductor sea mayor del que se ha comunicado; y la segunda es que hay que seguir trabajando para profundizar ese nivel de compromiso: al igual que la UE espera llegar al 30%, es f¨¢cil que otros pa¨ªses puedan hacer m¨¢s".

Para Ribera, lo fundamental es que el pacto se ponga en pr¨¢ctica cuanto antes. "Una vez que se pone en marcha, el proceso se acelera y resulta m¨¢s sencillo profundizar en compromisos de reducci¨®n, pues se comprueba que es positivo y que representa una inversi¨®n en un futuro mejor".

En lo que se refiere a las acciones voluntarias para obtener reducciones de los pa¨ªses en desarrollo y emergentes, China ha vuelto a comunicar su intenci¨®n de limitar el aumento de sus emisiones para 2020 entre un 40% o 45% por unidad del Producto Interior Bruto sobre 2005. A diferencia del Protocolo de Kioto, que contaba con un mayor consenso, pero que dejaba fuera a los dos mayores emisores de CO2 del planeta, China y EE UU, lo m¨¢s destacado del texto dan¨¦s es precisamente que involucra por primera vez a todos los grandes contaminadores. La representante espa?ola en Copenhague destaca que es muy importante que en este grupo que apoya por escrito el acuerdo est¨¦n todos aquellos que suman m¨¢s del 80% de las emisiones a escala global.

La petici¨®n de Yvo de Boer, secretario de la Convenci¨®n Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Clim¨¢tico, para que las naciones indicasen de forma expresa si se asocian al acuerdo de Copenhague ha creado cierto desconcierto. "?l hace una cosa un tanto peculiar, pues en realidad el acuerdo de Copenhague se expres¨® p¨²blicamente en el plenario", incide Ribera, que tambi¨¦n asegura que no hay plazo para que el resto de pa¨ªses sigan remitiendo su apoyo. "Esto consolida el acuerdo, pues confirma que, si bien necesita de mayor precisi¨®n y de mayor desarrollo, tambi¨¦n engloba la voluntad pol¨ªtica y el compromiso personal de los m¨¢ximos l¨ªderes".

As¨ª pues, comienza con problemas el desarrollo de este texto, en un momento complicado para la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Por un lado, los esc¨¦pticos se crecen con los sonados errores del IPCC, el organismo cient¨ªfico de referencia en cambio clim¨¢tico de la ONU; y por otro, Obama se ve forzado a rebajar sus propuestas clim¨¢ticas en el Senado para intentar llegar a acuerdos con los republicanos. Como informaba ayer Le Monde, el presidente de EE UU ha dado marcha atr¨¢s con su propuesta de cap and trade (mercado de emisiones).

Como anfitri¨®n de la pr¨®xima cumbre del clima, M¨¦xico ha comenzado a reunirse con otros pa¨ªses para buscar f¨®rmulas con las que hacer avanzar el proceso. "Debemos trabajar en un nuevo acuerdo vinculante. M¨¦xico no quiere generar altas expectativas, pero tenemos que lograr una participaci¨®n de todas las partes para lograr ese gran alineamiento".