Ese vikingo que llevamos dentro
Zonas de ba?o en pleno invierno en Copenhague, el '¨¢rbol de los chupetes' y el r¨¦cord en n¨²mero de botellas de cervezas
Copenhague tiene una doble capa. Uno observa a sus ciudadanos, que no dicen una palabra m¨¢s alta que otra, y sus rutinas perfectamente ordenadas y puede pensar que es una ciudad apagada y ?o?a. Error. Si uno rasca, se encontrar¨¢ con una urbe bastante friki y divertida. Si ya ha visitado la sirenita al borde del agua y se ha maravillado con el Tivoli, uno de los parques de atracciones m¨¢s antiguos del mundo, prepare el cuerpo para comprender la idiosincrasia danesa haciendo lo que hacen ellos. O, por lo menos, intent¨¢ndolo.
01 El SoHo n¨®rdico
Gafas de pasta, tacones de v¨¦rtigo, ropa retro, labios rojos... No hay duda: la plaza Sankt Hans Torv (con su escultura de granito) es el epicentro de Norebro, un antiguo barrio de trabajadores que se ha convertido en el SoHo de Copenhague. Es aqu¨ª donde viene el moderneo a renovar su vestuario, tomar un caf¨¦ y dejarse ver entre las tribus de dise?adores, artistas y gente del show business. Merece la pena entrar en los dos bares m¨¢s famosos de la plaza: el minimalista Pussy Galore's Flying Circus, donde toca comer el brunch, y el animado Sebastopol, con sus abundantes s¨¢ndwiches. Habr¨¢ que curiosear por Ravnsborggade, la calle de las boutiques, las antig¨¹edades y los muebles vintage. Y por Elmegade, la callejuela de las tiendecitas de ropa creativa con dise?os ¨²nicos. En Gef?hrlich (Faelledvej, 7) hay que echar un vistazo s¨ª o s¨ª, porque es una mezcla rara de restaurante, cocteler¨ªa, peluquer¨ªa y galer¨ªa de arte con dj's. No puede faltar el baile en Rust, donde escuchar lo ¨²ltimo de lo ¨²ltimo.
02 'Reggae' para ir al cielo
En el barrio de Christianshavn se llevan los contrastes. Entre los edificios de oficinas de cristal aparece sin esperarlo la espigada iglesia de los cristianos, un templo luterano del siglo XVIII. Pero lo mejor est¨¢ dentro: un p¨²lpito de madera y bancas como de teatro. ?Y eso? Claro, se descubri¨® el fil¨®n y ahora en la iglesia se organizan conciertos de todo tipo, desde reggae hasta audiciones de Bach. Una pena que su p¨¢gina web (christianskirke.com) est¨¦ en dan¨¦s. De todas formas, pregunte en la oficina de turismo o en la propia iglesia. La animaci¨®n no acaba: en la cripta, bajando unas escaleras, se encuentran varios sepulcros de nobles daneses. Lo m¨¢s curioso es que las cajas est¨¢n ah¨ª, sin enterrar. Puede dar aprensi¨®n, as¨ª que se puede volver al mundo en la pasteler¨ªa Lagkagehusset (Torvegade, 45), una instituci¨®n en la ciudad. Pegue la nariz al escaparate y vea el espect¨¢culo de bollos, chocolates y tartas con frutas. No tendr¨¢ m¨¢s remedio que entrar y salir cargado.
03 Caladas libertarias
El barrio m¨¢s libertario de Copenhague es hoy un barrizal. Ha llovido. Hay vecinos tomando cervezas. Hay un rubio cortando troncos. Hay unos j¨®venes que se calientan con una hoguera. Hay casas de madera precaria y uralita. Hay polic¨ªa. Hay innumerables graffitis. As¨ª es el ambiente en Christiania, un barrio parcialmente autogobernado desde la d¨¦cada de 1970, con unos 850 residentes y un estatus semilegal de comunidad independiente al margen de cualquier Estado. Paseando por Pusher Street, la calle principal, uno se da cuenta de que la droga es como el pan, as¨ª que si le ofrecen Afganist¨¢n Rojo o Nepal Negro no espere un billete de avi¨®n. Por lo dem¨¢s, Christiania es tranquilo: mirar los puestos hippies con sus cachivaches, comer un fish & chips por 30 coronas (cuatro euros) o un falafel por 15 (dos euros), un pastel con caf¨¦ en Sunshine Bakery, una cerveza en Woodstock Bar o mirar qu¨¦ pasa en el barrio desde uno de los merenderos. Cuando salga de Christiania, f¨ªjese en la portada de madera: "Usted est¨¢ entrando ahora en la Uni¨®n Europea".
04 La birra m¨¢s danesa
Las vibraciones cambian. Frederiksberg es un pueblecito con ayuntamiento propio que hace tiempo que Copenhague se merend¨®. Est¨¢ a 20 minutos caminando desde el centro, pero el aire es aqu¨ª m¨¢s calmado. M¨¢s burgu¨¦s. En uno de sus extremos se encuentra la hist¨®rica f¨¢brica de cerveza Carlsberg, orgullo nacional. Sorprende su arquitectura de la segunda mitad del siglo XIX, los dos elefantes gigantes que sostienen la torre del edificio y, ya dentro, la mayor colecci¨®n de cervezas del mundo (m¨¢s de 18.000 botellas). M¨¢s en el meollo del distrito (detr¨¢s del consistorio), los s¨¢bados por la ma?ana entre abril y octubre hay un mercadillo de ropa, antig¨¹edades y rarezas. Est¨¢ bien eso de entrar en el parque Frederiksberg Have. ?sta es la gran sorpresa: un enorme lago, prados verdes y un ¨¢rbol cargado de largas ristras de chupetes y dibujos. Un vecino saca de dudas: cuando los ni?os del barrio dan el paso de dejar ese pez¨®n de goma, vienen aqu¨ª, lo cuelgan y se despiden de ¨¦l llorando. Una tradici¨®n como otra cualquiera.
05 Fuertes y en cueros
Les dan igual las bofetadas de fr¨ªo polar. Muchos daneses tienen la costumbre de ba?arse en cueros durante el invierno. Cuando el agua est¨¢ congelada y los cielos negros. Es san¨ªsimo y divertid¨ªsimo, cuentan. Quedan en alguna playa (en Copenhague nunca se est¨¢ lejos del mar; 30 minutos como mucho), se despelotan y pasan el tiempo nadando o pegando volteretas. No hay m¨¢s. Muchos son ancianos. Los ba?os de invierno m¨¢s famosos est¨¢n en el ¨¢rea metropolitana de la capital y son los de Gilleleje, Dragor, Kastrup y Charlottenlund. Otro, el de Amager, se halla dentro de la ciudad y a ¨¦l se llega cruzando los puentes de Langerbro y Knippelsbro. Como turista, y si no llueve, uno puede hacer un picnic y relajarse mientras observa c¨®mo unos tipos desaf¨ªan la f¨ªsica. Y si uno se quiere mimetizar, m¨¦tase en el agua a ver si aguanta. Demuestre el vikingo que lleva dentro.
Gu¨ªa
Datos b¨¢sicos
? Moneda: coronas danesas (un euro equivale a unas 7,45 coronas danesas).
? Prefijo telef¨®nico: 0045.
C¨®mo ir
? Iberia (www.iberia.com) tiene vuelos directos a Copenhague. Ida y vuelta desde Madrid, a partir de 143 euros, precio final.
? Spanair (www.spanair.es), ida y vuelta directo a Copenhague desde Madrid, a partir de 98 euros, todo incluido.
? SAS (www.flysas.com), ida y vuelta directo entre Madrid y Copenhague, a partir de 210 euros, precio final.
Visitas
? F¨¢brica Carlsberg (0045 33 27 13 14 y 0045 33 27 12 82; www.visitcarlsberg.dk). 11, Gamble Carlsberg Vej. Hasta el 30 de abril abre de martes a domingo, de 10.00 a 16.00. Hay visitas guiadas. Precio de entrada, 8 euros.
Informaci¨®n
? Oficina de turismo de Copenhague (www.visitcopenhagen.com; 0045 70 22 24 42). Funcionan tambi¨¦n como central de reservas de alojamientos (hoteles, b&b, hostales...).
? Turismo de Dinamarca (www.visitdenmark.com).
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