"Los aparcamientos nuevos est¨¢n hechos para que te roben"

Iv¨¢n Lapausa guarda las cr¨ªticas en el m¨®vil. Saca su iPhone y abre la imagen con los dedos. "?Ves?", la ense?a. En la pantalla aparece el hierro de un aparcamiento para bicicletas arrancado. "Es as¨ª de f¨¢cil, est¨¢n hechos para que te roben. Yo siempre compruebo antes de dejar la bici porque basta tirar un poco para qued¨¢rtelo en la mano". Lapausa lleva casi la mitad de su vida subido a una bicicleta. Lo suyo es vocacional. No tiene coche ni carn¨¦. "No me hace falta", asegura.

Circula por Madrid con una bici algo gastada, que usa para trabajar. Tiene 29 a?os y es mensajero en la empresa Api?¨®nfijo, un negocio que gestiona con otros dos socios. Recorre a diario la ciudad con el casco puesto y un macuto de tela militar a la espalda en el que cabe "de todo", seg¨²n cuenta. Le lleg¨® la inspiraci¨®n por televisi¨®n. Con 16 a?os vio un documental de mensajeros ciclistas en Nueva York. "C¨®mo mola esto, ?no?", pens¨®. Y se qued¨® con el cuento. Como es deportista "desde siempre", le pareci¨® el mejor negocio posible. Y con 18 a?os empez¨® a repartir paquetes. Su bicicleta s¨®lo tiene un freno, ruedas muy estrechas y un guardabarros trasero artesanal. Es una botella de pl¨¢stico cortada. "Hay que economizar, que con este trabajo se rompe todo", justifica.

Con ese veh¨ªculo recorre decenas de kil¨®metros (entre 70 y 150) desde que sale de su casa de Sanchinarro antes de las 9.00 hasta que termina el reparto sobre las 19.30. No le convencen los tramos de carriles bici que ya funcionan en Madrid. "No valen para nada". La red est¨¢ inconexa y, seg¨²n el mensajero, le falta algo fundamental, un desnivel respecto al resto de la calzada. "No puedes pretender pintar una rayita en un barrio y que un viejo que lleva paseando por all¨ª 30 a?os entienda que est¨¢ reservado para las bicicletas". Si dependiera de ¨¦l, todos los carriles bici estar¨ªan dibujados en las carreteras, para quitarle espacio al coche, no al que pasea.

Visto lo visto, prefiere que las cosas se queden "como est¨¢n, sin m¨¢s intentos de cambiar la ciudad", porque est¨¢ convencido de que quienes plantean la movilidad ciclista de Madrid "no se mueven jam¨¢s en bici". Cree que los conductores de Madrid tienen comportamientos extremos con los ciclistas. "O nos tratan muy, muy bien o fatal, no hay t¨¦rmino medio", asegura. A pesar de todo, Madrid le parece un lugar apto para ir en bicicleta. Cree que es cuesti¨®n de paciencia y de aprenderse los trucos poco a poco. Las cuestas "le dan vidilla" al recorrido, excepto la de la calle de la Liberaci¨®n, en la Gran V¨ªa de Hortaleza. ?sa, seg¨²n el bicimensajero, es "criminal".