La imparable politizaci¨®n de las cajas
Tras la llegada de Rato a Caja Madrid, Juan Jos¨¦ Lucas podr¨ªa aterrizar en Caja Espa?a
Anda el patio muy revuelto desde las polvorientas declaraciones de Esperanza Aguirre sobre Caja Madrid en las que llamaba "hijoputa" a un correligionario (se supone que a Fernando Serrano, hombre de confianza de Alberto Ruiz-Gallard¨®n, al que priv¨® de continuar en la caja, aunque bien podr¨ªa ser el propio alcalde de Madrid o el vicealcalde, Manuel Cobo). En cualquier caso, la presidenta madrile?a dejaba al descubierto los manejos que hizo en la entidad financiera para controlarla desde que comprob¨® que Miguel Blesa no se mostraba sumiso a sus deseos, y tambi¨¦n que su intenci¨®n es continuar con esa actitud, aunque el que ahora est¨¦ al frente sea Rodrigo Rato y no su lugarteniente Ignacio Gonz¨¢lez.
Es verdad que la personalidad de Rato aleja muchos fantasmas sobre la manipulaci¨®n futura de la caja por parte de la presidenta de la Comunidad madrile?a, pero su llegada ha vuelto a poner en evidencia que el poder pol¨ªtico est¨¢ lejos de erradicarse, por mucho que insistan desde el Banco de Espa?a y se pida desde la Confederaci¨®n Espa?ola de Cajas de Ahorros (CECA). No deja de ser un caso m¨¢s de la imparable politizaci¨®n de las cajas, que todos critican, pero nadie se decide atajar.
Y, probablemente, se repita en otros movimientos que est¨¢n en proceso o por producirse. Es el caso, por ejemplo, de la fusi¨®n entre Caja Espa?a y Caja Duero, muy tutelada por la Junta de Castilla y Le¨®n. Ya se ha decidido que la sede social, la presidencia y los ¨®rganos de gobierno se ubicar¨¢n en Le¨®n, mientras que la direcci¨®n general estar¨¢ en Salamanca. Lo que falta por resolver es qui¨¦n la va a presidir, y la persona que m¨¢s consenso genera en las filas pol¨ªticas es el ex presidente de la Comunidad Juan Jos¨¦ Lucas. Ni Santos Llamas, de Caja Espa?a, ni Julio Fermoso, de Caja Duero, parecen se?alados, ni tampoco los directores generales Lucas Hern¨¢ndez (Caja Duero) e Ignacio Lagartos (Espa?a).
Si se quieren m¨¢s muestras de que esa politizaci¨®n est¨¢ consolidada, no hay m¨¢s que mirar las reacciones que han tenido los presidentes de Galicia y la Comunidad Valenciana, Alberto N¨²?ez Feij¨®o y Francisco Camps, cuando supieron que Caja Madrid quer¨ªa tirar los tejos a Caixa Galicia y la CAM.
No obstante, Rato les ha mandado un mensaje de tranquilidad. El ex vicepresidente del Gobierno con el PP ha tomado las riendas con calma y, a juzgar por los primeros s¨ªntomas, el tama?o no es aparentemente una obsesi¨®n. Se ha preocupado mucho en dar ¨®rdenes al equipo directivo para que transmitan que el asunto de la fusi¨®n pasa a estar en quinto o sexto lugar de sus prioridades. Antes quiere poner el acento en el negocio, el crecimiento, la rentabilidad, el reforzamiento del core capital, la lucha contra la morosidad, la venta de activos..., mientras toma el pulso de la organizaci¨®n y despeja si sigue con el mismo equipo directivo que encabezan los directores generales Mat¨ªas Amat e Ildefonso S¨¢nchez.
Pero a gallegos y valencianos, y de otros contornos tambi¨¦n, les cuesta creerlo. Al contrario, ven la llegada de Rato a Caja Madrid como un impulso a la fusi¨®n con Caixa Galicia y la CAM. Entre otras cosas, porque las propias orientaciones del mercado, adem¨¢s de los deseos del Banco de Espa?a, empujan hacia este tipo de operaciones. Caja Madrid es la segunda caja, y la oportunidad de una integraci¨®n con esas dos entidades le pondr¨ªa en una posici¨®n l¨ªder junto a La Caixa, que no tiene previsto meterse en compras.
Desde luego, parece evidente que si se quieren hacer entidades con m¨¢s competidoras como pide el Banco de Espa?a, se deben facilitar las fusiones entre entidades de distintas comunidades. Pero los dirigentes auton¨®micos no quieren perder poder, y eso supone un serio obst¨¢culo.
Para que las cosas cambien es necesario que se modifique la Ley de Ordenaci¨®n y Regulaci¨®n de las Cajas de Ahorros (LORCA), que data de 1985, y que dot¨® de ese poder a las comunidades aut¨®nomas y entidades locales. Sin embargo, se produce una situaci¨®n contradictoria: los cambios no se acometer¨¢n hasta despu¨¦s de que acabe el proceso de fusiones en las cajas. Por eso va a ser dif¨ªcil que se despoliticen mientras se negocian fusiones y operaciones similares, como las SIP, que precisamente aseguran la permanencia de las cajas en su territorio. Es decir, los nombramientos los van a seguir manejando y consensuando los pol¨ªticos.
La 'rueda de la recuperaci¨®n' de Isidro Fain¨¦
El presidente de La Caixa, Isidre Fain¨¦, mostr¨® el viernes, en la presentaci¨®n de resultados de 2009, un panorama mucho menos dram¨¢tico que el acostumbrado en los ¨²ltimos d¨ªas. Fain¨¦ termin¨® su discurso con lo que llam¨® la rueda de la recuperaci¨®n en pol¨ªtica monetaria, fiscal y financiera, que servir¨¢ para poner fin a la rueda de la recesi¨®n de hace un a?o. Se trata de encadenar "mayor confianza, m¨¢s consumo, m¨¢s ventas, m¨¢s beneficios, m¨¢s inversi¨®n y menos paro". La rueda puede comenzar donde se quiera, el caso es que avance y haga olvidar las perspectivas de hace un a?o, cuando era todo al rev¨¦s. Eso s¨ª, requiere que funcione a la perfecci¨®n el c¨ªrculo virtuoso del mercado, la regulaci¨®n, la competencia y los clientes.
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