Hasta que LeBron James se aburra
Tengo una amiga que est¨¢ haciendo un doctorado en la prestigiosa universidad brit¨¢nica de Oxford. Trabaja en un proyecto que empezar¨¢ a automatizar algunos de los procesos de toma de decisiones para las v¨ªctimas de apoplej¨ªa o, al menos, eso es lo que creo que dijo. Su proyecto durar¨¢ dos a?os. Mi respuesta al o¨ªr esto es: "?C¨®mo podr¨¢s seguir interesada en un tema tan espec¨ªfico durante tanto tiempo?". Su contestaci¨®n: "?se es el problema".
Cuando veo a LeBron James jugar al baloncesto, no puedo evitar pensar en mi brillante amiga. James est¨¢ inmerso en la obtenci¨®n de su propio doctorado. Excepto que, cuando lo termine, en vez de un t¨ªtulo en ingenier¨ªa biom¨¦dica, tendr¨¢ el t¨ªtulo de mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos.
Domina el juego de tal manera que parece imposible que no pueda jugar siempre as¨ª, que no sea siempre el mejor
Si no se aburre antes. Cuando vemos jugar a James, parece imposible que no pueda jugar siempre de esa manera, que no ser¨¢ siempre el mejor sobre la cancha. Hasta ese punto es bueno y es divertido verle. Juega como a cualquiera que haya jugado, haya visto jugar al baloncesto o haya o¨ªdo hablar del juego le gustar¨ªa que se jugase. Anota, pasa y se mueve como una aterradora mezcla de Baryshnikov y una locomotora di¨¦sel. Y hace todo eso con una extraordinaria nobleza, especialmente para alguien tan joven (25 a?os). Esto, por supuesto, cambia durante los play offs, cuando su juego se ralentiza y se vuelve m¨¢s demoledor que un concierto de Megadeth, pero dejar¨¦ esta columna para mayo.
Ahora bien, su juventud nos da una pista de lo que puede ocurrir. Como es tan joven, me parece que ser¨¢ un milagro si no se aburre a los 30. Como sucede siempre con los casos de grandeza extrema, ese aburrimiento es dif¨ªcil de imaginar. Pero la historia est¨¢ plagada de ejemplos. El m¨¢s evidente es el de Michael Jordan, con su famosa retirada del baloncesto para hacer carrera en el b¨¦isbol, con pasatiempos suplementarios como el juego y... el juego. Pero hay otros: Bjorn Borg, Jim Brown (un jugador de f¨²tbol americano) y hasta el recientemente fallecido J. D. Salinger. Aunque se podr¨ªan discutir dos cosas sobre la inclusi¨®n de este ¨²ltimo en la lista: si se retir¨® o si, simplemente, odiaba a la gente y si El guardi¨¢n entre el centeno era realmente tan bueno.
Rara vez los j¨®venes dominan el juego hasta el punto que lo ha dominado James. Y es todav¨ªa m¨¢s raro que los deportistas j¨®venes sean as¨ª de competentes. La lista se reduce a¨²n m¨¢s cuando se introduce el criterio de jugadores de baloncesto. De hecho, James est¨¢ abriendo caminos completamente nuevos. Para algunos, el hecho de que LeBron James pueda llegar a aburrirse un d¨ªa y dejarlo es una noticia triste. A m¨ª me parece que es un buen toque de atenci¨®n. El saber que James puede aburrirse igual que puede aburrirse un estudiante de doctorado de Oxford le hace m¨¢s humano. Y me recuerda que deber¨ªa verle ahora que todav¨ªa puedo.
Les sugiero que hagan lo mismo.
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