Global Zero, un mundo sin armas nucleares
A pesar de las dificultades, una audaz iniciativa para abolir todas las armas nucleares merece algo m¨¢s que la fr¨ªa cortes¨ªa francesa. "Pacifistas" no es la palabra que se me ocurri¨® inmediatamente al contemplar este alarde de presidentes y ex presidentes, primeros ministros, ministros de Exteriores, generales y embajadores, todos elegantemente vestidos y cuyas cabezas, escasas de pelo pero arregladas, se reflejaban en los espejos dorados del lujoso sal¨®n de uno de los grandes hoteles de Par¨ªs. Sin embargo, se hab¨ªan reunido para promover un objetivo tan ambicioso como el que ten¨ªan los hippies pacifistas de cola de caballo: la eliminaci¨®n total de las armas nucleares, en todo el mundo, antes de 2030. El cero nuclear mundial.
Rusia y EE UU apoyan la iniciativa para eliminar el armamento at¨®mico antes de 2030
En mayo habr¨¢ una reuni¨®n para revisar el TNP. ?Se lo tomar¨¢n en serio?
Yo ya me he apuntado a esta campa?a, y ustedes pueden hacerlo en www.globalzero.org, pero tenemos que ser conscientes de que los obst¨¢culos en el camino son inmensos. Entre ellos est¨¢ el pa¨ªs en el que me encuentro. La estrategia actual de Francia sobre esta cuesti¨®n evoca el nombre de uno de sus submarinos nucleares: L'Inflexible. El jefe del servicio exterior franc¨¦s explic¨® con frialdad a los asistentes que la disuasi¨®n nuclear llevaba medio siglo prestando un gran servicio a su pa¨ªs y a Estados Unidos, y luego les dese¨® "una bella estancia en Par¨ªs".
Rusia y Estados Unidos apoyan la iniciativa, en principio, y prev¨¦n nuevas reducciones de importancia en sus arsenales nucleares, todav¨ªa excesivos. Ahora bien, si el Senado estadounidense exigiera la introducci¨®n de un arma nuclear modernizada como precio por ratificar un nuevo acuerdo START con Rusia, en este ¨²ltimo pa¨ªs surgir¨ªan voces airadas que preguntar¨ªan qu¨¦ estaba ocurriendo.
Cuanto m¨¢s se empeque?ecieran los arsenales nucleares, m¨¢s parecer¨ªa pesar la superioridad de Estados Unidos en armamento convencional. Aunque la reuni¨®n de Par¨ªs ha sido una reuni¨®n cosmopolita, las voces dominantes son estadounidenses. Los rusos y los chinos, suspicaces, dir¨¢n que es por alg¨²n motivo.
Para que el desarme nuclear sea una realidad, har¨¢ falta una comprobaci¨®n que requerir¨¢ aut¨¦nticas intromisiones, algo que la mayor¨ªa de las grandes potencias de este mundo, tan celosas de su soberan¨ªa, son muy reacias a aceptar. Cuando est¨¢ en juego la soberan¨ªa, los Estados son m¨¢s franceses que los franceses. Ir¨¢n no es el ¨²nico que est¨¢ trabajando como loco para avanzar en la direcci¨®n opuesta, es decir, para adquirir armas nucleares, en vez de para abandonarlas. Las dictaduras de todo el mundo pueden repasar el ¨²ltimo decenio y decir: Irak no ten¨ªa armas nucleares y lo invadieron; Corea del Norte s¨ª las ten¨ªa, y no sufri¨® ninguna invasi¨®n.La justificaci¨®n de la invasi¨®n de Irak que ha hecho Tony Blair, invocando esa mezcla diab¨®lica de terroristas, Estados canallas o fallidos y armas de destrucci¨®n masiva, ha perdido toda credibilidad, si es que alguna vez la tuvo.
Eso no significa que esos tres fat¨ªdicos ingredientes no puedan coincidir en alg¨²n otro lugar. Un impresionante informe de una comisi¨®n internacional sobre no proliferaci¨®n y desarme nuclear, presidida por el ex ministro de Exteriores australiano Gareth Evans y la ex ministra de Exteriores japonesa Yoriko Kawaguchi (v¨¦ase www.icnnd.org), incluye un peque?o diagrama que muestra el impacto probable de una bomba como la de Hiroshima que estallara en el interior de una furgoneta aparcada en Trafalgar Square. Se calculan unos 115.000 muertos y unos 149.000 heridos.
Se cuenta que un noble franc¨¦s, despu¨¦s de ser ejecutado, cogi¨® su cabeza del suelo, se la coloc¨® bajo el brazo y camin¨® 50 pasos. Cuando le preguntaron c¨®mo lo hab¨ªa hecho, respondi¨®: "Ce n'est que le premier pas qui co?te", que quiere decir, aproximadamente, "el primer paso es el m¨¢s dif¨ªcil". En este caso, sin embargo, no es as¨ª. El primer paso es dif¨ªcil; los dem¨¢s son todav¨ªa m¨¢s dif¨ªciles. Y lo m¨¢s dif¨ªcil de todos ser¨ªa la ¨²ltima fase, pasar de unas reservas nucleares muy bajas a cero.
Como destaca el esc¨¦ptico pensador estrat¨¦gico Thomas Schelling, si nos equivocamos, podr¨ªamos convertir el mundo en un lugar todav¨ªa m¨¢s peligroso. Las potencias nucleares actuales, dice Schelling, en su mayor¨ªa, estar¨ªan dispuestas a poner en marcha, "a la m¨ªnima provocaci¨®n, unos planes para reconstruir armas nucleares y movilizar o tomar posesi¨®n de los sistemas de despliegue, y contar¨ªan con objetivos establecidos para impedir que otros pa¨ªses tuvieran instalaciones nucleares, todo ello en una situaci¨®n de m¨¢xima alerta... Ser¨ªa un mundo nervioso". Y eso, sin mencionar el peligro de que unos terroristas se apoderasen de un arma extraviada e hicieran chantaje al mundo entero.
Para evitar ese peligro ser¨ªan necesarias formas de gobierno mundial que recurriesen a la intromisi¨®n y la coacci¨®n y que ser¨ªan dif¨ªciles de aceptar incluso para los Estados europeos actuales, con su soberan¨ªa compartida, por no hablar de las grandes potencias amantes de su soberan¨ªa como Estados Unidos, China, Rusia e India. Dado que el uranio utilizado con fines pac¨ªficos es relativamente f¨¢cil de enriquecer para uso armament¨ªstico, tambi¨¦n ser¨ªa necesario un control internacional real de todo el combustible nuclear empleado en cualquier parte: una tarea verdaderamente dif¨ªcil.
Ante los temibles requisitos que impone esa ¨²ltima fase, el informe Evans-Kawaguchi, a diferencia de la iniciativa Global Zero, se resiste a proponer una fecha l¨ªmite para el cero nuclear mundial. Se conforman con identificar un "punto de minimi-zaci¨®n", en el que haya no m¨¢s de 2.000 cabezas nucleares en el mundo, y para el que establecen el l¨ªmite de 2025. Este plazo tiene la ventaja de no provocar un debate hipot¨¦tico y prematuro sobre unas disposiciones complejas y sin precedentes para cuya elaboraci¨®n, de todas formas, faltan m¨¢s de diez a?os. Tiene el inconveniente de que no ofrece a los ciudadanos ni los internautas del mundo ning¨²n objetivo claro hacia el que avanzar.
Al final, son los Gobiernos los que tendr¨¢n que ponerse manos a la obra, pero no van a hacerlo si no se les presiona desde abajo. El actor Michael Douglas, que otorg¨® cierto glamour ligeramente ¨¢spero a la reuni¨®n, mir¨® a su alrededor en el sal¨®n de los espejos y dijo: "Veo a los jefes, pero ?d¨®nde est¨¢n los indios?". Dada la presencia de distinguidos representantes de India, la met¨¢fora result¨® quiz¨¢ un poco anticuada, pero sabemos lo que quer¨ªa decir. La movilizaci¨®n de masas en torno a este objetivo est¨¢ todav¨ªa por comenzar.
En conjunto, yo estoy a favor del objetivo proclamado: cero en 2030. Pero lo que ocurra despu¨¦s de 2025 no es lo m¨¢s importante que debemos discutir hoy. Lo fundamental es qu¨¦ va a ocurrir en 2010. En mayo se celebrar¨¢ una gran reuni¨®n para revisar el Tratado de No Proliferaci¨®n nuclear (TNP). El art¨ªculo 6 del tratado compromete a los firmantes a trabajar para conseguir la reducci¨®n y posterior eliminaci¨®n de sus armas nucleares.
En teor¨ªa, ¨¦sa fue siempre la otra cara de la moneda de la no proliferaci¨®n. ?Se lo van a tomar por fin en serio? ?Encontrar¨¢n una manera de incorporar a pa¨ªses nuclearizados y no signatarios del tratado, como India, Pakist¨¢n e Israel? ?Convencer¨¢n al resto del mundo de su sinceridad?
Lo importante es en qu¨¦ direcci¨®n avancemos. Normalmente, decidir hacia d¨®nde avanzar ayuda a identificar la meta. Por el momento -que quede claro-, el mundo se encamina en la direcci¨®n opuesta. Estamos cerca de llegar al punto de no retorno de la proliferaci¨®n nuclear. Como advierte el experto estrat¨¦gico Fran?ois Heisbourg en una entrevista en Le Monde, "si no fortalecemos el r¨¦gimen de no proliferaci¨®n, corremos el riesgo de volver a la din¨¢mica de los a?os cincuenta, cuando cualquier pa¨ªs que quisiera la bomba pod¨ªa obtenerla, salvo que ahora es mucho m¨¢s f¨¢cil de conseguir".
Si los Estados que poseen armas nucleares no toman este a?o la iniciativa para reducir su n¨²mero y su difusi¨®n, pronto ser¨¢ demasiado tarde. Y, por cierto, en medio de las dolorosas decisiones sobre gasto p¨²blico que hay que afrontar en estos momentos, eso servir¨¢ para ahorrar un dinero muy necesario.
En resumen, necesitamos menos L'Inflexible y m¨¢s L'Inspiration. Hemos disfrutado, y se lo agradezco al responsable del servicio diplom¨¢tico franc¨¦s, de una "bella estancia" en Par¨ªs. Para bellas estancias, pocas ciudades hay como ¨¦sta.
Ahora bien, en temas nucleares, Par¨ªs puede ser un buen punto de partida para que el mundo empiece a ser un poco menos franc¨¦s.
Timothy Garton Ash, catedr¨¢tico de Estudios Europeos, ocupa la c¨¢tedra Isaiah Berlin en St. Antony's College, Oxford, y es profesor titular de la Hoover Institution, Stanford. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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