"No soy qu¨ªmico. S¨®lo compro y vendo"

"?Sab¨ªa que estaba prohibida la comercializaci¨®n de petardos con mezcla de clorato y metales? Yo no soy qu¨ªmico, yo compraba y vend¨ªa". As¨ª arranc¨® ayer, 16 a?os y medio despu¨¦s, el juicio de la explosi¨®n de la empresa Pirotecnia Brau. A las 11.45 del 3 de junio de 1993 la compa?¨ªa vol¨® por los aires en Vidreres (Selva). Cuatro trabajadores murieron. El propietario, Rafael Brau, aleg¨® ayer ante la Audiencia de Girona que carece de conocimientos para saber si lo que vend¨ªa era legal. Varios informes aseguran que hab¨ªa productos con una combinaci¨®n no autorizada de clorato pot¨¢sico con metales en la nave que estall¨®. Nadie ha podido demostrar que ¨¦sa fuese la causa de la explosi¨®n.

Retrasos, errores en la instrucci¨®n e incluso archivos y reaperturas de la causa han alargado el proceso casi 17 a?os. Tanto que el "no me acuerdo" fue ayer la respuesta estrella de la jornada. Los abogados de las familias de los fallecidos piden cinco a?os y ocho meses de c¨¢rcel por cuatro delitos de homicidio imprudente y un delito contra la seguridad de los trabajadores. El fiscal defiende la libre absoluci¨®n.

A favor de los acusados (el matrimonio due?o de Pirotecnia Brau, Rafael Brau y Maria Rosa Estrada; los dos trabajadores m¨¢s antiguos en la empresa, Manuel Borraz y Rafael R¨ªos; el guardia civil encargado de las inspecciones, Vidal Real, y cuatro proveedores de petardos) juega que ning¨²n informe pericial identifica claramente las causas de la explosi¨®n. En su contra, que se hallaron petardos con una mezcla no autorizada, que los trabajadores no estaban asegurados, que la nueva nave que estall¨® no estaba dada de alta en el Ministerio de Trabajo, que la compa?¨ªa no ten¨ªa p¨®liza de seguros y que la ¨²ltima inspecci¨®n de la Guardia Civil se realiz¨® ocho meses antes.

Conxita Tarr¨¦, de 61 a?os, estuvo sentada en primera fila durante las seis horas de la vista de ayer. Desde el banquillo escuch¨® c¨®mo Brau se desentend¨ªa del accidente: "Yo, como el que vende el pan en la panader¨ªa, se supone que la harina est¨¢ correcta". Y se excusaba ante las preguntas del letrado acusador: "Lo desconozco"; "no llevaba este tema"; "yo no tengo la capacidad de memoria que tiene usted"; "el encargado eran todos y era nadie"... O escuchando c¨®mo Rosa Estrada respond¨ªa que no ten¨ªa "ni idea" de por qu¨¦ hab¨ªa productos ilegales en la pirotecnia. Conxita Tarr¨¦ perdi¨® a dos hijos en el accidente: Bienvenido Joals, de 27 a?os, y Jordi, de 18.

Junto a los hermanos Joals se encontraban el fat¨ªdico d¨ªa los otros dos fallecidos, Joan Garc¨ªa, de 20 a?os, y Jorge Fust¨¦, de 19, y Rafael R¨ªos. "Est¨¢bamos preparando un pedido y cuando ¨ªbamos a transportarlo a la nave III, nos dimos cuenta de que faltaban unos cohetes", cont¨® ayer R¨ªos, tambi¨¦n acusado de homicidio imprudente porque ¨¦l era supuestamente uno de los encargados de la compa?¨ªa. "Esperad, que ya vengo', les dije y fui a la nave a buscar el material. Ellos, como ten¨ªan ganas de trabajar, tiraron adelante. Fui a buscar los cohetes y pas¨® lo que todo el mundo sabe".

Lo que todo el mundo sabe es que la nave III explot¨® y afect¨® a las otras tres naves. Varios coches que hab¨ªa en el lugar saltaron por los aires. En la compa?¨ªa hab¨ªa al menos 11 personas. Dos de ellas, un matrimonio que hab¨ªa acudido a comprar.

"?Si hubiese habido una adecuada formaci¨®n, habr¨ªa pasado el accidente?", pregunt¨® el abogado de la acusaci¨®n particular, Benet Salellas. Una de sus bazas es demostrar que nadie form¨® a esos j¨®venes y que, por tanto, hubo negligencia por parte de los encargados y de los due?os. Conxita Tarr¨¦ no quiere suponer nada. "S¨®lo deseo que se haga justicia. He hablado con la magistrada, con el fiscal, con todo el mundo para que esto no se dejase pasar". La causa lleg¨® a archivarse. "Me he pasado sin vivir 16 a?os y a¨²n encima la gente te dice que est¨¢s bien. ?Qu¨¦ voy a hacer? No voy a ir por ah¨ª dando pena. Pero la procesi¨®n va por dentro".