El desaf¨ªo iran¨ª
Ir¨¢n y su imparable carrera hacia la obtenci¨®n del arma nuclear pondr¨¢ a prueba, quiz¨¢s m¨¢s que Afganist¨¢n, el liderazgo de Barack Obama. Hace un a?o, el reci¨¦n elegido 44? presidente de Estados Unidos promet¨ªa una pol¨ªtica de "mano tendida y no de pu?o cerrado" al r¨¦gimen iran¨ª, si acced¨ªa a discutir seriamente el futuro de su programa nuclear y se aven¨ªa a suspender el enriquecimiento de uranio, como exigen nada menos que cinco resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. La respuesta de Ir¨¢n ha sido ignorar ol¨ªmpicamente al Consejo de Seguridad, desairar al presidente estadounidense y poner el pie en el acelerador en sus esfuerzos para conseguir un uranio suficientemente puro para poder acceder al armamento at¨®mico. El reto a la comunidad internacional culmin¨® el pasado fin de semana con el anuncio del presidente, Mahmud Ahmadineyad, de que hab¨ªa ordenado a los t¨¦cnicos iran¨ªes el inicio de la producci¨®n de uranio enriquecido al 20% frente al ¨ªndice actual de entre el 3,5 y el 5%, suficiente para atender las necesidades de los reactores civiles. Una decisi¨®n que prueba una vez m¨¢s la falacia de las afirmaciones del r¨¦gimen teocr¨¢tico iran¨ª cuando insiste en que s¨®lo pretende desarrollar una industria nuclear para usos civiles.
La ¨²ltima provocaci¨®n de Ahmadineyad parece haber terminado con la paciencia de Obama
Esta ¨²ltima provocaci¨®n de Ahmadineyad parece haber terminado con la paciencia de Obama, que la ha calificado de "inaceptable" y ha prometido "duras sanciones" contra Teher¨¢n. Francia, Alemania, Reino Unido e Italia, cuya Embajada en Teher¨¢n sufri¨® un intento de asalto el martes, se han mostrado favorables a la adopci¨®n inmediata de sanciones, como han constatado los secretarios de Defensa, Robert Gates, y de Estado, Hillary Clinton, en su reciente visita a varias capitales europeas. (Una vez m¨¢s, la Uni¨®n Europea, como tal, y su actual multidirigencia han estado ausentes del debate). Incluso Rusia, harta ya de los sucesivos desplantes iran¨ªes, parece inclinarse a apoyar una nueva resoluci¨®n del Consejo de Seguridad en ese sentido, a pesar de sus importantes intereses econ¨®micos en Ir¨¢n, entre los que hay que incluir la construcci¨®n de un reactor para usos civiles y la venta de armas, incluidos misiles tierra-aire, por ahora congelada. S¨®lo China sigue contraria a la aplicaci¨®n de sanciones alegando que pondr¨ªan en peligro una futura negociaci¨®n, como si la v¨ªa diplom¨¢tica hubiera conseguido alg¨²n resultado positivo. Y sin China, mientras no se cambie la obsoleta Carta de Naciones Unidas vigente, que otorga a los cinco grandes (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia) el derecho de veto en el Consejo de Seguridad, una nueva resoluci¨®n con sanciones verdaderamente mordientes para el r¨¦gimen iran¨ª no saldr¨¢ adelante. Ya lo han dicho repetidamente en Pek¨ªn la pasada semana, a pesar de las advertencias de Hillary Clinton en Par¨ªs de que una carrera armament¨ªstica en el Golfo desestabilizar¨ªa toda la zona y pondr¨ªa en peligro incluso las vitales exportaciones de crudo a la Rep¨²blica Popular. Porque, aparte de que China considera que, despu¨¦s de todo, no es tan malo para sus intereses que Estados Unidos y sus aliados tengan un problema a?adido en Oriente Pr¨®ximo, sus relaciones con Washington no atraviesan, precisamente, el mejor momento tras la decisi¨®n de Obama de vender a Taiwan armamento por valor de 6.000 millones de d¨®lares (unos 4.400 millones de euros) y recibir en la Casa Blanca, antes de fin de mes, al Dalai Lama.
El problema de liderazgo al que antes alud¨ªa se le presentar¨¢ a Obama si no consigue que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe las sanciones contra Ir¨¢n. ?Insistir¨¢ en seguir adelante con las sanciones unilateralmente con Europa o, por el contrario, aceptar¨¢ una nueva triqui?uela, a las que nos tiene acostumbrados desde hace a?os el r¨¦gimen iran¨ª para ganar tiempo? El Senado y la C¨¢mara de Representantes ya han aprobado sendas resoluciones en las que se piden medidas contra las compa?¨ªas que vendan gasolina a Ir¨¢n o faciliten la expansi¨®n de sus refiner¨ªas. (A pesar de su producci¨®n petrolera, la gasolina est¨¢ racionada en Ir¨¢n debido a la decrepitud de su industria de refino).
Es dudoso que la Administraci¨®n de Obama llegue tan lejos porque unas sanciones de esa magnitud da?ar¨ªan al pueblo iran¨ª m¨¢s que a la jerarqu¨ªa del r¨¦gimen y, seguramente, provocar¨ªan el rechazo del movimiento opositor al actual Gobierno, cuya fuerza y arraigo en la sociedad crecen por d¨ªas. Dif¨ªcil papeleta para Obama, obligado por la opini¨®n p¨²blica propia y ajena a no retroceder ante el nuevo chantaje iran¨ª.
Entretanto, y mientras Teher¨¢n anuncia en el plano militar la construcci¨®n de dos nuevos modelos de misiles de alcance medio y de aviones no tripulados, Israel espera las nuevas sanciones con el mismo escepticismo sobre su efectividad que han tenido las anteriores.
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