Homenaje mas¨®nico a tres presidentes de la Primera Rep¨²blica
El cementerio civil de Madrid fue escenario ayer de un homenaje c¨ªvico y mas¨®nico a Estanislao Figueras, Nicol¨¢s Salmer¨®n y Francisco Pi i Margall, tres de los presidentes de la Primera Rep¨²blica Espa?ola (1873-1874) all¨ª enterrados, en el 127? aniversario de la proclamaci¨®n republicana. Los tres Jefes de Estado reposan en sendos panteones p¨¦treos de estilo decimon¨®nico, ornamentados con profusi¨®n de simbolog¨ªa mas¨®nica. Su memoria se ha visto da?ada por el olvido, la desidia hist¨®rica y la inquina de sus enemigos ideol¨®gicos, se?aladamente el franquismo.
Estas sepulturas, situadas en el flanco septentrional del cementerio del Este, sobrevivieron indemnes a la dictadura de manera considerada por muchos como soprendente, habida cuenta del hostigamiento implacable a la que el dictador someti¨® a la Masoner¨ªa. Sus miembros fueron perseguidos, muchos de ellos murieron o se exiliaron, mientras sus s¨ªmbolos eran destruidos con sa?a y sus bienes, expropiados, hasta hoy sin compensaci¨®n.
La sepultura de Nicol¨¢s Salmer¨®n (1838-1908), dos columnas incisas sobre una gran pir¨¢mide, recoge una frase del primer ministro franc¨¦s Georges Clemenceau (1841-1929), en la cual se recuerda que el pol¨ªtico espa?ol renunci¨® a la jefatura del Estado por negarse a ejecutar sentencias de muerte.
El acto de ayer fue convocado por ?gora, una asociaci¨®n para el di¨¢logo integrada en el Ateneo de Madrid de la cual forman partes asociaciones mas¨®nicas ayer presentes en el cementerio. A los reunidos les dirigieron la palabra el escritor Ignacio Merino, de la Asociaci¨®n ?gora, Carmen Serrano, del Consejo de la Gran Logia Simb¨®lica de Espa?a y la Consejera de la Asociaci¨®n del Derecho Humano cuyo nombre simb¨®lico es Marar¨ªa.
Antes de tomar la plabra hab¨ªan depositado sendas ofrendas florales, tres tri¨¢ngulos equil¨¢teros hechos con claveles rojos, rosas y blancos, de 33 cent¨ªmetros de lado correspondientes a las gradaciones mas¨®nicas.
Algunos de los asistentes portaban el tradicional mandil mas¨®nico blanco empleado durante los trabajos en las logias, bandas de grado que cruzaban su pecho y otros, guantes blancos tachonados de emblemas de la masoner¨ªa como soles y compases.
En su alocuci¨®n, el escritor Ignacio Merino resalt¨® que los tres jefes de Estado homenajeados protagonizaron en el ¨²ltimo tercio del siglo XIX un cambio hist¨®rico en clave democr¨¢tica y progresista, en condiciones muy adversas, en referencia a las guerras carlistas, al cantonalismo y a los resabios absolutistas. Y subray¨® luego que, a pesar de todo ello, su gesta -que parangon¨® con la culminada con la Transici¨®n democr¨¢tica a partir de 1976- inaugur¨® el arranque del proceso de emancipaci¨®n de la mujer, el sufragio universal y la abolici¨®n de la esclavitud, entre otros cambios hist¨®ricos. "La Primera Rep¨²blica no fue una utop¨ªa, sino un primer y serio intento de hacer bien las cosas".
Por su parte, la Consejera de Derechos Humanos resalt¨® la defensa de los valores de igualdad, libertad y solidaridad que la masoner¨ªa liberal preconiza. Carmen Serrano, por su parte, en nombre de la Gran Logia Simb¨®lica de Espa?a, evoc¨® el intento de la masoner¨ªa, que los homenajeados asumieron en su d¨ªa, por aplicar su ideario emancipador ateni¨¦ndose a la tr¨ªada de "fuerza, belleza y sabidur¨ªa".
Al concluir el acto, invitaron a los masones y profanos asistentes a formar una cadena fraterna, consistente en el entrecruzamiento de los brazos por delante del pecho y su entrelazamiento con la persona contigua al modo en que se hace asismismo en las Trade Union brit¨¢nicas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.