Giacometti y la gitana
Las noticias que nos transmiten los medios de comunicaci¨®n, aun las dedicadas a hechos recientes, son f¨®siles sobre los que se abate un tiempo geol¨®gico. Si leemos en el peri¨®dico que un muchacho "ha sido herido en la franja de Gaza" nuestra recepci¨®n de la verdadera historia que encierra este hecho es emotivamente tan superficial como la punta del iceberg respecto a la monta?a sumergida. Una noticia es una historia disecada, empaquetada, contada en l¨¢minas tan finas que f¨¢cilmente resbalan por la conciencia del receptor, acostumbrado a consumir diariamente decenas de informaciones que tratan de una realidad adelgazada al m¨¢ximo para ser convertida en producto de comunicaci¨®n.
El otro d¨ªa le¨ª que una escultura de Giacometti se hab¨ªa vendido por 74 millones de euros, la obra de arte m¨¢s cara jam¨¢s subastada. ?Qu¨¦ gran noticia y qu¨¦ historia tan pobre! Apenas quedaba rastro alguno del primer impulso que hab¨ªa rodeado la construcci¨®n de El hombre que camina I por parte de Giacometti. Ni el lector esforzado aspira a la captura de una emoci¨®n, que no sea puramente mercantil, en aquellos p¨¢rrafos en los que, entre una danza de millones, el escultor suizo y Picasso compiten como caballos de carreras en busca del mayor premio monetario.
El mismo d¨ªa, el peri¨®dico tra¨ªa una noticia relacionada con el arte de mayores posibilidades para el lector imaginativo: la compra por parte del MNAC del cuadro de Mari¨¤ Fortuny Carmen Basti¨¢n. Se indicaba que la obra era "er¨®ticamente transgresora", ya que la gitana adolescente aparec¨ªa con la falda arrebujada en el regazo, de manera que su sexo quedaba al descubierto. Se a?ad¨ªan datos sobre la muchacha: ten¨ªa 15 a?os cuando fue modelo de Fortuny en su Granada natal y, al parecer, se suicid¨® bajo la presi¨®n de su familia.
La noticia, el f¨®sil, no daba para m¨¢s, pero permit¨ªa levantar el vuelo de la imaginaci¨®n hacia la historia. ?Qu¨¦ sinti¨® Fortuny, dos a?os antes de morir, ante ese cuerpo desnudo y esa mirada sombr¨ªa y enigm¨¢tica? ?Qu¨¦ sinti¨® Carmen Basti¨¢n, tambi¨¦n destinada a morir pronto, exhibiendo su desnudez ante el pintor? Lo que sintieron no lo encontraremos recogido en ninguna noticia.
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