El Consell intenta salir del caos de la basura con cuatro incineradoras
Las instalaciones disparar¨¢n el coste del tratamiento de los residuos
El anuncio del pr¨®ximo cierre del vertedero de Vilafranca y el rechazo a que los residuos que elimina acaben en las instalaciones de Villena y Xixona ha desencadenado la en¨¦sima batalla por las basuras en la Comunidad Valenciana. La pol¨¦mica ha puesto una vez m¨¢s de manifiesto que la gesti¨®n de los desechos urbanos est¨¢ sumida en el caos. Un descontrol del que la Generalitat intentar¨¢ salir con la construcci¨®n de incineradoras. La Consejer¨ªa de Medio Ambiente, preguntada por este peri¨®dico, rechaz¨® ayer hablar del asunto, pero varias fuentes del sector de los residuos apuntan que se plantean cuatro instalaciones, de las que dos se ubicar¨ªan en la provincia de Valencia, una en Alicante y otra en Castell¨®n.
Los ecologistas denuncian que no se impulsa el reciclaje
La apuesta por la incineraci¨®n de las basuras se concreta de momento en diversos borradores y avances del nuevo Plan Integral de Residuos (PIR), que proclaman que "es necesario" introducir la valoraci¨®n energ¨¦tica y estiman en un "m¨ªnimo" de tres las plantas necesarias para complementar unas instalaciones de tratamiento y eliminaci¨®n en vertederos previstas desde 1997 y que en su mayor¨ªa siguen pendientes.
Varios intentos de abrir incineradoras en la Comunidad Valenciana han fracasado, el ¨²ltimo en 2006, cuando el entonces consejero de Territorio Rafael Blasco lanz¨® la iniciativa de ubicar una planta en la Vall d'Alba. Pero el Consell ha mantenido la apuesta y en el nuevo PIR, en fase de participaci¨®n p¨²blica, defiende la "necesidad" de implantar la incineraci¨®n y la defiende por "racionalidad econ¨®mica" y porque la normativa comunita es ahora m¨¢s favorable a este sistema de eliminaci¨®n de basuras. Los grupos ecologistas se oponen a este planteamiento por razones medioambientales y sanitarias, y denuncian que la incineraci¨®n es una huida hacia adelante de la Generalitat por el fracaso del PIR vigente y su incapacidad de agotar las posibilidades del reciclaje. Como revelan documentos de la propia consejer¨ªa, las plantas existentes apenas reciclan y m¨¢s del 70% de la basura acaba enterrada en vertederos.
De entrada, la apertura de incineradoras disparar¨¢ el coste de la gesti¨®n de residuos. Los documentos del PIR admiten "las elevadas inversiones" que exigen las plantas, por lo que el Consell prev¨¦ asumir un "papel impulsor y ejecutor" y contempla la posibilidad de declararlas "servicio p¨²blico de titularidad auton¨®mica".
Fuentes empresariales valencianas confirman la fuerte inversi¨®n y estiman en casi un centenar de millones de euros el coste de una incineradora. Con la repercusi¨®n al usuario, el recibo de la basura se multiplicar¨ªa por "dos o tres" en relaci¨®n a las tarifas actuales. El sector de las incineradoras puntualiza al respecto que el presupuesto de las plantas depende de su dimensi¨®n, del modelo de gesti¨®n y de financiaci¨®n, aunque coinciden en que la primera inversi¨®n es alta. Tambi¨¦n indican que a medida que se amortizan las instalaciones se reduce el recibo de la incineraci¨®n. En el caso de Catalu?a, que tiene cuatro plantas, alguna de ellas desde hace d¨¦cadas, los precios fluct¨²an entre los 25 y 60 euros por tonelada incinerada, explica Carlos Salesa, gerente de la Associaci¨® Catalana d'Empreses de Valoritzaci¨® Energ¨¨tica de RSU. "Ahora, en Catalu?a es m¨¢s barato incinerar que llevar la basura al vertedero", asegura. Seg¨²n datos de la Ag¨¨ncia de Residus de Catalunya, con la incineraci¨®n se elimina en la comunidad vecina el 14% de la basura. A nivel nacional, la quema de residuos (en la decena de instalaciones existente) no llega al 8%.
La memoria del nuevo PIR valenciano no fija de momento porcentajes ni costes, y se limita a resaltar como objetivo m¨¢s recuperaci¨®n, reciclaje y compostaje, de modo que acabe en los vertederos un 44% de la basura, un porcentaje muy alejado del actual. El PIR, que no tiene fecha de aprobaci¨®n, calcula que la Comunidad Valenciana genera ahora tres millones de toneladas de basura anuales, que se elevar¨¢n a 3,3 millones en 2013, a raz¨®n de 1,40 kilos por d¨ªa y habitante. Aunque se mantiene, con algunos matices, la planificaci¨®n de plantas de tratamiento y vertederos por zonas que integran varias comarcas, el Consell de Francisco Camps insiste en dar el paso hacia la incineraci¨®n.
Esta informaci¨®n ha sido elaborada por Santiago Navarro, Mar¨ªa Fabra, Rosa Biot y Sara Velert.
Tarde, mal y caro
"Cada uno lleva la basura donde puede, y a donde le dejan". Esta afirmaci¨®n, de un t¨¦cnico municipal, resume el desorden en la gesti¨®n de los residuos urbanos en la Comunidad Valenciana. La falta de vertederos y plantas de tratamiento suficiente ha convertido la eliminaci¨®n de los desechos urbanos en un quebradero de cabeza para los ayuntamientos. La Generalitat aprob¨® el Plan Integral de Residuos (PIR) en 1997 con vistas a solucionar en cinco a?os el problema; aprob¨® una ley de residuos en 2000 y despu¨¦s cambi¨® el sistema de redacci¨®n de los planes zonales, que engloban las instalaciones para varias comarcas. El proceso de aprobaci¨®n de estos planes y la creaci¨®n de los consorcios de municipios que deben abordar su ejecuci¨®n se ha retrasado tanto que de las 17 plantas previstas s¨®lo hay ocho en funcionamiento -algunas tan antiguas que son anteriores al PIR- y tampoco hay vertederos suficientes.
El de Vilafranca est¨¢ saturado y dejar¨¢ en verano a varias comarcas sin servicio, y el de Dos Aguas, que entierra los restos de Valencia y m¨¢s de 40 municipios de su ¨¢rea metropolitana, est¨¢ a punto de colmatarse y pendiente de un conflicto administrativo que impide la ampliaci¨®n prevista. Toneladas de basura de Valencia podr¨ªan as¨ª unirse a las de las comarcas del interior de la provincia, La Safor o zonas de Castell¨®n en el largo viaje hacia vertederos de Alicante e incluso de Murcia, como ocurre desde hace a?os. Un traslado forzoso que encarece la gesti¨®n de los residuos y sube la factura a los vecinos.
Adem¨¢s, los precios del transporte y tratamiento que luego repercuten en los impuestos municipales, son tan dispares como variables. En el caso de Castell¨®n, s¨®lo el centro de la provincia tiene instalaciones adecuadas para ocho municipios en Onda. A Benic¨¤ssim, por ejemplo, le cuesta ese servicio 52,77 euros por tonelada. Mientras, Moncofa, que lleva primero la basura a compactar a Segorbe y desde all¨ª tiene que hacerla enviar a Villena, paga 69,42 euros por tonelada. Es el mismo caso que la basura de Almenara que compacta sus residuos en Segorbe y Tetma los transporta hasta la planta de Vaersa por el mismo precio que en Moncofa. Pe?¨ªscola, en cambio, ha adjudicado el servicio por 65,7 euros la tonelada pese a que los residuos van a parar a Jumilla (Murcia). En Valencia, poblaciones como Ll¨ªria o Gandia tambi¨¦n han visto aumentar considerablemente la factura por el traslado a vertederos de Alicante, la provincia mejor provista de instalaciones. As¨ª, el precio medio para los municipios cercanos a la planta de Elche baja hasta los 25 euros por tonelada. En Xixona, que intenta frenar la llegada de basura ajena, el coste es de 37,35, y en Villena de 39.
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