?Qu¨¦ le queda a Marichalar?
El ex marido de la infanta Elena pierde las prebendas que ten¨ªa como yerno de los Reyes y s¨®lo mantiene su escolta
La imagen de su figura de cera portada en una carretilla por uno de los empleados del museo de Madrid ha sido uno de los trances m¨¢s dolorosos que ha vivido en los ¨²ltimos tiempos Jaime de Marichalar. Su entorno asegura que era innecesaria una humillaci¨®n como ¨¦sta, en una semana en la que todo han sido malas noticias para el que fue durante 12 a?os marido de la infanta Elena, la hija mayor de los Reyes de Espa?a.
Quienes conocen bien a Marichalar aseguran que las formas son fundamentales para ¨¦l. Criado en una familia de rancio abolengo soriano, no hay nada que le moleste m¨¢s que encontrarse inmerso en gestos poco est¨¦ticos. Por eso, si no le gust¨® verse degradado hace dos a?os del sal¨®n real del Museo de Cera al llamado sal¨®n taurino, peor le ha parecido saber que su figura est¨¢ desde el jueves almacenada con otras muchas en una nave industrial de un pol¨ªgono madrile?o.
Tras ser 'borrado' su paso por la familia real, a?ora par¨ªs cada vez m¨¢s
El c¨ªrculo del ex duque de lugo ve innecesaria su humillaci¨®n p¨²blica
Al menos, su figura no ha seguido el mismo destino que la de Sarah Ferguson, la ex esposa de Andr¨¦s de Inglaterra (tercer hijo de la reina Isabel), a quien primero decapitaron y luego fundieron. El gesto de retirar su escultura es la m¨¢xima expresi¨®n de la nueva vida lejos de la familia real que tendr¨¢ que afrontar Jaime de Marichalar. El martes le borraron de la p¨¢gina web de la Casa del Rey. Quitaron sus fotos, la referencia a los actos en los que particip¨® como miembro de la familia real para dejar s¨®lo una breve referencia de ¨¦l en la biograf¨ªa de do?a Elena en la que se se?ala que con fecha 21 de enero se divorci¨® de Jaime de Marichalar.
Desde ese mismo d¨ªa, el que fue yerno del Rey tambi¨¦n perdi¨® el t¨ªtulo de duque de Lugo, que don Juan Carlos le otorg¨® a ¨¦l y a su hija por su matrimonio. Ducado que no heredar¨¢n sus hijos Felipe y Victoria.
A Marichalar le gustaba su t¨ªtulo porque siempre a?or¨® que su hermano Amalio, por ser el mayor, se haya quedado con el de su padre, el conde de Ripalda. Incluso se re¨ªa cuando o¨ªa que alguien convert¨ªa lo de duque de Lugo en duque de Lujo.
Nada m¨¢s llegar a la familia real en 1995, Marichalar adopt¨® un porte principesco. Luc¨ªa un anillo en su mano muy similar a uno del Rey, segu¨ªa el protocolo a la perfecci¨®n e incluso se permit¨ªa reprender a quienes no le daban el trato que merec¨ªa como yerno del Rey. A diferencia de Letizia, que tuvo que trabajar mucho con los miembros del protocolo, Marichalar parec¨ªa haber nacido con la lecci¨®n aprendida.
Durante los dos a?os en que ha durado la negociaci¨®n para llegar a un acuerdo de divorcio, Marichalar tambi¨¦n ha cuidado la est¨¦tica del proceso. De ah¨ª que en el comunicado oficial figure una referencia al "cari?o" que los Reyes de Espa?a le profesan. De ah¨ª tambi¨¦n que haya intentado mantener de alguna manera un cierto estatus, algo que finalmente no ha logrado.
Jaime de Marichalar ha pasado de ser el marido de la hija mayor de los Reyes de Espa?a a ser s¨®lo el padre de dos nietos de don Juan Carlos. Como tal, mantendr¨¢ un servicio de seguridad, sobre todo cuando Felipe y Victoria est¨¦n con ¨¦l. Pero perder¨¢ otros privilegios como el de viajar como VIP de la compa?¨ªa Iberia cuando decida, por ejemplo, irse a almorzar a Par¨ªs. Tambi¨¦n est¨¢ viendo c¨®mo su vida social va disminuyendo y lo que es peor, su presencia en los consejos de administraci¨®n (perdi¨® FCC y Winterthur). Y todo ello mientras no mejora su recuperaci¨®n f¨ªsica.
Marichalar se ha quedado, eso s¨ª, con el tr¨ªplex del barrio de Salamanca en el que viv¨ªa con la infanta porque lo compr¨® ¨¦l. Pero pasar¨¢ una pensi¨®n a do?a Elena por los dos ni?os, a los que podr¨¢ ver siempre que quiera. Los hijos son lo ¨²nico que le queda a Marichalar de su paso por el palacio de la Zarzuela. Dicen sus m¨¢s cercanos que si no fuera por ellos, ya estar¨ªa viviendo en Par¨ªs, de donde lleg¨® un d¨ªa para casarse.
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