El PSC corta de cuajo el debate sobre el tripartito para proteger a Montilla
El presidente catal¨¢n no acepta la dimisi¨®n de Ernest Maragall, que se retracta
Apenas 24 horas ha podido sostener el consejero de Educaci¨®n, Ernest Maragall, su ¨®rdago a Jos¨¦ Montilla, a cuyo gobierno acus¨® de carecer de "proyecto de pa¨ªs". La ejecutiva del Partit dels Socialistes de Catalunya vapule¨® hasta tal punto, ayer, al consejero que ¨¦ste no tuvo m¨¢s remedio que retractarse de sus palabras y poner su cargo a disposici¨®n del presidente de la Generalitat. Montilla no acept¨® la dimisi¨®n, pero su entorno espera haber dejado claro que el partido no tolerar¨¢ nuevas salidas de tono a apenas nueve meses para las elecciones m¨¢s delicadas para el PSC.
A Maragall no le quemaron en la plaza p¨²blica, pero casi. La ejecutiva de ayer fue de las m¨¢s tensas que recuerdan en el PSC desde la marcha del ex presidente de la Generalitat y hermano del consejero d¨ªscolo, Pasqual Maragall. La inmensa mayor¨ªa de los asistentes recriminaron duramente al titular de Educaci¨®n su reguero de cr¨ªticas al tripartito y le recordaron que viajan juntos en el mismo barco. "Ha sido casi una carnicer¨ªa", reconoc¨ªa un miembro de la ejecutiva tras la reuni¨®n.
Montilla, m¨¢s distanciado, se limit¨® a pedir a todos que se dediquen a explicar la buena labor que a su juicio ha hecho el tripartito y a "no distraerse". Maragall, visiblemente tocado seg¨²n los asistentes, emple¨® un tono de disculpa para decir que en ning¨²n momento hab¨ªa querido perjudicar al Gobierno. Tambi¨¦n se ofreci¨® a "rectificar" sus declaraciones. La ¨²nica voz que en cierta forma defendi¨® a Maragall fue la de la consejera de Justicia, Montserrat Tura, aunque ¨¦sta tambi¨¦n marc¨® distancias al recordar que los debates deben celebrarse en las reuniones privadas y no bajo los focos. Antoni Castells, que la semana pasada tambi¨¦n defendi¨® a Maragall, opt¨® ayer por una posici¨®n distinta. El consejero de Econom¨ªa se limit¨® a recomendar el cierre del debate.
Nadie pidi¨® directamente la dimisi¨®n del titular de Educaci¨®n, pero ¨¦ste capt¨® la indignaci¨®n reinante en el partido y a primera hora de la tarde se present¨® ante el despacho de Montilla para poner su cargo a disposici¨®n del presidente. Montilla y Maragall hablaron por espacio de una hora. A la salida, y en una suerte de confesi¨®n p¨²blica ante c¨¢maras y fot¨®grafos, Maragall intent¨® rebobinar como pudo: "que quede bien claro que s¨ª, que creo, que estoy convencido de que este Gobierno tiene un proyecto de pa¨ªs, que ha tirado adelante desde el primer momento".Nadie en el Partit dels Socialistes (PSC) duda de las buenas intenciones de Maragall, pero sus dirigentes entienden que el partido, al que todas las encuestas sit¨²an en segunda posici¨®n en el tablero electoral, no puede permitirse nada que suene a frivolidad. Y que un consejero diga que su Gobierno no tiene proyecto sobrepasa cualquier l¨ªmite tolerable. M¨¢s a¨²n si el consejero pretende mantenerse en su puesto como si nada. Por eso ahora queda por ver c¨®mo encajan el partido y el Gobierno una rectificaci¨®n tan forzada. Hoy mismo, Montilla y Maragall volver¨¢n a verse las caras, primero en la reuni¨®n semanal del Gobierno y despu¨¦s en la inauguraci¨®n de un instituto en Cerdanyola del Vall¨¨s, acto en el que pretenden dejar patente que aqu¨ª no ha pasado nada.
Ahora el PSC intentar¨¢ recuperar el ritmo con vistas a las elecciones. Por una parte, el partido necesita reforzar la imagen de "seriedad" de su l¨ªder para contraponerla a la de algunos de sus socios y de determinadas actuaciones de la oposici¨®n. Pero tambi¨¦n necesita huir de la imagen de partido monol¨ªtico que le viene caracterizando en los ¨²ltimos a?os. De ah¨ª que Iceta buscara ayer un punto intermedio tras las disculpas de Maragall. "Se puede tener opini¨®n y gobernar al mismo tiempo", dijo para negar que los debates est¨¦n prohibidos en el seno del PSC como la semana pasada pudo desprenderse de las afirmaciones de Maragall y Castells. La inc¨®gnita es tambi¨¦n cu¨¢nto tardar¨¢ en volver a aflorar el eterno debate sobre el grupo propio del PSC en el Congreso.
La oposici¨®n mir¨® divertida ayer lo que calific¨® de "espect¨¢culo". Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) y el Partido Popular (PP) volvieron a pedir el cese de Maragall y elecciones anticipadas, convencidos de que el tripartito se halla en fase de descomposici¨®n. Artur Mas tambi¨¦n se burl¨® de la rectificaci¨®n de Maragall y reivindic¨® que su formaci¨®n tiene proyecto de pa¨ªs y lo contrapuso a quienes "ahora tienen proyecto y despu¨¦s no".
Los socios del PSC en el tripartito tambi¨¦n han seguido el debate interno de los socialistas con una mezcla de curiosidad y preocupaci¨®n. Acostumbrados a ser ellos el foco de problemas y de desestabilizaci¨®n, Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa-Esquerra Unida (ICV) han adoptado posiciones distintas. Los republicanos se han limitado a pedir a los socialistas que se abstengan de llevar al Gobierno debates de partido. Los ecosocialistas han sido m¨¢s duros, probablemente empujados por la mala relaci¨®n que tienen con Ernest Maragall desde que ¨¦ste busc¨® el apoyo de CiU para apoyar la Ley de Educaci¨®n. Jordi Miralles invit¨® ayer a Maragall a tomarse "una semana blanca".
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