Maneras de (re)vivir

Fue a las 21.44 de anoche: 26 a?os, 3 meses y 17 d¨ªas despu¨¦s, Le?o, en su formaci¨®n m¨¢s legendaria, se sub¨ªa otra vez a un escenario. Seleccion¨® el tr¨ªo para empezar La Fina, ese tema de aire blues, de las pocas canciones reposadas de su influyente y rudo repertorio, donde Rosendo Mercado (todos en pie para mostrarle respeto) arrastra las palabras con ese acento que s¨®lo se cultiva en las aceras de Carabanchel: "Vas consumiendo el camino, vas conociendo el percaaal". El p¨²blico (todos amigos e invitados) echaba la mente para atr¨¢s: "Joder, qu¨¦ tiempos, d¨®nde estar¨ªa yo en 1978...", dijo alguno. Otros lloraban. "Esto es hist¨®rico", afirmaban, solemnes.

Fue una semana de pactos, bocas cerradas, silencios acordados. "S¨ª, tocamos el mi¨¦rcoles. Pero, por favor, no lo anuncies ni lo digas por ah¨ª que se puede armar una gorda", repet¨ªa el grupo cuando se cruzaba con colegas y periodistas. No era un exceso de prudencia de los m¨²sicos. El c¨¢lculo estaba bien hecho: no hay grupo de rock espa?ol que despierte m¨¢s pasi¨®n que Le?o. Un anuncio, una noticia breve en un diario, una cadena de SMS (?los Le?o tocan otra vez!)... y las puertas de la sala Caracol se hubiesen venido abajo. Pero se cumpli¨® el pacto. La sala se llen¨® de amistades del grupo, m¨²sicos como Tomasito, gente de Los Enemigos, el hermano de Antonio Vega, Carlos, de acongojante parecido con el creador de Chica de ayer: "La ¨²ltima canci¨®n que grab¨® mi hermano fue de Le?o. Ten¨ªa que estar aqu¨ª". Se guard¨® el secreto, pues.

La banda ocult¨® que iba a volver a dar un concierto despu¨¦s de 26 a?os

El tr¨ªo ensay¨® para este concierto tres d¨ªas en un estudio situado en el Puente de Vallecas y se cont¨® sus batallitas (Tony Urbano, el bajista, vive en Tarragona, y Ramiro Penas, bater¨ªa, en Valencia; y Rosendo Mercado, guitarra y voz, por supuesto, en Carabanchel) dando cuenta de un rabo de toro. Todo para estar en forma para el gran d¨ªa. "Me he levantado sobre las 10.00, cuando mi mujer me ha dicho: 'Venga, a despertarse, a currar'. Luego nos hemos ido a comer los tres", contaba Ramiro, el bater¨ªa, antes del concierto. "?Nerviosos? Los Le?o ya somos veteranos, pero a la hora de subir al escenario dices: 'Mecachis en la mar'. La verdad es que nos ha superado esto de volver a tocar", sentenciaba el tr¨ªo.

Rosendo, 55 a?os, en el centro del escenario con su camiseta negra metida por sus vaqueros; Tony Urbano, 53, calvo, con una camiseta de Green Day, y Ramiro Penas, 54, pelo canoso y sonrisa permanente. La ¨²ltima vez que actuaron juntos (en 1983) sumaban 84 a?os; ayer, 162. El tr¨ªo accedi¨® a tocar para dar un empuj¨®n al disco Bajo la corteza, donde 26 grupos realizan versiones del tr¨ªo. Algunos de esos grupos actuaron anoche de teloneros de los protagonistas. Luego lleg¨® el gran momento. Despu¨¦s de La Fina, Le?o interpret¨® Qu¨¦ desilusi¨®n. Todos hac¨ªan fotos: con m¨®viles, c¨¢maras o lo que fuera. Luego son¨® un apote¨®sico Maneras de vivir con la incorporaci¨®n de Miguel R¨ªos, que espet¨®: "Qu¨¦ noche, qu¨¦ noche m¨¢s grande. Ten¨¦is que hacerlo m¨¢s, Le?o". La ¨²ltima canci¨®n (interpretaron cinco, incluida esa oda a la droga, El tren) fue Sorprendente; la estrofa final de esa canci¨®n atron¨® como un lamento: "Dime qu¨¦ puedo hacer por tiii". Pero no. Tras la canci¨®n, Rosendo, emocionad¨ªsimo, dijo: "Hasta dentro de 30 a?os". Se acab¨® Le?o. S¨®lo dur¨® 13 minutos.