Tres semanas sin barquero suplente
Trabajadores protestan por el abandono del lago de la Casa de Campo
Si el jueves o el viernes se le hubiese ocurrido a un turista o a un madrile?o nost¨¢lgico dar un paseo en barca en el lago de la Casa de Campo, no habr¨ªa podido. Tampoco habr¨ªa ido nadie a socorrer r¨¢pidamente a cualquiera de los 15 pirag¨¹istas que se entrenan all¨ª diariamente en el caso de que sufriese un accidente. Desde hace tres semanas el barquero empleado para suplir las libranzas de sus compa?eros est¨¢ de baja y el Ayuntamiento a¨²n no lo ha sustituido.
La falta del barquero ha dejado durante seis turnos solo al taquillero y sin ning¨²n responsable que se encargue de los botes. "Esto no ha afectado a nadie", asegura una portavoz de la Junta Municipal de Moncloa-Aravaca. Pero los trabajadores ya se han quejado y tanto UGT como el concejal socialista Pedro Sant¨ªn han tildado de "impropio" que el Ayuntamiento deje de prestar el servicio de alquiler de barcas y el de auxilio en zodiac por falta de personal. "Sobre todo cuando se trata de una baja de hace tres semanas. Nada que les haya cogido de imprevisto", critica Sant¨ªn.
Las tardes del jueves y el viernes de la semana pasada falt¨® el barquero suplente. Su labor es acomodar a los clientes en los botes y el manejo de la lancha motora en caso de accidente. El taquillero, que el viernes trabajaba completamente solo atendiendo a los pirag¨¹istas, no puede asumir esas funciones. "Ser¨ªa una irresponsabilidad", advierte.
Desde la junta municipal le restan importancia al asunto porque no ha afectado al fin de semana y porque, aseguran, el lunes habr¨¢ un sustituto.
Para Jer¨®nimo Torres, portavoz de UGT del Servicio Municipal de Deportes, se trata de una muestra m¨¢s de la "dejadez, el deterioro y el abandono del lago". Su opini¨®n la comparte tambi¨¦n Manuel P¨¦rez, monitor de pirag¨¹ismo que trabaja en el lago desde hace siete a?os. P¨¦rez se lamenta del estado de los vestuarios, donde las goteras empapan el suelo, y del recorte de horarios para disfrutar el embalse.
Algunos trabajadores creen que detr¨¢s de todo se esconde el intento de privatizar el servicio. Mientras se lamentan, se?alan un catamar¨¢n varado y abandonado desde hace m¨¢s de siete a?os en mitad del lago.
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