El ¨²ltimo rugido de la Metro
La f¨¢brica de sue?os de Hollywood ha mucho que dej¨® de so?ar. Los grandes estudios, los majors, cerraron o financian y distribuyen pel¨ªculas que ruedan estudios de mediana envergadura. Pero la que pocos discutir¨¢n que fue la m¨¢s grande, la Metro Goldwyn Mayer, para los amigos la Metro, podr¨ªa expirar en unos meses. La legendaria empresa est¨¢ en almoneda y sus propietarios eval¨²an la posibilidad de venderla por piezas y declarar la bancarrota por lo que no les alcance. Son tiempos de cierre en los que m¨ªticos castillos caen como si sus estructuras fueran de papel. La noticia de la Metro ha coincidido estos d¨ªas con la intenci¨®n de la marca discogr¨¢fica EMI de desprenderse de su preciado amuleto, Abbey Road, la marca que los Beatles hicieron famosa con su campanudo paseo sobre un paso de cebra.
La MGM fue creada en 1924 por la fusi¨®n de Metro Pictures, Goldwyn Pictures y Louis B. Mayer Pictures, bajo la batuta de Marcus Loew; ha obtenido 205 galardones de la Academia; y posee una filmoteca de 4.000 t¨ªtulos y 10.400 telefilmes, que en 2009 le reportaron unos 200 millones de euros. La joya de la corona es la serie de James Bond, a¨²n enormemente lucrativa.
La MGM hac¨ªa ya mucho que hab¨ªa dejado de tener alg¨²n Goldwyn o Mayer entre sus directivos y sus actuales propietarios la consideraban ya simplemente un negocio m¨¢s.
Entre los que estudian la compra se hallan acreditadas firmas del ramo: una gran productora de Bollywood (Bombay) el mega-centro cinematogr¨¢fico de India, que estrena m¨¢s de 400 filmes al a?o; la Lions Gate Entertainment que ha producido el gran ¨¦xito de Quentin Tarantino Pulp fiction; y la Times Warner, quienes se supone que conservar¨ªan la hist¨®rica marca, aunque la prognosis no pueda ser hoy optimista. La Metro lo hizo todo y posey¨® a las mayores estrellas del momento en exclusiva.
Quiz¨¢s se recuerdan de manera especial sus grandes extravaganzas en technicolor, desde las piruetas acu¨¢ticas de Esther Williams (Escuela de Sirenas, George Sydney, 1944) hasta el musical que m¨¢s le gusta al Goya de honor, Antonio Mercero: Cantando bajo la lluvia, en la que el atl¨¦tico Gene Kelly, el caricato Donald O'Connor, y la insumergible Debbie Reynolds, hicieron historia del cine dentro del cine.
El rugido del le¨®n m¨¢s fotog¨¦nico de la historia peligra de afon¨ªa, y si la p¨¦rdida se consuma el buen aficionado guardar¨¢ un triste minuto de silencio.
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