Pero oiga, ?qu¨¦ hace usted con ese l¨¢ser?

Punciones de mesoterapia para terminar con la celulitis. Inyecciones de productos para rellenar arrugas. L¨¢ser para erradicar el vello corporal. Los tratamientos de est¨¦tica est¨¢n de moda. Cada vez son m¨¢s las personas que deciden recurrir a ellos en busca de lo que algunos consideran un cuerpo perfecto. Una demanda que ha hecho florecer centenares de ofertas. Desde peluquer¨ªas hasta gimnasios ofrecen este tipo de t¨¦cnicas que no est¨¢n exentas de riesgo y que, realizadas por manos inexpertas, pueden causar graves problemas. Ya no son cremitas y ung¨¹entos, sino inyectables y aparatos de abrasi¨®n que, muchas veces, escapan de una regulaci¨®n espec¨ªfica porque se encuentran entre la cosm¨¦tica y la medicina est¨¦tica.

Est¨¢n de moda inyecciones para rellenar arrugas o de vitaminas

Peluquer¨ªas y gimnasios ofrecen la fotodepilaci¨®n "definitiva"

S¨®lo en Catalu?a se recomienda que un m¨¦dico supervise la fotodepilaci¨®n

Los esteticistas aseguran que s¨ª est¨¢n preparados para estas pr¨¢cticas

El debate no es balad¨ª. Esa frontera determina si esas pr¨¢cticas debe supervisarlas (o realizarlas) un m¨¦dico; o si puede hacerlas una esteticista titulada. En esa complicada linde est¨¢, por ejemplo, la fotodepilaci¨®n. Una pr¨¢ctica cada vez m¨¢s com¨²n, que consiste en aplicar mediante un aparato de l¨¢ser un haz de luz en la estructura del pelo que se quiere eliminar y que, tras la sesi¨®n, se debilita o se destruye. Una actividad que implica el manejo de aparatos que pueden resultar peligrosos pero que, sin embargo, no est¨¢ regulada.

Pero el l¨¢ser no es inocuo. Si no se usa bien puede provocar dolor, dermatitis, manchas e incluso quemaduras graves. "Hay que saber manejarlo y conocer las caracter¨ªsticas de la persona a la que se va a aplicar", explica Concha Obreg¨®n, portavoz de la Sociedad Espa?ola de Medicina Est¨¦tica (SEME). Una sociedad m¨¦dica que lleva a?os criticando un "vac¨ªo legal" a la sombra del que han brotado decenas de gabinetes de est¨¦tica o peluquer¨ªas que realizan la depilaci¨®n l¨¢ser "sin control". Un argumento que comparten las asociaciones de consumidores, que se muestran preocupadas por las consecuencias del vac¨ªo normativo.

No existe ninguna ley estatal ni auton¨®mica que regule la depilaci¨®n l¨¢ser. Sanidad asegura que es una t¨¦cnica a¨²n "incipiente" y que, en todo caso, son las comunidades aut¨®nomas las que deber¨ªan ordenarla. "Tampoco hay apenas regulaci¨®n internacional", argumenta un portavoz. "Es tal el vac¨ªo que el ¨²nico texto normativo que hay relacionado con la fotodepilaci¨®n es una norma de Industria sobre el uso de este tipo de aparatos", explica Obreg¨®n. Un documento, sin embargo, que incluye desde los punteros l¨¢ser hasta los aparatos para f¨¢bricas.

Pero, por otro lado, a pesar de que la enorme diseminaci¨®n de la pr¨¢ctica impide que haya cifras de usuarios, s¨®lo hace falta darse un paseo por cualquiera de los centenares de centros de est¨¦tica, peluquer¨ªas o gimnasios que ofertan la "depilaci¨®n definitiva" para comprobar que esta t¨¦cnica no tiene nada de embrionario.

S¨®lo Catalu?a ha decidido poner cierto orden en la depilaci¨®n l¨¢ser, pero lo ha hecho ¨²nicamente en forma de recomendaci¨®n, ya que no se considera una actividad sanitaria. Esta comunidad ha elaborado un texto en el que aconseja a todos los centros que ofrezcan esta pr¨¢ctica, que sea un m¨¦dico quien la supervise. Algo in¨¦dito en la mayor¨ªa de establecimientos que lo realizan.

Para el presidente de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial, Juan Jos¨¦ Rodr¨ªguez Send¨ªn, esa recomendaci¨®n tiene su raz¨®n de ser. "El l¨¢ser es un procedimiento en el que influyen factores de la salud del paciente. Cuenta mucho su tipo de piel y vello, si ha tomado el sol, o si sigue alg¨²n tratamiento m¨¦dico. Algo que puede parecer tan tonto como tomar antibi¨®tico o un f¨¢rmaco hormonal puede causar interacciones con el l¨¢ser y provocar problemas grav¨ªsimos", dice Rodr¨ªguez Send¨ªn.

La SEME tambi¨¦n recomienda que sea un m¨¦dico quien supervise la depilaci¨®n l¨¢ser. Adem¨¢s, a?aden, todos los pacientes deben tener un historial cl¨ªnico en ese centro en el que consten los detalles de su tratamiento, y deben firmar un documento de consentimiento informado, como lo har¨ªan en cualquier otra intervenci¨®n. La t¨¦cnica, a?aden, debe realizarse en un lugar higi¨¦nico y tanto la persona que va a manejar el aparato l¨¢ser como el usuario han de usar gafas especiales para evitar posibles lesiones oculares si alg¨²n movimiento err¨®neo hace escapar un ¨¢pice de luz.

Ana Beltr¨¢n se r¨ªe cuando se le mencionan las gafas. Esta malague?a de 35 a?os sali¨® despavorida de una peluquer¨ªa tras darse tres sesiones de depilaci¨®n l¨¢ser en ingles y axilas. "La tercera vez llegu¨¦ a mi casa con la zona roja y muy dolorida. Me di cuenta de que me pod¨ªa quemar", cuenta. El establecimiento que hab¨ªa elegido utilizaba la misma camilla para la depilaci¨®n l¨¢ser que para la cera. Tambi¨¦n era la misma persona quien realizaba las dos t¨¦cnicas. "Me coment¨® que era peluquera, pero que hab¨ªa hecho un curso. A m¨ª, de primeras, no me pareci¨® mal", dice Beltr¨¢n. Y, por supuesto, ni rastro de gafas, historia cl¨ªnica o documento de consentimiento informado.

Ileana Izverniceanu, de la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU), explica que hay muchas personas que, como Beltr¨¢n, no tienen por qu¨¦ saber qui¨¦n, y qui¨¦n no, puede manejar el l¨¢ser y con qu¨¦ medidas de seguridad. "Son las autoridades las que deben regularlo de manera coherente. Mucha gente est¨¢ acudiendo a centros donde se realiza sin control, con inseguridad para el usuario", a?ade. Su organizaci¨®n ya ha tenido alguna denuncia de quemaduras provocadas por la depilaci¨®n l¨¢ser.

Por no hablar de las ofertas que aseguran una depilaci¨®n definitiva. Algo "irreal", seg¨²n Rub¨¦n S¨¢nchez, portavoz de la asociaci¨®n de consumidores Facua. El grueso de las reclamaciones a esta organizaci¨®n vienen precisamente de ah¨ª. "Gente a la que le prometen, por ejemplo, que en cuatro sesiones se elimina el vello y despu¨¦s necesita m¨¢s", dice S¨¢nchez. En muchos casos, al no haber un documento firmado, s¨®lo una informaci¨®n verbal, el cliente no puede demostrar nada. "Hay que desconfiar de esas promesas verbales si no hay compromiso contractual por escrito", a?ade.

?ngel Mart¨ªn, director m¨¦dico de la cl¨ªnica Menorca, una de las m¨¢s antiguas de Madrid, explica que el l¨¢ser utilizado en muchos gabinetes de est¨¦tica o peluquer¨ªas no tiene nada que ver con el que usan las cl¨ªnicas. "La potencia no es la misma. En cuanto a efectos perniciosos, si se manejan mal son iguales, pero los beneficios de unos y otros no lo son. Las cl¨ªnicas de est¨¦tica suelen usar l¨¢seres m¨¢s potentes y de mayor calidad con los que hacen falta menos sesiones y, por tanto, una menor exposici¨®n", dice. Mart¨ªn tambi¨¦n se muestra de acuerdo con la recomendaci¨®n de Catalu?a y sostiene que deber¨ªa hacerse extensible al resto de Espa?a.

Sin embargo, no todos se muestran de acuerdo con ese argumento. Rosa Mar¨ªa Cruz Marcos, presidenta de la Federaci¨®n Nacional de Asociaciones de Esteticistas (Fanae), sostiene que deben ser estos profesionales los que manejen los aparatos l¨¢ser, como se hace ahora en muchos gabinetes de est¨¦tica, ya que tienen la formaci¨®n adecuada para hacerlo. "La depilaci¨®n es un servicio est¨¦tico, de belleza, que est¨¢ incluido en los planes formativos de los profesionales de la est¨¦tica, que, adem¨¢s de estar preparados acad¨¦micamente, realizan constantes cursos de reciclaje", sostiene. Cruz Marcos acusa a "peluqueros, m¨¦dicos est¨¦ticos o fisioterapeutas" de "intrusismo". Sostiene que, "cada uno, con una excusa diferente", realizan trabajos "que est¨¢n dentro de los planes formativos" de los esteticistas. Pero, ?qu¨¦ ocurre con los peluqueros que, seg¨²n las asociaciones de consumidores y las sociedades m¨¦dicas, manejan estos aparatos? ?Qui¨¦n puede o debe manejar el l¨¢ser? ?Y otras t¨¦cnicas?

Alzando un poco el foco sobre las pr¨¢cticas est¨¦ticas m¨¢s habituales, surgen muchas m¨¢s actividades en esa problem¨¢tica frontera entre la cosm¨¦tica y la medicina. T¨¦cnicas ahora en boga, como la mesoterapia, la aplicaci¨®n subd¨¦rmica de productos o los ultrasonidos. "La medicina est¨¦tica la realizan m¨¦dicos preparados para evaluar, diagnosticar y tratar los diferentes problemas. Se hace en centros m¨¦dicos autorizados por las comunidades y se emplean productos aprobados por la Agencia Espa?ola del Medicamento", aclara Pilar Rodrigo, presidenta de la SEME.

Pero de ah¨ª viene el conflicto. ?Qu¨¦ sucede con todos los productos que no se consideran medicamentos? Inyecciones de productos te¨®ricamente naturales, pinchazos de vitaminas o de ¨¢cidos de frutas que actualmente se utilizan para lograr un rostro m¨¢s lozano y una piel m¨¢s tersa, exenta de grasa. "La mesoterapia para la celulitis, que consiste en pinchar bajo la piel productos para movilizar grasa y l¨ªquidos, se hace en much¨ªsimos gabinetes de est¨¦tica. Los f¨¢rmacos que se inyectan deben estar autorizados por Sanidad. Pero a veces no usan medicamentos sino otras sustancias pretendidamente naturales, que tienen riesgo y cuyos efectos, adem¨¢s, no est¨¢n comprobados", critica Obreg¨®n. "Por no hablar del relleno de arrugas, que ahora se oferta en muchos sitios. Hay que informar al paciente de qu¨¦ se le est¨¢ poniendo y ¨¦ste debe firmar el consentimiento y llevarse a casa una copia de ese documento explicativo", a?ade. Sin embargo, Obreg¨®n sostiene que en muchos centros de est¨¦tica usan sustancias que son, en realidad, f¨¢rmacos y que, por tanto, s¨®lo podr¨ªa administrarlos un m¨¦dico. "Nos consta que el ¨¢cido hialur¨®nico, por ejemplo, se est¨¢ poniendo en cantidad de gabinetes de est¨¦tica. Es tremendo", dice.

Un debate similar llev¨® a endurecer la normativa sobre el uso de la toxina botul¨ªnica; el botox que tan famoso se ha hecho por su capacidad de borrar las arrugas. Su utilizaci¨®n est¨¢ regulada por la Agencia Espa?ola de Medicamentos y Productos Sanitarios. S¨®lo los m¨¦dicos pueden inyectarlo y su comercializaci¨®n est¨¢ muy controlada. Cada facultativo tiene una cantidad limitada del producto al a?o. Esta sustancia, que alisa los rostros paralizando los m¨²sculos depresores, puede provocar enormes efectos secundarios si no se inyecta correctamente.

Sin embargo, la SEME asegura que a¨²n se inyecta en centros clandestinos. Concha Obreg¨®n relata que hace s¨®lo unos d¨ªas lleg¨® a su cl¨ªnica de Santander una paciente con un ojo asim¨¦trico v¨ªctima de un pinchazo de botox mal hecho en un gabinete de est¨¦tica. "Quer¨ªa ver si pod¨ªamos arreglarlo", dice. A pesar de los controles sanitarios, son muchas las webs que venden la toxina botul¨ªnica. "Que sea de calidad o, incluso, que sea verdadero es otra cosa", alerta Obreg¨®n.

Tambi¨¦n el director m¨¦dico de la cl¨ªnica Menorca recuerda a alg¨²n paciente que lleg¨® a sus manos para que reparase los estragos que una incorrecta administraci¨®n de la toxina le hab¨ªa provocado. "El problema de todo esto es que cuando el paciente se decide a denunciar el botox, sus efectos han desaparecido", explica ?ngel Mart¨ªn. Los efectos paralizadores de la toxina botul¨ªnica duran unos meses.

Tanto Obreg¨®n como Mart¨ªn aseguran, sin embargo, que, gracias al endurecimiento de la normativa de uso del botox, los casos de pacientes que buscan su ayuda para reparar pinchazos mal hechos se ha reducido. "El paciente se ha hecho cada vez m¨¢s consciente de que es un producto peligroso que s¨®lo puede ponerte un m¨¦dico", dice Mart¨ªn. Considera que Espa?a est¨¢ lejos del ambiente que se vive en EE UU, donde, al igual que han florecido los establecimientos de arreglo de u?as, hay gabinetes donde se puede uno poner una inyecci¨®n de botox a la hora de comer y sin pedir siquiera cita previa.