Roban la vida a Do?ana
Mil pozos ilegales esquilman el acu¨ªfero del parque - Los expolios quedan impunes por la pasividad de la administraci¨®n y la dificultad para perseguir estas extracciones
El entorno del parque de Do?ana es un coladero. Un millar de pozos ilegales esquilman el acu¨ªfero 27, una balsa de agua subterr¨¢nea que abastece a gran parte de este espacio protegido. Las promesas incumplidas de acabar con las extracciones y la dificultad de perseguir judicialmente estas conductas han provocado que el expolio quede impune.
Ser un ladr¨®n de agua no es muy complicado en Do?ana. Primero se talan los pinos que molestan, despu¨¦s se perfora la tierra entre 40 y 60 metros y, mediante unos rudimentarios conductos, se extrae agua subterr¨¢nea para regar las plantaciones piratas de fresa, ubicadas en territorio forestal. Un solo d¨ªa sobra para pinchar el terreno y hacer rentable la operaci¨®n.
"Hay una sensaci¨®n de impunidad y corrupci¨®n", dice la fiscal¨ªa onubense Los agricultores pagan la multa en el d¨ªa y el pozo contin¨²a all¨ª
En los ¨²ltimos a?os, a Do?ana llega menos agua y de peor calidad
Este abuso se ejecuta desde hace a?os en muchas de las fincas colindantes (algunas municipales, otras privadas) con el entorno protegido ante la pasividad de las administraciones. Esos 1.000 pozos ilegales de los alrededores del parque (que se extiende entre Huelva, Sevilla y C¨¢diz) han ido exprimiendo el acu¨ªfero, que ha perdido m¨¢s del 50% de su capacidad en los ¨²ltimos 30 a?os, seg¨²n la organizaci¨®n ecologista WWF. La Agencia Andaluza del Agua ya alert¨® en un informe de 2009 del riesgo que supon¨ªa para Do?ana la agricultura y el turismo. La conclusi¨®n del estudio no dejaba dudas: gran parte del acu¨ªfero se encontraba en un estado de precauci¨®n, peligro o alerta. Las disminuciones fre¨¢ticas en el acu¨ªfero alcanzan hasta los 18 metros en algunos puntos calientes y la capacidad de regeneraci¨®n, a pesar de las lluvias, es mucho menor que su explotaci¨®n. "Pasar¨¢ como en las Tablas de Daimiel y ser¨¢ demasiado tarde", advierte Juan Romero, portavoz de Ecologistas en Acci¨®n en Huelva.
El fiscal de Medio Ambiente de Huelva, Alfredo Flores, denuncia "una sensaci¨®n de impunidad y corrupci¨®n sostenida e hist¨®rica" y culpa a "unos pocos empresarios sin escr¨²pulos", a la "connivencia de algunos ayuntamientos" y a una gesti¨®n "cuestionable y descuidada" por parte de la Administraci¨®n aut¨®noma. Flores puntualiza, sin embargo, que en los ¨²ltimos a?os la Delegaci¨®n de Medio Ambiente de la Junta de Andaluc¨ªa ha colaborado con el Seprona y la polic¨ªa auton¨®mica y "se han destapado m¨¢s casos".
Hasta 2005 no se hab¨ªa presentado ni una sola denuncia. Desde esa fecha se han investigado en la fiscal¨ªa unos 20 casos. Entre los imputados por estos pozos ilegales se encuentran cinco agentes de Medio Ambiente, que hac¨ªan "la vista gorda".
El entorno de los municipios onubenses de Moguer y Palos es una de las zonas m¨¢s afectadas por las extracciones. Seg¨²n WWF, all¨ª hay alrededor de 300 pozos. Otros dos puntos calientes son la finca Matalagrana y alrededores, ubicada al norte de El Roc¨ªo, y Los Hatos, zona arrocera de la provincia de Sevilla, donde en 2005 se cerraron algunos pozos que databan de 1997. Pero volvieron a aparecer.
La fiscal¨ªa se?ala dos obst¨¢culos a la hora de procesar a los implicados: hasta 2003, cuando se aprob¨® el Plan de Ordenaci¨®n del Territorio en Do?ana (Potad), ni siquiera hab¨ªa herramientas para poder determinar conductas irregulares. Y, en segundo lugar, los delitos ambientales requieren que el da?o sea evidente, y esto no ocurre si se analiza cada pozo de forma independiente, seg¨²n la fiscal¨ªa.
Adem¨¢s, las sanciones administrativas -a veces de 60.000 euros- son abonadas por los empresarios, en efectivo, al d¨ªa siguiente de la multa. Y el pozo sigue en su sitio. Es extremadamente dif¨ªcil, a?ade Flores, cuantificar "qu¨¦ cantidad de agua se ha extra¨ªdo y cu¨¢nto beneficio ha reportado".
El alf¨¦rez Jos¨¦ Antonio Alfaro, responsable del Seprona en Huelva, cuenta 51 denuncias contra extracci¨®n de agua irregular en la provincia durante 2009. Alfaro se?ala otros delitos relacionados, como las 40 denuncias por incendios en las rudimentarias instalaciones el¨¦ctricas que se usan para extraer el agua. O las 60 denuncias por actuaciones contra las leyes sanitarias -al generar agua contaminada por granjas ilegales- y los 10 expedientes abiertos por talas de ¨¢rboles.
Un paseo por los caminos agr¨ªcolas impresiona. Entre los municipios onubenses de Lucena y Moguer, por ejemplo, la sucesi¨®n de incendios acab¨® con parte de la arboleda y destap¨® sorpresas. Decenas de pozos surgieron de entre los matorrales. Felipe Fuentelsaz, responsable de Agricultura de WWF, mira desde el todoterreno, casi con desesperaci¨®n, a ambos lados del camino de tierra. "Llevo cinco a?os inspeccionando la zona y he visto aparecer pozos nuevos de la noche a la ma?ana". De hecho, Fuentelsaz asegura que, desde la aprobaci¨®n del Potad, se han creado unas 1.000 hect¨¢reas m¨¢s de cultivo en el entorno de Do?ana. El monte no deja grandes beneficios econ¨®micos. La fresa, s¨ª. La superficie bajo pl¨¢stico en el entorno de Do?ana es de entre 4.500 y 6.000 hect¨¢reas, de donde sale m¨¢s del 60% de la producci¨®n de fresa espa?ola, seg¨²n WWF. Los beneficios de este petr¨®leo rojo son de unos 9.000 euros por hect¨¢rea.
La Consejer¨ªa de Medio Ambiente andaluza dice que est¨¢ aportando m¨¢s recursos h¨ªdricos para aliviar la presi¨®n que se ejerce sobre el acu¨ªfero y ordenar el territorio. "Hay que ver cu¨¢ntos pozos son, si se pueden regular, conjugar los intereses de todos", explica la Junta. El delegado de Medio Ambiente en Huelva, Juan Manuel L¨®pez, menciona alguno de los proyectos que saldr¨¢n "de forma inminente": el trasvase de 4,9 hect¨®metros c¨²bicos desde la cuenca del Guadiana a la zona del condado -ya anunciado en 2007- y el Plan de Ordenaci¨®n de las zonas de regad¨ªo ubicadas al norte de la Corona Forestal de Do?ana, tambi¨¦n anunciado hace tres a?os. La Junta quiere compatibilizar la agricultura y la protecci¨®n medioambiental. Seg¨²n L¨®pez, se abren "numerosos expedientes sancionadores". En la actualidad, en Huelva, son ocho.
Y los agricultores, por su parte, piden que no se les culpabilice del problema. S¨®lo algunos se aprovechan. "Como el monte no se queja, hacen lo que quieren", resumen. Los dem¨¢s quieren organizarse cuanto antes y piden a la Administraci¨®n que ejecuten de una vez sus planes.
El robo del agua
- Se perfora la tierra con una m¨¢quina de sondeo el¨¦ctrica. La distancia hasta acceder al agua subterr¨¢nea del acu¨ªfero es de unos 40 o 60 metros.
- Mediante un motor el¨¦ctrico se bombea el agua hacia las tuber¨ªas y conductos rudimentarios que pueden recorrer varios kiol¨®metros.
- El agua robada del acu¨ªfero acaba en las balsas impermeables. A veces, varios pozos vierten a una misma balsa, como se aprecia en la fotograf¨ªa.
- Desde el mismo pozo o desde la balsa, a trav¨¦s de otros conductos, se lleva el agua a los campos de fresa. En ocasiones, las balsas y los embalses poseen autorizaci¨®n legal para almacenar agua de lluvia pero, en realidad, procede del acu¨ªfero.
- El agua expoliada sirve para regar plantaciones, como la que aparece en la imagen, ubicada entre Moguer y Lucena, en Huelva.
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