Berlusconi promete "listas limpias" para los comicios regionales italianos
Los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n alientan la rabia contra la clase pol¨ªtica
Hostigado por la investigaci¨®n judicial que ha destapado el sistema de corrupci¨®n, favores y negocios privados gestado en torno a la c¨²pula de Protecci¨®n Civil, la instituci¨®n m¨¢s popular y mimada de su Gabinete, Silvio Berlusconi intent¨® recuperar ayer la iniciativa pol¨ªtica y prometi¨® que su partido no presentar¨¢ en las elecciones regionales del 28 y 29 de marzo a candidatos "implicados de manera cierta".
El primer ministro italiano intent¨® minimizar el may¨²sculo esc¨¢ndalo. "No estamos ante una nueva Tangent¨®polis", dijo, en referencia al terremoto de la financiaci¨®n ilegal que acab¨® con los partidos tradicionales y la primera rep¨²blica, en 1992. "Se trata de casos aislados que perseguiremos y sancionaremos". Sin atacar esta vez a los jueces, Berlusconi achac¨® las imputaciones a varios altos funcionarios de su Gobierno (tres de ellos est¨¢n encarcelados desde hace 10 d¨ªas) a la "desesperaci¨®n y el desgobierno de la izquierda" y a "una furia autodestructiva que intenta convertir una de las p¨¢ginas m¨¢s nobles de nuestra historia reciente [el trabajo de Protecci¨®n Civil] en una historia de negocios sucios y corrupci¨®n".
El Estado sufraga 626.000 coches oficiales, 10 veces m¨¢s que Alemania
Sin embargo, el ¨²ltimo informe del Tribunal de Cuentas indica que el caso que ha salpicado a los viceministros Guido Bertolaso y Gianni Letta es s¨®lo la punta de un enorme iceberg. En 2009, las denuncias de corrupci¨®n crecieron un 229% respecto al a?o anterior, y la mala administraci¨®n cost¨® al erario p¨²blico 60.000 millones de euros, afirma el Tribunal, que recuerda que el nivel de ilegalidad ha igualado al de la ¨¦poca de Tangent¨®polis.
Hay otros paralelismos entre aquel se¨ªsmo y el agitado presente. Seg¨²n la gr¨¢fica expresi¨®n de Paolo Mieli, ex director del Corriere della Sera, "la olla est¨¢ a punto de explotar". A un mes de las regionales, el clima social es de creciente desconfianza y desafecci¨®n. Una encuesta de la cadena Sky24 ha se?alado que dos de cada tres italianos juzgan el caso Protecci¨®n Civil m¨¢s grave que Tangent¨®polis. El caso ha hecho caer la popularidad de Berlusconi al m¨ªnimo de siempre, el 46%.
Algunos observadores consideran que asistimos al principio del fin de la segunda rep¨²blica. Al miedo al inmigrante y la incertidumbre ante la crisis, se une la creciente rabia contra la casta pol¨ªtica. El periodista Giancarlo Santalmassi la resume as¨ª: "La sensaci¨®n es de asco". Y advierte: "El momento es peor que Tangent¨®polis porque ahora incluso los jueces est¨¢n corrompidos".
A d¨ªa de hoy, hay ya una treintena de implicados. Y la investigaci¨®n sigue creciendo. Las actas judiciales citan como parte del sistema corrupto a funcionarios, empresarios y pol¨ªticos relacionados con la mafia; aparecen nombres ilustres como Paolo Berlusconi, hermano del primer ministro, o Marcello dell'Utri (senador y estrecho colaborador de Berlusconi condenado en primer grado a nueve a?os por complicidad mafiosa), y revelan que no falta siquiera la magistratura: un fiscal adjunto de Roma, un magistrado del Tribunal Constitucional y dos jueces del Tribunal de Cuentas est¨¢n entre los imputados.
Mientras, un alud de t¨ªtulos llamativos se acumula en los diarios fomentando el desprestigio de la clase pol¨ªtica. El Estado sufraga en este momento 626.000 coches oficiales, 10 veces m¨¢s que Alemania o EE UU. Un asesor de la Junta Regional de Lombard¨ªa, detenido in fraganti en Mil¨¢n mientras cobraba 10.000 euros de comisi¨®n escondidos en un paquete de tabaco; un empleado del Ayuntamiento de N¨¢poles, cazado cuando se embolsaba mil euros; el secretario de Estado de Econom¨ªa, Nicola Cosentino, imputado por complicidad con la Camorra, reconfirmado en su cargo...
Tanta suciedad ha abierto grietas profundas en el centro derecha. Berlusconi ha hablado p¨²blicamente de "juegos de poder" en la mayor¨ªa. La fractura entre los seguidores de Gianfranco Fini (cofundador del Pueblo de la Libertad con Berlusconi) y los de la vieja Forza Italia parece irrecuperable. El ministro de Econom¨ªa, Giulio Tremonti, y la Liga Norte han recibido con visible malestar los tejemanejes de "la banda romana" de Protecci¨®n Civil. El ministro Gianfranco Rotondi acus¨® ayer al aparato berlusconiano de haber eliminado de las listas a la corriente democristiana, la principal implicada en el aquelarre.
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