Pap¨¢, al servicio de su majestad
Jimmy Burns Mara?¨®n desmonta el mito de su padre, el esp¨ªa Tom Burns
Jimmy Burns Mara?¨®n ten¨ªa siete u ocho a?os cuando un d¨ªa entr¨® en el despacho de su padre en la casa familiar de Londres, una habitaci¨®n "sagrada" en la que nunca entraba nadie, y encontr¨® una vieja pistola Mauser alemana de la II Guerra Mundial y una c¨¢mara fotogr¨¢fica Minox. Aquel hallazgo sembr¨® en ¨¦l una inquietud que crecer¨ªa con los a?os: ?hab¨ªa sido su padre un esp¨ªa?
Cincuenta y cinco a?os de investigaciones despu¨¦s, ofrece la respuesta a esa pregunta en forma de libro, Pap¨¢ esp¨ªa (Debate), en el que literalmente desnuda a su padre con todas sus virtudes y defectos. La obra se centra en los a?os en que Tom Burns trabaj¨® en la Embajada brit¨¢nica en Madrid (1941-45) y ofrece un apasionante desfile de personajes hist¨®ricos. Amigos ¨ªntimos como los escritores cat¨®licos Graham Greene y Evelyn Waugh, enemigos en la sombra como los agentes sovi¨¦ticos, a¨²n no descubiertos, Kim Philby, Anthony Blunt y Guy Burgess. O el doctor Gregorio Mara?¨®n, al que la Embajada brit¨¢nica en Madrid consideraba un agente de Reino Unido y con el que Tom Burns acabar¨ªa emparentado al casarse con su hija Mabel.
"Me costaba pensar que ¨¦l hab¨ªa sido propagandista del franquismo"
Pero constituye tambi¨¦n un vivo retrato del aislamiento de los cat¨®licos brit¨¢nicos de los a?os treinta y su tendencia a apoyarse unos a otros para penetrar en el establishment; de los contrastes entre la Espa?a de provincias, todav¨ªa al aire las cicatrices de la Guerra Civil, y la agitada vida nocturna de Madrid que disfrutaban arist¨®cratas, diplom¨¢ticos y ac¨®litos del franquismo; o del cruel pragmatismo de Winston Churchill, para quien los intereses brit¨¢nicos pasaban por encima de legalidades y derechos humanos y se centraban en mantener la neutralidad del franquismo durante la guerra y evitar que las tropas de Hitler acabaran entrando en Espa?a y conquistaran Gibraltar como cabeza de puente para dominar el norte de ?frica.
Hijo de ingl¨¦s y de espa?ola -"Me considero anglo-espa?ol y eso quiere decir que jam¨¢s ser¨¦ totalmente aceptado ni en un pa¨ªs ni en otro", reflexiona- el de este periodista del Financial Times constituye un ejercicio arriesgado porque no todo fueron flores en la vida de su padre. Su ferviente catolicismo y sus abiertas simpat¨ªas franquistas pueden ser mal comprendidos en la Espa?a del siglo XXI. "Mi padre era cat¨®lico de nacimiento, no un converso de la Iglesia anglicana", explica Jimmy Burns en el soleado comedor de su casa de Battersea, un barrio londinense de la orilla sur del Tam¨¦sis. "Los cat¨®licos en Inglaterra eran una minor¨ªa; ten¨ªan gran conciencia de su persecuci¨®n en la historia brit¨¢nica y a la vez se sent¨ªan obligados a probar su patriotismo por esa leyenda de que eran papistas primero y luego ingleses. Un poco como les pasa hoy a los musulmanes", dice.
"Una de las cosas que m¨¢s me ha costado ha sido no escribir la historia de mi padre como me hubiese gustado que fuera, sino como realmente fue. Y no intentar prejuzgar en el contexto actual lo que hizo entonces", advierte Burns. "Digo esto porque, habiendo yo ejercido como periodista en Latinoam¨¦rica bajo los militares, con Pinochet, la Junta Militar en Argentina y todo eso, me costaba pensar que mi padre hab¨ªa sido un propagandista del franquismo durante la Guerra Civil espa?ola. Pero lo que yo intent¨¦ juzgar era qu¨¦ hubiese hecho yo en su lugar. Y viendo la quema de iglesias, la violaci¨®n de monjas, las ejecuciones de sacerdotes y la radicalizaci¨®n de la Rep¨²blica, incrementando la influencia del comunismo, no s¨¦ qu¨¦ actitud hubiese tomado yo. Me habr¨ªa costado mucho tomar el lado de la Rep¨²blica, por mis creencias religiosas", reconoce.
A Jimmy Burns le preocupa que su libro pueda ser etiquetado demasiado a la ligera en un pa¨ªs como Espa?a, tan tendente a los extremos. "A los espa?oles les cuesta ver que la historia no son s¨®lo negros o blancos sino m¨¢s bien grises. El perfil de mi padre es de una persona muy humana, en todos los sentidos parad¨®jicos de la definici¨®n. En la Guerra Civil apoya a Franco pero en la II Guerra Mundial est¨¢ contra el nazismo. Se cas¨® con una espa?ola pero estuvo locamente enamorado tambi¨¦n de una inglesa arist¨®crata ligada a la reina madre. Era un esp¨ªa profesional, por un lado muy eficaz y por otro desastroso. Y, en t¨¦rminos de moralidad, muy cuestionado. Sin duda va a haber gente en Espa?a que va a describir esto con la caricatura del t¨ªpico anglosaj¨®n franquista, aunque creo que la realidad hist¨®rica de ese momento fue m¨¢s compleja".
El volumen tambi¨¦n corr¨ªa el riesgo de ser mal comprendido en el seno de la familia Burns. "Mis hermanos me han apoyado, pero hay cosas con las que no est¨¢n muy contentos. Por ejemplo, el hecho de que reflejo las cartas de amor de nuestro padre con una mujer que no era nuestra madre, aunque eso fue antes de que se casaran", reconoce. "Hab¨ªa una parte m¨ªa que rezaba para que este libro no saliera a la calle hasta despu¨¦s de la muerte de mi madre porque hay aspectos que le hubiesen dolido".
Burns es un escritor heterog¨¦neo que lo mismo ha escrito de f¨²tbol que de la guerra de las Malvinas. "Cada libro ha intentado decir cosas diferentes. Para m¨ª el escribir es un proceso para comprenderse un poco m¨¢s a uno mismo pero tambi¨¦n comprender un poco la historia y el mundo. Este libro de mi padre es obviamente sobre la inteligencia secreta y una parte de la historia espa?ola y de Europa sobre la que no se ha escrito demasiado".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.