Viento negro, punto cero

Dicen que vienen vientos huracanados a Madrid, que tal vez hagan que las banderas miren hacia otra parte; y dicen que tal vez tambi¨¦n llegue a la ciudad el primer prisionero legal de Guant¨¢namo que va a acoger Espa?a, porque ilegales o invisibles ya ha habido otros antes; y para terminar, el alcalde dice que el sue?o ol¨ªmpico vuelve a soplar para la ciudad, y que en el a?o 2020 lo conseguiremos, a la tercera va la vencida, pero a la tercera tambi¨¦n es cuando suelen bloquearse los tel¨¦fonos de los que no recuerdas la clave. Y yo, como estoy ensayando para el concierto de esta noche con Coque Malla algo que antes era un poema llamado Viento negro y ahora es la mitad de su canci¨®n Punto cero, estoy sensibilizado con el asunto de los vientos, que siempre pueden traer y llevarse cosas, derribar lo que est¨¢ en pie o barrer las hojas ca¨ªdas. La respuesta puede que est¨¦ en el viento o puede que no, pero siempre est¨¢ en los buenos poemas, y por eso Bob Dylan, que adem¨¢s de on¨ªrico es realista, dej¨® dicho en otro de sus textos que, por desgracia, en la mayor parte de las ocasiones no hace falta hablar con un meteor¨®logo para saber de qu¨¦ lado sopla el viento.

La presidenta, disfrazada de Rajoy, volvi¨® a empu?ar la bandera de su partido

En la Comunidad de Madrid eso est¨¢ m¨¢s claro a¨²n despu¨¦s de la ¨²ltima sesi¨®n de la Asamblea, en la que los pol¨ªticos de la regi¨®n se reunieron a no hablar de ella, como suelen hacer, demostrando como tantas otras veces que la pol¨ªtica auton¨®mica o municipal no es m¨¢s que el principio de ese trampol¨ªn por el que los pol¨ªticos intentan trepar igual que los ni?os en los parques, de abajo arriba y tratando de no resbalar. Porque lo cierto es que lo que discutieron fue sobre el pa¨ªs, usando la capital de ejemplo, lo mismo que si fuera una maqueta, y con ese Madrid a escala como cuadril¨¢tero se tiraron los cuatro millones de parados a la cara, le clavaron las agujas de vud¨² al mu?eco de Zapatero, es decir, a Tom¨¢s G¨®mez, o la portavoz que se les pusiera por delante a sus enemigos, y la presidenta, disfrazada de Rajoy sin barba, volvi¨® a empu?ar la bandera de su partido, a jurar sobre una Biblia que si la crisis econ¨®mica no se apaga es porque "en Espa?a lo dif¨ªcil no es despedir, sino contratar"; as¨ª que propuso cambiar la legislaci¨®n laboral y se?al¨® como un problema "el sistema de negociaci¨®n colectiva", hundi¨® los tacones de sus zapatos de oradora en el barro de la reforma de las pensiones y propuso volver a la estabilidad presupuestaria, aunque no dijo por qu¨¦ camino ni montada en qu¨¦. Eso s¨ª, por una vez no puso a la Iglesia de fondo, porque dijo que "de esta crisis no se va a salir a base de milagros, sino de esfuerzo, trabajo y sacrificio". ?Ser¨¢ del Opus no practicante, m¨¢s o menos igual que el escritor Luis Landero afirma ser, en su ¨²ltima novela, Retrato de un hombre inmaduro, "ateo no practicante"?

A Juan Urbano, que est¨¢ conmigo en el ensayo, le dan pena todas estas demostraciones del poco inter¨¦s que tienen los pol¨ªticos auton¨®micos y municipales en la regi¨®n a la que representan, y dice que deber¨ªa de haber una ley que les prohibiese hablar de pol¨ªtica nacional y, por ejemplo, pronunciar el nombre del presidente del Gobierno, sea el que sea. Pero, claro, esas cosas no pasan, qu¨¦ le vamos a hacer, excepto esperar que el viento cambie de verdad y se lleve a otra parte toda esa asamblea vac¨ªa.