La mala educaci¨®n
El cineasta Jacques Audiard, siempre a una distancia prudencial de la sombra de su padre -el tambi¨¦n director y guionista Michel Audiard-, lleva aplicando barnices de hiperrealismo a la memoria del cine polar -el cine policiaco franc¨¦s- desde su ya rotunda ¨®pera prima Regarde les hommes tomber (1994). Su carrera acredita su condici¨®n de profesional minucioso y perfeccionista, que se mueve en esa zona ambigua donde se encuentran una radicalidad autoral a salvo de todo exhibicionismo y el pulso con la tradici¨®n del cine de g¨¦nero. Ganadora del Gran Premio del Jurado en el pasado Cannes, candidata francesa al Oscar a la mejor pel¨ªcula extranjera e im¨¢n de todo tipo de distinciones, la intensa, compleja y caudalosa Un profeta supone la consagraci¨®n de un autor que ya hab¨ªa dado probadas muestras de excelencia. El cr¨ªtico David Thomson abogaba en las p¨¢ginas del diario The Guardian por su justa consideraci¨®n al lado de figuras del calibre de Jean-Pierre Melville, Jacques Becker y Julien Duvivier.
UN PROFETA
Direcci¨®n: Jacques Audiard.
Int¨¦rpretes: Tahar Rahim, Niels Arestrup, Adel Bencherif, Reda Kateb, Gilles Cohen.
G¨¦nero: policiaco. Francia, 2009.
Duraci¨®n: 155 minutos.
Es un virtuoso recital de estilo y fuerza narrativa sin ninguna nota baja
Virtuoso recital de estilo y fuerza narrativa que no se permite ni una nota baja en sus 155 minutos de metraje, Un profeta es la cr¨®nica de los cinco a?os de condena de un joven delincuente de origen ¨¢rabe, Malik el Djebena (impecable Tahar Rahim), en una c¨¢rcel francesa donde la mafia corsa ha establecido su subterr¨¢neo tejido de corrupciones y s¨®rdidos juegos de poder. Del mismo modo que Gomorra, de Matteo Garrone, con su narrativa descentralizada y su mirada anti¨¦pica, supon¨ªa un remarcable salto evolutivo en la tradici¨®n del cine de mafias -apart¨¢ndose de los influyentes modelos instituidos por Coppola y Scorsese-, Un profeta asimila los ecos de todo un subg¨¦nero -el cine de c¨¢rceles- para transformarlos en otra cosa, que es, a la vez, suma, revisi¨®n y puesta al d¨ªa.
Ejemplar aplicaci¨®n de una mirada realista sobre un microcosmos asfixiante -s¨®lo la c¨¢rcel femenina de Leonera, de Pablo Trapero, podr¨ªa competir con esta en cuestiones de verosimilitud-, Un profeta alcanza su particular toque de distinci¨®n al desarrollar, en un contexto tan aparentemente inapropiado, una narrativa de progreso y aprendizaje. El protagonista ingresa en prisi¨®n casi como figura ang¨¦lica, desvalida, para recuperar su libertad despu¨¦s de que el espectador haya asistido a un proceso de transformaci¨®n descrito con l¨®gica y atenci¨®n al detalle. Una an¨®mala relaci¨®n paternofilial -leitmotiv de Audiard- con el l¨ªder corso centra buena parte de una trama que, en opini¨®n del cr¨ªtico kazajo Gulnara Abikeyeva, se estructura como eco de los pasos -lucha, supervivencia, voluntad y conquista- de la vida del profeta Mahoma.
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