El Anderlecht s¨ª dio miedo

El estadio lo tom¨® la polic¨ªa y el terreno de juego el Anderlecht. Los primeros, que detuvieron antes del encuentro a una cincuentena de ultras belgas, mantuvieron a raya a las dos aficiones que compitieron en c¨¢nticos y entretenimientos varios. Los segundos mantuvieron a raya al Athletic incapaz de inventar algo que no fuera lanzar misiles a la cabeza de Llorente, ya fuera desde la defensa o desde las bandas. Llorente, s¨®lo Llorente parec¨ªa que jugaba contra 11 futbolistas del Anderlecht que jugaban con criterio, con una velocidad m¨¢s que el Athletic, con m¨¢s desparpajo, con m¨¢s chispa y con las gotas de ingenio que salpican tipos como el peque?o Boussoufa o el gigante Lukaku. Ellos solitos se merendaron a la defensa rojiblanca (ayer de blanquiazul) de dos bocados como si a¨²n no hubieran abierto del todo los ojos tras la siesta. A los cuatro minutos ya perd¨ªa el equipo de Caparr¨®s sin haber sudado siquiera la camiseta. Fue una jugada al primer toque entre cuatro futbolistas del Anderlecht que resolvi¨® Lukaku con un misil raso. El segundo fue un centro de Lukaku que San Jos¨¦, desquiciado toda la noche, insert¨® en su porter¨ªa.

El medio campo rojiblanco se desinfl¨®, difuminado como una pompa de jab¨®n

De la intimidaci¨®n psicol¨®gica en las calles se pas¨® a la intimidaci¨®n futbol¨ªstica de un equipo, el Anderlecht, mucho m¨¢s trabajado que el Athletic, con infinita superioridad f¨ªsica y una ambici¨®n de principio a fin.

Lo primero que sucumbi¨® fue el medio campo rojiblanco. Orbaiz ni estaba ni se le esperaba porque siempre llegaba tarde y Javi Mart¨ªnez tropezaba con dos tipos de envergadura (Kauyat y Van Damme). No es que el Athletic cuente mucho con esa l¨ªnea de fuego para atacar pero le resulta imprescindible para defender. Y ayer se desinfl¨®, se difumin¨® como una pompa de jab¨®n.

Y los goles ca¨ªan y ca¨ªan en la porter¨ªa de Iraizoz con el Athletic suspirando por adelantar el reloj de un manotazo y el Anderlecht suspirando por pararlo para seguir disfrutando de las habilidades de Boussoufa, el cuajo de un ni?o de 16 a?os (Lukaku) o la potencia de un exterior, Legear que marc¨® un gol antol¨®gico desde fuera del ¨¢rea para redondear la noche p¨²rpura. Le faltan muchas yardas al Athletic para cazar al Anderlecht. Por muy alto que sea Llorente nunca llegar¨¢ al cielo para recoger un bombardeo masivo de misiles. Y para colmo se lesion¨® Muniain para cerrar el saco de las malas noticias.