Un grito tras los barrotes
Casi 2.100 espa?oles est¨¢n encarcelados en 56 pa¨ªses diferentes. El 80% fueron arrestados por tr¨¢fico de drogas, tras ser captados muchos de ellos en las colas de parados. La atenci¨®n que reciben por parte de los funcionarios consulares suele ser motivo de quejas
Antonio, un ex empleado de una empresa de andamiajes, fue en busca del para¨ªso, pero lo que encontr¨® fue el infierno. Un d¨ªa del a?o pasado, un holand¨¦s le ofreci¨® 10.000 euros por llevar unos kilos de coca¨ªna desde Bolivia hasta Turqu¨ªa. "Es un trabajo f¨¢cil y seguro", le dijo. "Nosotros tenemos a polic¨ªas comprados. T¨² s¨®lo tienes que coger el paquete y dejarlo donde te digamos. No te preocupes por nada". Y Antonio, un treinta?ero en paro, venci¨® las reticencias de su novia Beatriz y se embarc¨® en una aventura arriesgada e incierta que ha acabado en la c¨¢rcel de Maltepe, en Estambul. "A veces pienso en quitarme la vida", escribe en una desesperada carta enviada a EL PA?S en demanda de ayuda.
"A veces pienso en quitarme la vida", escribe Antonio Mart¨ªnez desde el penal de alta seguridad de Estambul
Casi 400 reclusos espa?oles sufren desde graves enfermedades mentales hasta sida, c¨¢ncer y toxicoman¨ªas
Antonio Mart¨ªnez Garc¨ªa es uno de los casi 2.100 espa?oles -m¨¢s de 1.700 hombres y m¨¢s de 300 mujeres- privados de libertad en c¨¢rceles extranjeras. Sus gritos de auxilio suelen quedarse tras los barrotes. En el mejor de los casos, s¨®lo llegan a sus familias, que a trav¨¦s de la l¨ªnea telef¨®nica representan su cord¨®n umbilical con el mundo exterior. Son la ¨²nica voz amiga que reciben, en el mejor de los casos, 10 minutos por semana.
La mayor¨ªa de las veces, las ¨²nicas visitas que reciben estos reclusos son las de los funcionarios consulares espa?oles que van a verlos al menos una vez cada seis meses. Pero eso es bien poco consuelo. Y adem¨¢s estos funcionarios act¨²an frecuentemente con "ausencia de tacto y trato distante", seg¨²n un informe de la Fundaci¨®n Ram¨®n Rubial. Eso motiva "muchas quejas", como admite la ¨²ltima Memoria del Defensor del Pueblo, que, sin embargo, concluye que tras las investigaciones oportunas "se suele concluir con una correcta actuaci¨®n de la Administraci¨®n".
"Yo estoy aqu¨ª por un delito de narcotr¨¢fico", confiesa Antonio. "Como saben, nuestro pa¨ªs est¨¢ sufriendo una gran crisis econ¨®mica. Yo estaba en el paro. Desde hac¨ªa varios meses, mi pareja y yo busc¨¢bamos trabajo, pero no hab¨ªa manera de encontrarlo. Un d¨ªa conoc¨ª a una persona que me ofreci¨® hacer un viaje con una maleta en la cual iba a transportar coca¨ªna. Al cont¨¢rselo a mi pareja, ella se horroriz¨®... y yo tampoco estaba muy seguro de hacerlo. Dos d¨ªas despu¨¦s me llam¨® esta persona y me ofreci¨® 10.000 euros. Tal como est¨¢bamos, ese dinero nos salvaba de mucho. Y emprend¨ª un viaje que nunca tuvo retorno y, por supuesto, tampoco un final feliz. Eso ha destruido mi vida, la de mi pareja, la de mi familia y la de mis amigos. Me estoy jugando una condena de entre 10 y 15 a?os de c¨¢rcel".
Beatriz, la novia de Antonio, aclara desde Ortigueira (A Coru?a) que ¨¦ste fue arrestado nada m¨¢s llegar al aeropuerto de Estambul con tres kilos de coca¨ªna. Y el 19 de junio de 2009 dio con sus huesos en la prisi¨®n de alta seguridad de Kartal Maltepe, la misma en la que purg¨® condena el turco Ali Agca tras herir a tiros al papa Juan Pablo II en mayo de 1981.
"Cada cuatro o cinco meses recibo del consulado de Espa?a 273 euros. En la prisi¨®n s¨®lo nos dan dos comidas diarias, y el resto de las cosas tiene que salir de mi bolsillo. Mi familia y mi pareja no me pueden enviar nada por los problemas econ¨®micos que sufren. No tengo ni para comprar lo necesario para el aseo diario. Estoy al l¨ªmite de todo", escribe Antonio Mart¨ªnez. "?l me dice que les dan muy mal de comer y todos los d¨ªas lo mismo", dice su novia.
El recluso se queja de que recibe un trato distante y displicente por parte del consulado espa?ol: "El consulado s¨®lo me ha proporcionado una vez la ayuda a detenidos. Adem¨¢s, la ayuda no te la dan por las buenas, sino que mi madre tuvo que mover tierra y mar para tramitar todos los papeles necesarios. ?Tuvo que mandar tres veces los documentos hasta que me dieron la ayuda! Yo he enviado al consulado faxes y cartas..., y todo en vano", se lamenta.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores replica que Antonio ha sido visitado en dos ocasiones desde que est¨¢ entre barrotes -una vez, en junio de 2009, y otra, en octubre-, adem¨¢s de haber recibido la ayuda econ¨®mica prevista (un m¨¢ximo de 120 euros al mes).
"Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs de la Uni¨®n Europea que da estas ayudas a los presos", recalca el mismo portavoz ministerial. En el informe remitido al Congreso consta que Asuntos Exteriores y Cooperaci¨®n gastaron durante el primer semestre de 2009 unos 840.000 euros en ayudas a detenidos y presos en el extranjero.
"El ministro Miguel ?ngel Moratinos muestra muy poco entusiasmo por los presos espa?oles en el extranjero", afirma la senadora Rosa Vindel L¨®pez, del PP, que durante a?os ha recibido infinidad de cartas de queja y de peticiones de ayuda de estos compatriotas. Vindel denuncia que el Gobierno solamente ha enviado desde el a?o 2000 tres informes al Parlamento sobre la situaci¨®n de estas personas, pese a que entonces se comprometi¨® a facilitar informaci¨®n cada seis meses.
Antonio Mart¨ªnez es uno de los 2.087 ciudadanos espa?oles que est¨¢n entre rejas en 56 pa¨ªses diferentes, seg¨²n Asuntos Exteriores (ver gr¨¢fico). Y eso que en julio del a?o pasado fueron liberados otros 170 presos en Marruecos gracias a un indulto concedido por el rey Mohamed VI. El pa¨ªs en el que hay un mayor n¨²mero de espa?oles encarcelados es Per¨² (con 251), seguido de Francia (223), Brasil (192), Marruecos, Colombia, Alemania y Portugal.
El alt¨ªsimo n¨²mero de detenidos en Per¨² ha obligado al consulado espa?ol a que un grupo de funcionarios se dedique en exclusiva a atender a esta colonia de espa?oles repartidos en diversos penales separados entre s¨ª por muchos kil¨®metros, seg¨²n Asuntos Exteriores. "Por eso, Espa?a ha solicitado al Gobierno de Lima que procure agrupar lo m¨¢s posible a nuestros presos para facilitar la tarea del consulado", agrega. Quienes han pasado por esas prisiones las describen como algo parecido a la antesala del averno, debido a la mala comida y a su insalubridad.
Un reciente informe enviado por el Gobierno al Senado resalta: "Los espa?oles son detenidos o encarcelados en el exterior por muy diversos delitos (robo, homicidio, falsificaci¨®n, abuso de menores, atraco, violaci¨®n, estafa, secuestro...), pero la causa que m¨¢s se repite es el tr¨¢fico de drogas".
El 80% de los detenidos en el extranjero lo es precisamente por tr¨¢fico de drogas. No se trata de grandes capos del narcotr¨¢fico, sino de mulas que simplemente acarrean la mercanc¨ªa en su cuerpo o en su equipaje. Igual que Antonio, son personas en paro o en serias dificultades econ¨®micas que se arriesgan a largu¨ªsimas condenas a cambio de un pu?ado de euros.
El paro galopante que azota Espa?a ha creado un mercado de trabajo en el que operan como pez en el agua las redes del narcotr¨¢fico. Se acercan a las colas de desempleados y captan a las futuras mulas con cantos de sirena que suenan a m¨²sica celestial en los o¨ªdos de personas que llevan meses oyendo s¨®lo portazos. "Los reclutadores desalmados prometen entre 6.000 y 10.000 euros por un trabajo que ellos aseguran que es f¨¢cil, r¨¢pido y sin riesgos", explica un mando policial.
Antonio Mart¨ªnez, el espa?ol del m¨®dulo 10 del penal turco de Maltepe, comparte celda y cautiverio con Gregorio Jos¨¦ Espinosa Mendoza, un treinta?ero de Guayaquil (Ecuador) condenado a 12 a?os de prisi¨®n por llevar en su est¨®mago siete c¨¢psulas con 74 gramos de coca¨ªna. Espinosa aprovecha la carta enviada por Antonio a EL PA?S para adjuntar otra suya en la que reclama apoyo para que las autoridades de Ecuador le ayuden a regresar a ese pa¨ªs para seguir cumpliendo condena. "Soy padre de cuatro ni?as y un beb¨¦ var¨®n, y tom¨¦ la fatal decisi¨®n de viajar a Turqu¨ªa con 80 c¨¢psulas de coca¨ªna para sacar unos cuantos d¨®lares con los que sacar adelante a mi familia", explica.
"El alt¨ªsimo porcentaje de detenidos y presos vinculados al mundo de las drogas y las p¨¦simas condiciones de muchas c¨¢rceles, junto con el impacto de la privaci¨®n de libertad, hacen que el porcentaje de enfermos sea elevado", destaca el ¨²ltimo informe del Gobierno. "Sin embargo, no todas las enfermedades se deben a la estancia en prisi¨®n, pues tambi¨¦n hay frecuentes casos de personas que arrastran dolencias previas que previsiblemente pueden agravarse por el ambiente que rodea la vida del recluso. Probablemente sea en las enfermedades mentales y las contagiosas donde la influencia de la reclusi¨®n es m¨¢s marcada", a?ade.
Entre los casi 2.100 reclusos hay 111 que sufren enfermedades mentales; 68 padecen toxicoman¨ªas; 54, dolencias digestivas; 49, afecciones respiratorias; 29, enfermedades hep¨¢ticas; 22, alteraciones cardiacas; 27, sida, y 11, c¨¢ncer. No es extra?o que entre el 1 de enero y el 31 de agosto de 2009 fallecieran 15 presos, todos ellos de muerte natural, excepto uno que fue asesinado en Brasil.
Hay c¨¢rceles, sobre todo las de Suram¨¦rica y Asia, que son aut¨¦nticas mazmorras en las que los reclusos malviven hacinados, rodeados de suciedad y conviviendo con sujetos muy peligrosos para los que la vida vale menos que un pitillo, seg¨²n denuncian los familiares.
Ram¨®n Pati?o L¨®pez, un gallego de 41 a?os recluido desde 2001 en Grecia tras ser sorprendido con 26 kilos de hero¨ªna en su coche, ha contado que se tiene que enfrentar al hambre y a frecuentes peleas entre reclusos, adem¨¢s de haber sufrido tres c¨®licos de ri?¨®n que le han hecho estar "tirado en el suelo como una serpiente".
Pati?o ha sido condenado a cadena perpetua en Grecia, lo que supone un m¨ªnimo de 20 a?os sin pisar la calle. Desde el primer momento lucha por ser trasladado a un penal espa?ol. Lo ha intentado todo: desde una huelga de hambre de 45 d¨ªas hasta un suicidio frustrado. Pero las autoridades griegas no parecen dispuestas a ceder. "Todo sigue igual", dice, lac¨®nica, su hermana ?ngeles.
Un sobrino de Urtain se enfrenta a la pena capital
Pablo Ibar, sobrino del c¨¦lebre boxeador Jos¨¦ Manuel Ibar, Urtain, es el recluso espa?ol que afronta una situaci¨®n m¨¢s desesperada: est¨¢ condenado a muerte en Estados Unidos, acusado de asesinar en 1994 a Casimir Sucharski, due?o de un club, y a dos j¨®venes modelos (Sharon Anderson y Marie Rodgers) en una vivienda de Mirarmar, en Florida.
Ibar est¨¢ embarcado ahora en una pelea jur¨ªdica larga y costosa encaminada a demostrar su inocencia. Hace unos meses, el Gobierno Vasco concedi¨® a la Asociaci¨®n contra la Pena de Muerte Pablo Ibar una subvenci¨®n de 103.000 euros para sufragar los gastos de nuevas pruebas forenses y los costes de su defensa jur¨ªdica.
Por primera vez en la historia, el Congreso de los Diputados incorpor¨® el a?o pasado, mediante una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado, una partida de 500.000 euros para asistir a los espa?oles que afrontan condenas de pena capital.
Pese a estar aprobada esa importante partida econ¨®mica, el Ejecutivo decidi¨® el pasado verano limitar a 60.000 euros la cantidad destinada a tal fin, ya sea requerida por una sola persona o por varios solicitantes.
Eso motiv¨® que la senadora Rosa Vindel (PP) arremetiera contra Moratinos en una sesi¨®n del Senado: "?Por qu¨¦ se dan ustedes por satisfechos con la racaner¨ªa de 60.000 euros cuando, se?or ministro, dispone de hasta medio mill¨®n de euros? Pablo Ibar se enfrenta a tres condenas a muerte en el Estado de Florida. Se?or ministro, ?tiene usted idea de los gastos a los que ha de hacer frente para evitar su ejecuci¨®n? Pues se lo voy a decir: 200.000 d¨®lares para litigar tan s¨®lo ante el Tribunal Supremo de Florida; otros 900.000 d¨®lares m¨¢s en la litigaci¨®n posterior, se gane o se pierda la anterior; 55.000 d¨®lares para analizar el ADN mitocondrial de cabellos de un testigo sorpresa y, adem¨¢s, otros 20.000 d¨®lares para cubrir gastos de testimonio. Y frente a estas cifras, ustedes aportan 60.000 euritos. ?Asombroso!".
Moratinos se jact¨® de la novedosa partidaria presupuestaria con este argumento: "La excepcionalidad de la pena de muerte, no prevista en nuestro ordenamiento y cuya abolici¨®n universal es uno de los objetivos expresos de nuestro Gobierno, justifica la oportunidad de establecer un mecanismo espec¨ªfico para conceder subvenciones a favor de quienes se enfrentan a la pena capital en el extranjero".
La senadora Vindel afea que Moratinos diga una cosa y luego, sin embargo, el Gobierno haya reducido a 200.000 euros la partida presupuestaria destinada en 2010 a la "asistencia a ciudadanos que afrontan condenas de pena de muerte".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.