Las cosas rotas
De Pablo Neruda hay que escuchar la voz humilde, el eco de las cosas rotas. Leo su poema Oda a las cosas rotas mientras suena la voz herida de la televisi¨®n chilena que trae internet con la noticia urgente de los que buscan a los que no responden mientras la incertidumbre que ha creado el terremoto convierte en un agujero negro la esperanza de la gente. El poeta habla de otras cosas, claro, pero la poes¨ªa tiene el valor de subrayar la actualidad con el eco de lo que parece una cr¨®nica sentimental del pasado. "La vida va moliendo/ vidrios, gastando ropas,/ haciendo a?icos,/ triturando/ formas".
Un hombre cuenta que una chica que estudiaba Geolog¨ªa en la zona infectada por el temblor tremendo ha muerto arrojada por la violencia de las olas. Las im¨¢genes reflejan escuelas rotas, vidrios en el suelo, ni?os ateridos que miran a la c¨¢mara como si estuviera en ella el amparo que la naturaleza les ha arrebatado. "Se van rompiendo cosas/ en la casa/ como empujadas por un invisible/ quebrador voluntario". De pronto, en la tele en la voz del locutor se suena el eco helado de Hait¨ª; mientras, el poema sigue suministrando met¨¢foras para ahora mismo. "Se quebr¨® el plato, se cay¨® la l¨¢mpara,/ se derrumbaron todos los floreros/ uno por uno, aqu¨¦l/ en pleno octubre/ colmado de escarlata,/ fatigado por todas las violetas,/ y otro vac¨ªo/ rod¨®, rod¨®, rod¨®/ por el invierno/ hasta ser s¨®lo harina/ de florero,/ recuerdo roto, polvo luminoso". Los camioneros cuentan, en la tele, la desparovida impresi¨®n que qued¨® en sus ojos "cuando la autopista se movi¨® como un papel". Algunos vienen del vac¨ªo para explicar c¨®mo se vive all¨¢, adentro del horror del que se salvaron, "porque Dios es grande".
El poeta vio la casualidad negra de la que viene el vac¨ªo. No hay raz¨®n par explicarlo, dicen los ciudadanos en la tele, y as¨ª quiso explicar el poeta la cat¨¢strofe: "que se derrumben nuestras posesiones/ en un solo alarmante quebradero,/ que suene como un r¨ªo/ lo que se quiebra/ y que el mar reconstruya/ con su largo trabajo de mareas/ tantas cosas in¨²tiles/ que nadie rompe pero se rompieron". Ah¨ª, en la tele, un hombre est¨¢ diciendo que crey¨® que ese iba a ser "mi ¨²ltimo segundo en la tierra".
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