Los espa?oles tenemos mejor salud de la que nos corresponde

En repetidas ocasiones se ha dicho que Espa?a, los espa?oles, gozamos de una salud que socioecon¨®micamente no nos corresponde. En otras palabras, que estamos mejor de lo que deber¨ªamos estar. Posiblemente, entre los muchos indicadores del desarrollo de un pa¨ªs se encuentre como primero, por necesidad y por apetencia, el de la salud. Resueltos problemas primarios de hambre, el hombre, por esencia, aspira a gozar de una salud que le permita, antes que nada, ser eso, ser hombre, para poder situarse en las coordenadas l¨®gicas de la persona humana. Pero la persona humana, para ser tal, est¨¢ encuadrada en un contexto b¨¢sico formado por factores que son los que realmente influyen en su salud. Concepto este de salud dif¨ªcil de definir, que la Organizaci¨®n Mundial concreta en ?un estado de bienestar f¨ªsico, mental y social y no ¨²nicamente la ausencia de enfermedad o minusval¨ªa?. Hoy por hoy, otras definiciones son m¨¢s amplias e incluyen conceptos como ?manera de vivir aut¨®noma, solidaria y gozosa?. Es evidente, pues, que la salud as¨ª entendida no es, ni puede ser, una estad¨ªstica de ingresos y estancias en centros sanitarios, sino una labor de conjunto que ha de partir del estudio estructural de la poblaci¨®n, su distribuci¨®n geogr¨¢fica, su cualidad econ¨®mica y hasta sus factores geol¨®gicos.

Demograf¨ªa

El an¨¢lisis de la poblaci¨®n espa?ola indica que las principales caracter¨ªsticas demogr¨¢ficas se derivan del proceso de industrializaci¨®n de los ¨²ltimos a?os. Esto ha producido un predominio de la poblaci¨®n activa de los sectores, industrial y servicios sobre el agrario, que se puede traducir en el predominio de la poblaci¨®n urbana sobre la rural. A estos factores hay que a?adir la elevaci¨®n de la esperanza de vida al nacer y el moderado envejecimiento de la poblaci¨®n espa?ola, lo que muestra una baja tasa de mortalidad general. Pese a ello, esa concentraci¨®n urbana paga un tremendo tributo a la estad¨ªstica de la muerte, ya que las causas de fallecimiento m¨¢s numerosas podr¨ªan encuadrarse en las llamadas ?enfermedades de la civilizaci¨®n?: c¨¢ncer, enfermedades cardiovasculares, bronquitis y accidentes.La mortalidad infantil, la mortalidad por enfermedades infecciosas -especialmente tuberculosis- es expresi¨®n de que a pesar de que sus tasas son bajas y que ha desaparecido la importancia de la malnutrici¨®n, contin¨²a siendo todav¨ªa un problema significativo sobre todo en ciertos sectores sociales (medio rural y cinturones de las grandes ciudades). Ello indica que las condiciones sociales que mantienen las cadenas epidemiol¨®gicas de las enfermedades infecciosas se mantienen a¨²n.

Enfermedades infecciosas

El fen¨®meno de urbanizaci¨®n que ha caracterizado nuestro pa¨ªs puede haber condicionado el brote epid¨¦mico de meningitis meningoc¨®cica, que comenz¨® en 1970 y alcanz¨® su c¨¦nit en 1971, y que presenta a¨²n en grandes zonas del pa¨ªs -Galicia y el Mediterr¨¢neo- una situaci¨®n epid¨¦mica.El deterioro, por otra parte, de las condiciones de vida en las zonas deprimidas del pa¨ªs, como el medio rural, especialmente castellano, ha contribuido a la propagaci¨®n del brote epid¨¦mico de brucelosis de los ¨²ltimos a?os, y que parece que ahora empieza a remitir.

Las dem¨¢s enfermedades infecciosas tienden a una estabilizaci¨®n de un fuerte descenso en los ¨²ltimos a?os.

La poliomelitis, difteria y t¨¦tanos ha presentado fuerte disminuci¨®n gracias a las campa?as de vacunaci¨®n. La incidencia de estas enfermedades afecta especialmente a aquellos sectores m¨¢s despose¨ªdos de la poblaci¨®n marcada por la incultura.

Se esperaba en el ¨²ltimo a?o un volumen de por lo menos 152 casos de polio, seg¨²n las previsiones estad¨ªsticas; solamente se puedieron comprobar 37. Es, en n¨²meros, la mejor situaci¨®n de esta enfermedad hasta la fecha. Llama la atenci¨®n comprobar que seg¨²n la Direcci¨®n General de Sanidad en Madrid no se ha dado ning¨²n caso de polio -o por lo menos no ha sido declarado-, mientras que Barcelona aporta siete a las estad¨ªsticas, Las Palmas y Pontevedra, cuatro cada una, y Granada y M¨¢laga, tres. En cuesti¨®n de enfermedades infecciosas esto es lo m¨¢s sobresaliente.

Sanidad ambiental

El otro gran factor de la salud p¨²blica sigue estando en precario. Aunque la contaminaci¨®n h¨ªdrica y las enfermedades que pueden transmitirse por el agua est¨¢n en plena vigilancia, la propia Direcci¨®n General de Sanidad reconoce, que tanto la contaminaci¨®n h¨ªdrica como la ambiental presentan un importante margen de f¨¢cil reducci¨®n. Las medidas para evitarla no pueden emanar de Sanidad, sino de departamentos m¨¢s directamente implicados, como podr¨ªan ser Industria u Obras P¨²blicas.En definitiva: nuestra salud, o mejor, nuestro estado sanitario es bueno, y como dec¨ªa el propio subdirector general de Medicina Preventiva, estamos mejor de lo que nos corresponde.